Capítulo 19.

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Miro el informe detalladamente, buscando algún signo de error para volver a mandar a hacerlo, más puedo decir que está perfecto.

Tomo un trago de café, sintiendo lo tibio de este.
Cuando estoy por volver a releer una vez más el documento, escucho un fuerte ruido provenir de la oficina de Apolo.

Me levanto y con paso decidido me encaminó hasta la puerta, la cual abro y paso, más lo que veo al otro lado de deja impactada.
- ¿Apolo? - exclamó, levanta su mirada  la cual se encuentra oscura y me mira fijamente.
- ¿Que te ha pasa..- no termino al soltar un jadeo al ver sus nudillos sangrando.

Rápido me acerco a el y trato de tomar su mano herida y digo "trato" porque cuando estoy apunto de tocarlo se aleja de mi.
- ¿Que te pasa? - pasa una de sus manos por su cabello así tirando de el.

- Kerstin - es lo único que sale de sus labios y es ahí donde comprendo.

"Ya lo sabe...Sabe que la han secuestrado"

Pienso mirándolo con fingida sorpresa.
- ¿Que pasa con ella? - pregunto "desconcertada".
- La...La secuestraron - tartamudea con dolor, lo que me hace sonreír ampliamente en mi mente.

- ¡¿Pero como?! - Claudico a lo que el niega repetidas veces.
- No lo sé, joder...Lo único que me dijeron es que simplemente desapareció - me encojo de hombros restándole importancia.
- Quizá solo quería un respiro - veo como tensa su mandíbula al yo terminar de hablar.

- ¡Ella jamás se iría así! - me grita a lo que abro los ojos como platos.
- Está bien señor....¿Quiere que llame a las autoridades? - exclamó formal a lo que el posa una de sus manos en su cara, tapando su rostro.
- Adalia yo...- asiento encaminándome a la salida.
- Puede pensarlo...Estaré esperando - sin más salgo de ahí "enojada".

Detengo mis pasos fuera de la oficina, donde puedo escuchar perfectamente el grito de frustración que sale de Apolo, el cual me hace sonreír.
- Esto y más te mereces - susurro mirando al suelo.
Trago en seco al sentir una opresión en mi pecho, donde se sitúa mi corazón.

"No puedes arrepentirte en este paso.."

Me recuerda mi subconsciente reiteradas veces.
Camino hasta estar sentada en la silla frente a mi escritorio, donde suelto un suspiro cargado de pesadez.
- Aquí vamos - exclamó tomando mi celular y marcando el teléfono el cual ya me sé de memoria.

Llamada....

- ¿Ya está contigo? - nada más responder le pregunto.
- Si...aquí está, precisamente ahora la estoy observando, es linda la chica - brama a lo que ruedo los ojos, mirando de reojo a la puerta de la oficina de Apolo.

- Como sea, ¿No a despertado? - miro mis uñas desinteresadamente.
- No...De hecho no creo que despierte hasta la noche, creo que me edxedi en darle a oler el tranquilizante - confiesa con voz irritada.
- Mejor para ti, no tendrás que estar aguantando la voz chillona de esa mujer - explico a lo que recibo un sonido de afirmación.

- ¿Que hago cuando despierte? - resoplo fastidiada al escuchar la pregunta más estúpida que alguien me ha hecho.
- Si te encargué este trabajo a ti, es porque tú lo solucionaras - sin más corto la llamada.

Fin de la llamada...

Cierro mis párpados por un momento intentando relajarme...
Intentando estar calmada y tranquila...

Pero aún siento este sentimiento de opresión en mi pecho, por saber que la venganza no es buena y menos un secuestro como tal...

Pero...¿Acaso ellos se sintieron mal por matar a mi hijo?.

¿Se sintieron mal por utilizarme?

¿Por engañarme?

¿Por humillarme?

¿Por hacerme ver ridícula?

No, esa siempre será la respuesta...Nunca se sintieron un poquito mal, porque ellos lo disfrutaron....Disfrutaron ver mi mal, disfrutaron cada cosa que me hicieron y me odio por eso...

Porque en el fondo quiere renacer la chica que mataron...Quiere renacer esa chica la cual perdona todo y no lo permitiré...
Porque ella ya recorrió demaciado camino lleno de dolor y sufrimiento..
Ahora es mi turno, porque ellos sufrirán incluso más de lo que alguna vez yo lo hice..

Y ya he comenzado...Primero será Kerstin, para después pasar por mis queridos "suegros", los cuales sufrirán una muerte peor...

- ¿Adalia? - salgo de mis pensamientos al tener frente a mi, el rostro desesperado de Apolo.
- ¿Dígame señor? - exclamó levantándome.
- Vamos....Irás conmigo a mi casa - pide a lo que trago en seco, al saber que veré a sus padres.

"Poco a poco nos vamos metiendo entre ellos... Mezclandonos"

MI DESPERTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora