- ¿Quién eres para hablarme así? - lo veo mirarme fijamente, más no me intimida, jamás lo ha hecho en realidad.
- Nadie...No soy nadie - sonrió, veo su rostro contraerse confundido.
- Solo soy esa mujer a la que deseas cada noche...Esa mujer a la q...
Miro por la ventana del Penthouse la hermosa vista de la ciudad a esta hora de la noche. Trago en seco al saber que hoy veré a toda la familia reunida... A todas esas alimañas que me mataron y me mantuvieron en un largo letargo...
Camino hacia mí habitación por mi bolso negro donde está guardado mi dinero y celular. Ya con estos en mano me detengo para ver el hermoso vestido que me he puesto.
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Miro el hermoso escote que tengo en mis pechos a lo cual sonrió sabiendo que Apolo caerá redondito a mi. No demorando más, me encaminó a la salida donde rápido llegó al estacionamiento y manejo hasta la dirección que me mandó Apolo.
¿Porque me la mandó Apolo cuando le dije que no iría?, Fácil le dije que por si me daban "ganas de ir después" iría. Después de veinte minutos llego y veo que es la casa....Donde yo viví con Apolo.
Cinco mis ojos por un momento, para acto seguido habrir la puerta del coche y salir de mi coche, para proceder a acercarme a la mansión. Respiro hondo antes de tocar la puerta, espero por unos dos minutos para acto seguido me habrá una de las que trabajan aquí.
- Pase...Señorita - puedo ver el asombro que le da al verme, por el "parecido" que tengo con Adalia. Entro y paso como si fuera mi casa hasta llegar a la sala de donde puedo escuchar vienen risas y voces.
- Buenas noches - entro y veo como todos fijan su mirada en mi, más la que más me importa es la que me recorre todo el cuerpo. - ¿Usted es? - pregunta mi ex suegra, mirándome impresionada. - Adalia...Adalia Fischer - me presento, ella frunce el ceño al escuchar mi nombre.
Kerstin que está vestida con un vestido azul marino sencillo largo, viene hacia mí y sonríe falsamente. - Que bueno que has venido...Le dije a mi esposo que una mínima invitación y las zorras vendrían - sonrió de medio lado. - Si...Y más si la zorra mayor las a invitado - respondo ganandome una mirada fulminante departe de ella.
- Pero siéntate querida - exclama la madre de Apolo a lo que le hago caso. - ¿Donde trabajas? - me encojo de hombros. - Junto a su hijo...Soy su secretaria - confieso su madre me da una mirada llena de desprecio.
- ¿Una simple secretaria? - asiento orgullosa. - Si..Es un trabajo honrado a no hacer nada - mando la indirecta. - Sabes te pareces a Adalia - exclama el esposo de mi ex suegra, asiendo que mi corazón se acelere. - Padre - exclama Apolo, más este ni se inmuta. - Soy Adalia.... - digo a lo que me miran desconcertados. - Adalia Fischer, a la única que conocen ¿O no? - el padre de Apolo niega.
- No eres la única que conocemos, en realidad mi hijo se casó con una mujer llamada como tú - siento un nudo formarse en mi garganta al escucharlo. - Papá - advierte Apolo. - ¿Pero dónde está? - indagó a lo que se encoje de hombros.
- Murieron - dice simplemente a lo que frunso el ceño. - ¿Murieron? - llega una del servicio y me da una copa llena de vino, la tomo y le susurró un leve "gracias", para poder escuchar la respuesta de mi ex suegro.
Tomo un trago de vino más lo que dice me hace atragantarme con el líquido. - Ella estaba embarazada, más el niño también murió - toso y toso de la impresión.
"Estube embarazada"
"Embarazada de Apolo"
"Tendría un hijo"
" Un hijo que mataron".
- ¿Estás bien Adalia? - pregunta preocupado Apolo, sonrió falsamente sintiendo mi corazón partirse en dos al pensar en ese niño...En mi hijo. - Estoy...Bien, solo tome demaciado rápido - me excuso.
Él entiende a lo que vuelve a sentarse, tomo de un trago lo que me faltaba de vino. - ¿Y qué pasó?, Intuyo que debieron sufrir mucho al enterarse de que tendría un bebé - el asiente. - Si..Solo por ese niño, en realidad su Adalia era una desgracia, solo quería nuestro dinero - asiento al escucharlo.
- Entonces estuvo bien lo que le pasó - exclamó a lo que Kerstin habla. - Si, mi amorcito dijo que nunca la amo...Solo la quería por una temporada y ya, más ella lo obligó a casarse y pues lo tuvo que hacer - habla con su voz chillona.
Las palabras de cada uno de ellos me lastiman, porque confíe en ellos, como es que las personas que pensaban te querían pueden hablar sin un apize de nostalgia?. Porque fueron así conmigo?, Nunca lo podré entender más esos comentarios me hacen querer terminar con esto más rápido.
