Compañeros. (parte 1)

4.7K 293 14
                                    

2/3

Abrió los ojos de manera lenta y tremendamente pesada.
A penas distinguió la tenue luz de la chimenea y sus ojos se cerraron nuevamente; aún así, se removió consciente pero se detuvo de inmediato al sentir que su peso se había multiplicado tal vez por mil... No podía moverse, se sentía demasiado pesada y cada músculo de su cuerpo le dolía...
Se quejó de forma involuntaria pero no abrió los ojos, solo cambio su postura lo más que pudo y se dispuso a dejarse  vencer por el agotamiento y la pesadez que ahora sentía..
Estaba a punto de caer en la profundidad del sueño cuando escuchó un sonido que parecía de una respiración... Pero una que parecía más el respirar de una casa, cuando todas las puertas y ventanas están abiertas y el aire circula con toda libertad. Abrió pues los ojos un poco nuevamente y en medio de la penumbra intentó encontrar la fuente de aquel sonido. Entre más buscaba, sus sentidos más parecían despertarse permitiéndole percatarse al poco tiempo de que el sonido estaba justo sobre ella y el aire de aquel fuerte respirar la envolvía al igual que algo que era suave y mullido.

Con ayuda de sus brazos se incorporó ligeramente y fue entonces que se percató:  una gran bestia yacía a su lado, arropándola con su propio cuerpo.
La gran bestia era un lobo blanco de un tamaño que ella jamás había visto.
Su respiración resonaba como el viento y su rostro durmiente reflejaba tranquilidad.
Con su cuerpo había creado un ovillo alrededor de ella y cubría su cuerpo desnudo con su cola dándole calor mientras velava su sueño... Parecía estarla resguardando recelosamente, como un perro que duerme con su único hueso entre las patas...

Se movió sigilosamente, disponiéndose a retirarse a su habitación ya que desconocía por completo los hábitos de la bestia al dormir y temía que en algún punto, tal vez al despertar, la desconociera y le hiciera daño sin quererlo.

Cuidadosamente salió de debajo de su cola y teniendo cuidado de no hacer ruido o mucho contacto físico al fin logró salir a gatas de la custodia del lobo plateado.

Avanzo sin levantarse un par de metros y justo cuando decidió que era seguro ponerse en pie, a penas se levantaba cuando sintió como algo golpeó una de sus piernas haciéndola caer al suelo y acto seguido ese mismo algo se posó sobre de ella...

------Tranquilo...-----pidió escuchando a la gran criatura gruñir con disgusto sobre de ella y acto seguido se dió media vuelta, quedando de espaldas debajo de él. ------ Soy yo...---- Le tranquilizaba viéndolo mostrarle sus colmillos con enojo. -----Lo siento...  Yo... Lo siento. No volveré a irme, bien? Tranquilo.

Rin entendió entonces, que aún en su estado más bestial, era incapaz de desconocerla. A fin de cuentas, su olor estaba en ella. La reconocía como su compañera temporal y cuál criatura salvaje e instintiva que era, la recelava tremendamente.

Ella no sabía mucho del celo en los lobos de su especie, pero sabía bien que la mayoría de los animales eran particularmente recelosos de sus hembras en temporadas de celo, ya que sus instintos de preservación les dictaban asegurarse de que toda descendencia que llegara producto de esa temporada fuese suya y solo suya.
Leones, lobos, hienas, osos y muchas otras especies tenían cero tolerancia con las crías de otros machos.
Rin supuso que aquel debía ser el caso respecto al comportamiento del peliblanco...
Ellos no iban a criar, desde luego, pero a fin de cuentas ese es el propósito original del celo y todos los instintos que con el venían eran imposibles de ignorar...

-----No iré a ningún lado. ---- Le aseguró ella mientras extendía sus brazos y pasaba a acariciar la cabeza del gran lobo quien comenzaba a calmarse...----- Soy tuya, lo olvidas? -----le sonrió dulce y espontáneamente, como si no le resultara extraño el hecho de tenerlo cerca... Ella jamás se había transformado y no lo haría nunca, pero a fin de cuentas, también había una criatura bestial que era parte de ella y esta misma le impedía sentir temor ante Sesshomaru al reconocerlo como su igual y además de todo, su compañero temporal.
Tal como si hubiese podido entender sus palabras, el lobo inclinó su cabeza dejándose guiar por las manos de la joven y ésta puso un suave beso sobre su frente...

------Me alegra que hayas sido tu el primero...

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora