Capitulo 21.

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Narra Apolo...

Rompo todo lo que encuentro en mi cuarto, siento mis nudillos mojados a causa de la sangre que ay en estos.
En mi mano derecha sostengo una botella de licor.

De la cual tomo un gran trago, sintiendo mi garganta irritada a causa del fuerte líquido.
- ¡Kerstin! - grito intentando sacar la angustia que siento.
Me siento en una esquina del cuarto con la botella en mano y sorbo mi nariz.

Cierro mis ojos imaginándome el rostro de Kerstin...

- ¿Donde estas vida? - siento mis ojos llenarse de lágrimas, las cuales intento retener.
- ¿Apolo? - levanto mi mirada y ahí la veo, a la mujer que no logro sacar de mis pensamientos.
- ¿Que haces aquí?, Ya es tarde - exclamó mirando al único mueble que se salvó y en el cual descansa un reloj.

El cual marca la una de la mañana.
- Estoy preocupada por ti - suelto una carcajada llena de ironía.
- Sabes esas palabras ya me las habían dicho antes - confieso, embicandome la botella.

La miro hacercarce hasta estar sentada junto a mi.
- ¿De quién? - pregunta con curiosidad a lo que la recuerdo...
La mujer la cual fue la única que me amo de verdad...
- Ella...A quién le destroce la vida - la miro de reojo.

- A...Adalia mi difunta esposa - sonrió habiertamente, perdido en mis recuerdos.
- Ella era un ángel...Un angel que se enamoró de un demonio - trago en seco recordando su rostro.
- Un demonio que poco a poco consumió su luz - prosigo.

- Un demonio el cual cuando la perdió fue que comprendió....Que se había enamorado de su angel - tomo el último trago de licor, para acto seguido, poner la botella en el suelo.
- ¿Que cosas no?, El estúpido demonio se dió cuenta que la amaba...Horas después que ordenó la muerte del ángel - hago mi mano puño al recordar ese momento.

Ese jodido momento, cuando quise impedir su muerte....
Cuando quise impedir el asesinato que yo había pedido....

Miro a Adalia quién en sus ojos se refleja la sorpresa y duda.
- Si Adalia...Ame a mi esposa y me di cuenta de eso cuando ya la habían matado - me levanto como puedo, sintiendo el suelo moverse.

Camino hasta el mueble que aún queda de pie y de este saco un retrato, miro su rostro y contorno.
- Ella para mí fue mi jodida luz en el maldito hoyo en el cual estaba - paso mi pulgar los sus labios.

- Era ella...Se parece un poco a ti - le entrego a lo que ella callada toma el retrato y lo mira detalladamente.
- Era una estúpida - exclama a lo que frunso el ceño.
- ¿Porque? - pregunto volviendo a sentarme junto a ella.

Se encoje de hombros mirando con ¿Nostalgia? La foto.
- Porque tú lo has dicho...Era una estúpida al enamorarse de un demonio vestido de oveja - asiento dándole la razón.

- Creo que eso me enamoro de ella...Esa inocencia, su positividad fueron las cosas que me atrajeron - suelto un suspiro de resignación.
- ¿Tú hijo? - pregunta en un susurro.
- ¿Que? - la miro, a lo que ella conecta su mirada con la mía.

- ¿Que sentiste al saber que también mataste a tu hijo? - cierro mis párpados.
- Mori ese día...La Ilución de tener una familia se fue al saber que estaba enamorado de mi esposa a la cual mandé a matar y que no solo a ella mate si no también a mi hijo - confieso.

- Por eso me casé con Kerstin...Porque ella fue como la "doble" de Adalia...Me convencí que Kerstin era Adalia, por eso odio no saber dónde está porque aunque no es la verdadera Adalia, necesito tenerla a mi lado para seguir - siento una de sus manos tomar mi mano herida.

- Quiero ser yo Apolo...Tú nuevo soporte, tú salva vidas, tú chaleco antibalas...Pero si quieres encontrar a Kerstin la encontraremos te lo aseguro - asiento mirándola con una media sonrisa.
- Te quiero para mí hoy...- pido a lo que ella no habla.

Al contrario se levanta y me extiende sus manos paras que las tomé, lo cual hago, me lleva hasta mi arruinada cama y sonrie.
- Te haré olvidar...Tus problemas por un rato - me susurra a centimetros de mi oído.

Besa mi cuello reiteradas veces a lo cual me dejó, siento como poco a poco empieza a desabo tonar mi camisa.
- Dejaré llevar - es lo único que escucho al ser nublado por recuerdos.

Recuerdos de mi dulce Adalia...Mi esposa...

MI DESPERTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora