El cazador. (Parte 1)

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Pasados algunos días ambos se preparaban para marcharse de la cabaña, aunque ciertamente invertían mucho más tiempo haciendo el amor, intentando saciar sus deseos del otro y es que, la verdad era que aunque ella ya no se sentía tan deseosa como en las primeras semanas de su celo, seguía deseando terriblemente al peliblanco...
Entre ellos había algo que ninguno de los dos podía explicar, solo sabían que morían por el otro...

Ella lo miraba como si fuese la más brillante galaxia y el la miraba como si fuese la más bella estrella dentro de esa galaxia...
No podía creer cuánto le hacía sentir.
No era solo deseo insaciable, sino una sensación de calidez, de seguridad, de tranquilidad... como si estando con ella no necesitara nada mas.
No podía si quiera imaginar su vida ahora sí no la hubiese conocido aquel día; si ella no hubiese pisado su territorio... estaba agradecido de que fuese tan terca y tan insistente para quedarse... estaba agradecido de que se quedara.

Sesshomaru fue pues aquella tarde al bosque para reforzar las marcas de su territorio que la nieve había cubierto, por lo que Rin se quedó sola en la cabaña.

Pasó la primera hora sentada en el piso de la cocina vaciando las alacenas y la nevera para intentar llenar su insaciable estómago.

Ésta vez, las galletas, el yogurt y las frutas no la satisfacían, todo lo que buscó fue carne.
Devoró cada filete, cada corte y cada embutido que encontró como si no hubiese mañana y a penas se sintió ligeramente satisfecha, su cuerpo pareció pagarse, trayéndole una necesidad tremenda de irse a dormir.

Fue directamente a la recamara y se metió en la cama, cubriéndose con las mantas y calló perdida.

No supo exactamente cuánto tiempo estuvo dormida pero despertó de golpe ante un presentimiento sumamente extraño.
Su corazón latía un tanto más rápido de lo normal y podía sentir sus sentidos agudizarse mientras su instinto le indicaba una cosa: Peligro.

Se levantó a toda prisa y rápidamente se puso un par de jeans, se calzó unas botas, tomó una chamarra y salió de la habitación.

Buscó el olor de su compañero pero no estaba, por lo cual supuso que no había vuelto a pisar la cabaña...

----- Dioses... ---- expresó con preocupación y acto seguido fue a la ventana y moviendo las persianas para asomarse, trató de distinguir al peliblanco en alguna parte... Nada.
No había más que bosque y nieve alrededor. ----- Sesshomaru... En dónde estás?

Se rehusó a ser víctima del miedo, pero todos sus instintos le gritaban que algo no andaba bien, incluso los músculos de sus piernas comenzaron a tensarse, señal de que su cuerpo se preparaba para correr.

------ Mierda! ----- se quejó al no poder más con su angustia; quitó todos los seguros de la puerta y salió de la cabaña.

Hacía mucho frío, por lo que su olfato no estaba ayudando mucho y no parecía haber rastros de su compañero...

-----Sesshomaru?? ----- llamó sin alzar la voz previniendo que realmente hubiese algún tipo de peligro.
No hubo respuesta.
Caminó unos cuantos metros más al interior del bosque intentando encontrar algún rastro del lobo pero después de buscarlo por varios minutos sin rumbo alguno, no hubo mayores resultados.

------- Dioses... En dónde te metiste?

Decidió volver a la cabaña así que emprendió el viaje cuesta arriba, sin embargo, se fue por otro camino pensando que así tendría más posibilidades de encontrar a su compañero.

Caminaba por un claro en dónde la nieve estaba particularmente suelta y su pierna derecha de hundió en una parte, pero había algo más ahí que la hizo gritar, presa de un profundo dolor...

--------AAAAAHHHH!!!!

Calló al suelo sobre la nieve y pudo oler su propia sangre.
No podía mover la pierna; hasta el más leve movimiento enviaba una descarga de dolor a todo su cuerpo...

------ DIOS!----- Se quejaba. ----- MIERDA!!!

Estando tan desconcentrada víctima de su agonía, no pudo escuchar cuando rápidos pasos se hicieron escuchar acompañados de gruñidos feroces y ladridos...

La joven intentó incorporarse para salir de ahí en cuanto su instinto advirtió el peligro, pero su pie estaba atrapado; había caído en una trampa de algún estúpido cazador furtivo y no podía moverse en lo absoluto... Estaba atrapada...

Vio entonces a una gran jauría de enormes perros cazadores aproximarse a ella a toda prisa y sin intenciones aparentes de detenerse... Y claro que no lo harían. Para ellos, ella no era una humana, sino un lobo.
Comunmente los perros solían tenerle miedo y no acercarse a ella a menos que mostrara ánimos e intenciones de juego, pero la mayor parte del tiempo lloraban y se alejaban y ahora, no era otra cosa para esos perros que un lobo herido y asustado...

Uno de los perros saltó sobre ella dispuesto a inmovilizarla; ella usó sus manos y sus brazos para cubrirse de sus fauces furiosas.
Estaba empezando a perder aquella lucha cuando el perro fue tacleado por una gran fuerza que lo sacó de sobre ella haciéndolo estamparse contra un árbol...

-----Se... Sesshomaru...---- identificó ella entre jadeos al ver finalmente a su compañero en la forma de aquel gran lobo blanco mientras literalmente hacía pedazos al perro cazador.
Más perros de la jauría intentaron someter al gran lobo mientras el resto se lanzó por la joven que estaba atrapada en la trampa.
Sesshomaru se posó sobre su compañera, manteniéndola entre sus patas para protegerla mientras él lanzaba a sus cazadores lejos a base de zarpasos o los dejaba moribundos de mordidas certeras y furiosas.
Finalmente aquellos perros que quedaron a penas vivos salieron corriendo del lugar llorando completamente asustados.

Rin sollozaba víctima del miedo, el dolor y la gran preocupación que había pasado; Sesshomaru se movió para poder verla y su sangre hirbió de furia al ver su terrible estado: su pierna estaba atrapada en una brutal trampa y sangraba demasiado, sus ropas a duras penas la habían protegido del ataque del primer perro y temblaba como gelatina completamente aterrada...

Se acercó a su rostro y la acarició mientras la olfateaba intentando consolarla y hacer que sacará su rostro de entre sus manos...

------- Mi... Mi señor...----- lloraba ella. -----El lobo acarició la mejilla de su amada compañera con su nariz como si intentase decirle algo. Como si se disculpara...---- Es... Estoy bien... Yo... Estaba preocupada... No sabía a donde habías ido... Tuve mucho miedo...

El lobo dió suaves y cálidos besos con su lengua a la joven y luego paso a examinar su pierna derecha... No se veía bien.

Rápidamente, pasó a frotar su cabeza en el pecho de la joven, indicándole así que intentará subirse a su lomo.
Rin atendió y trató de hacer lo que su compañero le decía, pero el dolor era tanto que le tomó un buen tiempo hasta que lo consiguió.
De esa forma, con su compañera al lomo, el lobo emprendió el regreso a casa...

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora