Capitulo 11.

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Hoy es el gran día...Hoy me reincorporo a la empresa que antes era mía...
Esa chica que llegó aquí, amable, inocente, pura....Murió ese día...El día del accidente.

Porque solo quedo una copia de ella en físico, porque por dentro solo quedo esa oscuridad que no dejaba visible ante nadie.
¿Tenía secretos? Claro que los tenía, pero ahora es diferente, ya no se dejará de nadie porque ya no tiene miedo.

Me paro frente a la empresa y sonrió, no es una sonrisa sincera, ni siquiera de Felicidad...
Es una sonrisa que promete de todo, menos felicidad.
Entro y a paso decidido me encaminó asta la oficina de Apolo.

Ya ahí tocó la puerta esperando que no esté ocupado.
- Pase - escucho del otro lado, a lo que acato su orden.
Entro y lo veo mirar con atención unos papeles.

- Ya estoy aquí..Como me lo pediste - me hacerco asta estar frente a él, solo separando nos el escritorio.
Levanta su mirada y asiente.
- Que bueno que has venido - asiento.
- ¿Entonces cuál es mi trabajo aquí? - el me mira sonriendo de lado.
- Serás mi nueva secretaria - frunso el ceño.

- Se supone que venía por el puesto de finanzas - explico a lo que el asiente aún con la sonrisa adornando su rostro.
- Lo se, pero tendrás que ser mi secretaria....Claro está que tendrás de sueldo el que tendrías en finanzas - habro la boca para decir algo más, más mejor decido quedarme callada.

- ¿La otra secretaria? - se encoje de hombros.
- La he despedido...Me fastidiaba mucho - niego con mi cabeza.
- Si claro, como ya te la llevaste a la cama ya no te sirve - de un momento a otro, se pone serio.

- Mira Adalia, tú solo serás mi Secretaria ese beso de ayer solo fue un...- antes de que pueda terminar hablo.
- No tiene porqué dejarme las cosas claras, para mí no fue nada...Un simple beso insignificante - el asiente conforme.

- Bien, pues yo diría que vallas a tu puesto, ya está todo ahí lo que necesitarás - asiento.
- Bien Conpermiso señor - sin darle tiempo a decir nada más, me doy la vuelta y salgo de la oficina.
Veo el escritorio que se encuentra ahí y suelto un suspiro resignado.

"Almenos estoy Serca de el"

Pienso dándome ánimos.

[...]

Estoy tecleando en la computadora, intentando redactar unos documentos que Apolo me ha pedido, aunque debo decir esto ya se cómo se hace.
Pero es tardado, y quiero terminarlo lo más rápido que pueda.
- Puedes venir por favor - escucho por el intercomunicador, ruedo los ojos pero me paro.

Cuando estoy frente a la puerta me detengo y desabrocho dos botones de mi blusa para que se alcance aver un poco más.
Después de eso entro.
- ¿Me necesita? - el asiente mirando su computadora.

- Quiero un jugo - pide a lo que asiento, doy la vuelta para irme más su voz me detiene.
- ¿Te dije que te fueras? - cierro mis ojos contando mentalmente para no gritarle.

- ¿Desea algo más? - pregunto aún volteada.
- Hoy habrá una cena y me pidió Kerstin que la invitará - muerdo mi labio inferior al escucharlo.
- ¿Eso se cuenta como trabajo? - digo volteando a verlo, el niega con su cabeza.
- Bien pues dígale a su...Esposa que no podré ir - explico a lo que frunce el ceño.

- ¿Porque no si se puede saber? - sonrió maliciosa.
- Hoy toca irme de zorra como me ha dicho usted...Así que hoy estaré con un chico - digo sin vergüenza alguna.
- Entonces si cuenta como horas de trabajo - niego ante su claro rostro molesto.
- Ya a dicho que no, así que ¡Espero la pasé junto con su esposa bien!, Que créame yo me la pasaré super mega bien - se levanta de la silla asiendo un ruido sordo.

Camina a paso decidido asta a mi y me sostiene del brazo mirándome mal.
- ¡No puedes irte con el! - grita a lo que yo entre cierro mis ojos.
- Puedo y quiero, además usted solo es mi gefe y ya - posa sus manos en mis hombros y me hacerca a el..

- ¡Joder Adalia!, ¡No puedes! - grita enfurecido, siento mi corazón latir desenfrenadamente al escuchar hablar así.
- ¿Porque le importa tanto lo que haga? - pregunto, el se queda quieto aún con sus manos en mis hombros.

- Tienes razón - me suelta y da un paso lejos de mi.
- Puedes hacer lo que quieras, al fin y al cabo solo eres la simple chica a la que ayude por caridad - asiento sintiendo como se me forma un nudo en la garganta.
- Me alegra que lo sepa - digo conectando mi mirada con la de el....

MI DESPERTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora