Capítulo 7.

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Salgo de la oficina de Apolo con una pequeña sonrisa, miro a la tal Heidi que está conversando con la secretaria de mi ex.
- Conpermiso señora - sonrió al ver pasar por sus ojos un altismo de furia.

Camino con paso decidido hacia el ascensor que lleva directamente al estacionamiento, cuando las puertas se habren veo a una chica cabello rubio, ojos color verdes y de buenos atributos.

Veo que me mira con superioridad y yo la miro con asco al saber quién es.
Ella sale del ascensor más se detiene a examinarme.
- ¿Quién eres tú?, Jamás te había visto por aquí - sonrió falsamente intentando caerle bien.
- Me llamo Adalia...Adalia Fischer y me han contratado para el puesto vacante que hay aquí - le extiendo mi mano a lo que ella solo la mira, más no la toma.

- Soy Kerstin Ivanov..esposa de el CEO de la empresa - asiento con media sonrisa.
- No sabía que mi gefe estubiera casado, pero me alegra conocerla - puedo sentir la mirada de la víbora de Heidi en mi más yo no le hago caso.

La plástica que tengo frente a mi sonríe y se hacerca unos pasos más a mi, quedando su boca a centimetros de mi oído.
- Mira chica no tienes porqué fingir que te agrado...Se que no eres más que una mosquita muerta que viene tras el dinero de MI esposo, cosa que como a muchas les he dicho no conseguirás - exclama a lo que habro los ojos como platos al escucharla hablar así.

- Porque mi marido nunca se sentiría atraído a alguien tan bajo como lo eres tú y las demás zorras que lo quieren seducir, y creeme cuando te digo que no debes confiarte, porque aquí no vas a durar mucho - sonrió arrogante al escuchar su amenaza.
- Pues la verdad SU esposo no me ha puesto resistencia, digo dice usted que el nunca caería por alguien como yo, pero desde que me a conocido a intentado llevarme a su cama - miento, veo como su rostro se contrae de rabia.

- Mi esposo jamás...- la corto antes de que siga hablando.
- La que no se debe confiar es usted, nunca sabe quién puede llegar y robarle su lugar de gran señora, porque ya a llegado alguien que se puede quedar con el puesto - me encojo de hombros, restándole importancia.

- ¡¿Cómo te atreves?! - enarco una ceja mirándola, veo como las personas que ahí se encuentran se hacerca para escuchar la conversación.
- No, yo no me atrevo, solo le abizo nunca sabemos que puede pasar - antes de poderme contestar veo a Apolo venir hacia nosotras.

- ¿Que está pasando aquí? - mira a la plástica para después mirarme a mi.
- Nada, solo conversábamos - exclama la rubia oxigenada mandándome una mirada de advertencia.
- ¿Eso es cierto? - me pregunta a lo que aciento.
- Si...Mañana estaré aquí puntual señor - me doy la vuelta y aprieto el botón para que se habrán las puertas del elevador.

- Una cosa más gefe - volteo a verlo y el me mira curioso.
- Controle a su esposa...Da verdadera pena lo insegura que puede llegar a ser - escucho a las personas jadear de sorpresa al escucharme.

Me mira neutro más se que se quiere reír al ver diversión bailar en sus ojos.
- Claro - asiento para ahora sí salir de esa empresa, que antes podía llamar mía.

Ya fuera de la compañía, me permito respirar tranquilamente y analizó todo lo que hice, pues la vieja yo no le hubiera contestado a nadie como lo he hecho.

"¿Te olvidas que la vieja tu ellos la mataron?"

"¿Pero se merecen sufrir?"

"Se merecen eso y mucho más"

Trago en seco ante mis pensamientos destructivos, me encaminó al estacionamiento donde rápido localizo mi auto, me subo y arranco el coche con rumbo a mi Penthouse.
Escucho mi celular sonar a lo que lo busco encontrándome en el asiento de copiloto.

Me detengo en un semáforo en rojo y veo el mensaje de un número desconocido.

Decido a abrirlo y sonrió al saber quién es.

"Eso que hiciste aya afuera fue algo alucinante, espero que también en el trabajo sea así señorita Fischer"

Pdt: Soy Apolo.

No contesto, más se que mi querido esposo ya ha caído en mis redes.
Vuelvo a manejar pensando que mañana será un día muy bueno para mí, pues mañana empezaré a seducirlo hasta el punto de que me necesite asta para respirar...

MI DESPERTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora