¿Qué pasaría si la persona más importante en tu vida te olvida? ¿Si los momentos a los que te aferras nunca existieron? Solo quedarías perdido en el tiempo. Jungkook es mucho más que solo alguien a quien Taehyung ama, es por quien lucharía incluso e...
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—Sí, Yeonji, Kook está bien. Fue un accidente menor, dijeron. —acomodé el hielo en mi frente mientras trataba de buscar palabras claras y tranquilizadoras para explicarle— Está con un tranquilizante porque tuvo un episodio algo extraño en el accidente… Jungkook habló de su padre como si estuviera allí. ¿Yeonji? ¿Hola?
La llamada se cortó de manera brusca, por lo que solo atiné a guardar el celular en mi bolsillo y regresar a la habitación de Jungkook. Mi tía llegará pronto.
—El muchacho no puede estar aquí. —dijo la enfermera que administraba los medicamentos, pero fue callada por una voz profunda.
—Enfermera Choi. —dijo la voz a mi lado— El muchacho vino con el paciente, él es su familiar y puede quedarse en la habitación.
La mujer se retiró sin decir nada más, era obvio que la autoridad de la persona a mi espalda era indiscutible.
—Lo siento por eso, me informaron que es su familiar. —caminó a mi lado sin mirarme, pasó la tablet por el código QR de la cama y abrió los ojos— No puede ser…
—¿Qué pasó, doctor? ¿Él va a estar bien?
Mi corazón se agitó al sentir el silencio tan pesado que parecía volverse palpable. Cuando giró hacia mí, se asustó y cayó al suelo, la tablet en sus manos se estrelló, rompiéndose casi por completo.
—¿Taehyung? —aparté mi mirada de la tablet hecha pedazos para verlo, era imposible, pero era él— ¿Kim T-Taehyung? Y… ¿Jeon Jungkook?
—Sí, usted era el doctor de aquella vez, ¿verdad? El que odiaba a mi psiquiatra.
Lo recordaba como si fuera ayer, casi no había cambiado, apenas pude notar las líneas de expresión. El tiempo había sido muy generoso con el doctor Kim Namjoon.
—Sí… —volvió a mirar a Kook, que aún dormía sobre la camilla— Él estará bien. Le administramos relajantes musculares para calmar su tensión y ahora los tranquilizantes lo mantendrán dormido unas horas. Lo importante es que está bien. ¿Y tú, cómo has estado?
—Bien, debo esperar a su madre.
—Te invito un café, él dormirá unas horas más, tenemos tiempo. —asentí siguiéndolo por los pasillos hacia la cafetería.
El ambiente no era tan triste como lo recordaba, debía ser porque estábamos en el área “VIP” como había exigido mi tía por teléfono. Todo en el edificio era blanco, pero la cafetería contrastaba con el resto, mezclando colores pastel como rosado, beige, amarillo claro, verde agua y algo de lavanda con celeste. Aunque lo que más me llamó la atención fue el gran cartel que decía “Best of Me”.
—¿Qué edad tienes ahora? Han pasado algunos años. —preguntó sonriente— Cuéntame algo, no habré sido el mejor doctor que has tenido como para recordarme, pero apuesto a que no todos te dejaban llenar el celular con fotos, ¿no?
