Capítulo 14.

3.5K 273 9
                                    

Después de esa "charla" tan agradable donde me enteré que un ser vivía en mi y que murió gracias al accidente.
Nos dispusimos a pasar a la mesa a cenar donde nadie hablo.
Solo comimos en silencio.

Después de acabar de cenar no paso gran cosa, estuvimos conversando de temas irrelevantes, yo solo podía asentir y sonreír aún con el nudo en mi garganta.

Pues yo que siempre me idialisaba casada, con un gran hombre y con hijos....
Hijos que querría y apapacharia mucho...
Pero...Yo tuve un hijo, vivo, en mi vientre...

Más murió, sin un nombre...Sin siquiera una persona que llorara por el...
¿Para que llorar ahora?, Que no pude estar en su entierro...
Que no pude despedirme de el en su momento...

No...Claro que no, llorar no basta para el dolor que siento...Por eso mismo no me he hechado a llorar frente a toda esta maldita gente que me desgracio, la cual me destruyó..

De todas formas llorar no sirve de nada...
¿Vuelve el tiempo atrás?, ¿Tendré de nuevo a mi hijo en mi vientre?, ¿Seré feliz con mis padres?..
La respuesta es facil...
No, ya no retrocede el tiempo, las lágrimas no te ayudan, tal vez y solo tal vez a desahogarte por un momento.

¿Pero y después?, Ya has llorado, pero aún sientes esa preción en tu pecho.
Por eso no lloro, porque mi dolor de convierte en irá y odio hacia esas personas hipócritas que tengo delante de mí..
Porque solo me fortalece el imaginarmelos destruidos, como un día estube yo...

Porque ellos acabaron con la Adalia linda he inocente...Me dieron paso a mi, la mujer que solo era un cuerpo...
Porque si, lograron dejarme vacía, sin sentimientos algunos..

- ¿Adalia? - levanto mi mirada del suelo y veo a Apolo con su ceño fruncido.
- ¿Que pasa? - pregunto.
- ¿Estás bien? - miro a mi alrededor y no me encuentro con nadie.
- Si...Solo pensaba en el trabajo de mañana - me excuso.

- No debes preocuparte por eso, mañana si quieres no vallas a trabajar - habla tranquilo.
- Creo que no me ha entendido señor...- niego con mi cabeza.
- Le dije que usted sería mío..y lo cumpliré, porque usted me hará suya - lo veo tragar en seco y veo también como sus pupilas se dilatan...

- Adalia ya hemos habla..- lo interrumpo.
- ¿Porque el afán de resistirse?, Todo sería más fácil si aceptara que me desea con cada fibra de su piel - me levanto para mirarlo con una sonrisa coqueta.
- Eso es una brasfemia - suelto un suspiro cansado.

- Señor Apolo Ivanov, Usted será Mío, porque todo esto..- señaló mi cuerpo entero.
- Será suyo si acepta - muerdo mi labio inferior.

"Cae de una vez"

- ¿Crees que soy estúpido? - frunso el ceño al no comprender.
- Quieres acostarte conmigo porque sabes que puedo complacer todos tus caprichos - afirma a lo que niego.
- Primero me llamo zorra, ¿Ahora interesada? - tomo mi bolso del sofá y lo veo pararse.

- Bien...Si no quiere lo mismo que yo, no lo obligare a nada, total otro chico tendrá conmigo lo que usted no quieres y sin necesidad de rogarle - no doy más de dos pasos cuando siento una mano sujetarme de mi muñeca.
- Tu no te vaz - lo miro y con una media sonrisa hablo.
- Si me voy...Aún me esperan - me jala hasta estar pegada a su cuerpo y puedo sentir su respiración acelerada.

- ¿Quieres eso entonces?, Te lo daré - sin esperar más, estampa sus labios con los míos en un beso salvaje.
Necesitado y apasionado.
Pongo mis manos en su pecho y con mucho esfuerzo lo separó de mi.

- Jamás vuelva a hacerlo, ¿Soy una zorra y una ambiciosa no?, No me toque entonces - exclamó notablemente enojada, veo como el me fulmina con la mirada, tensando su mandíbula.

- ¿Quién eres para hablarme así? - lo veo mirarme fijamente, más no me intimida, jamás lo ha hecho en realidad.
- Nadie...No soy nadie - sonrió,  veo su rostro contraerse confundido.
- Solo soy esa mujer a la que deseas cada noche...Esa mujer a la que deseas hacer tuya...Esa soy yo...Nadie - veo pasar por sus ojos un altismo de lujuria, pero así como llega se va.


- ¿Tan bella te crees? - sonríe socarronamente.
- Solo eres una mujer más...Solo busco una noche, no te creas importante - muerdo mi labio inferior, queriendo provocarlo.
- No soy importante, tú lo has dicho no soy Nadie...Pero aún así, me quieras para una noche o no...- me acerco a el, hasta estar a centímetros de sus labios.

Veo como sus pupilas se dilatan al ver como paso mi lengua por mis labios, humedeciéndolos...
- Aún no me consigues...aún no puedes tocar mi piel, mi cuerpo y eso es un martirio para ti, ver como otros tienen el placer de tocarme y tú ni una caricia has logrado sacarme, eso es lo que te da rabia - sin decir nada más, salgo de ahí con una sonrisa de victoria plasmada en mi rostro..

" Ahora serás tú el que me rogaras"

MI DESPERTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora