Pasaron los días y éstos se convirtieron pronto en tres semanas más.
Durante aquel tiempo, la relación entre los tres habitantes de la casa se había vuelto más llevadera... Al menos algunas veces.
La mayoría del tiempo, Sesshomaru se mostraba terriblemente receloso de Rin y no permitía que Kohaku se le acercara.
Rin le había explicado al joven humano que era normal que los lobos no dejarán que nadie se acercase a su compañera durante los periodo de celo o de gestación . Le advirtió también que incluso ella podría mostrarse reacia a tener a alguien cerca en algún momento y ciertamente así fue en algunas ocasiones.
Varias veces Sesshomaru y ella habían peleado de hecho por ese motivo: ella a veces no quería ser tocada y el estaba deseoso casi todo el tiempo.
Por otro lado, había días en los que ambos enloquecían de lujuria y deseo mutuos y prácticamente hechaban al joven humano de la casa para poder atender sus propias "necesidades".
Más de una vez, el muchacho castaño durmió en el auto.
Aún así, la mayoría de los días eran tranquilos.
Rin lograba mantener a raya el recelo de su compañero y pasaba tiempo ameno con su amigo cazador.
Solo Kohaku y Sesshomaru salían del suburbio a la ciudad cuando era necesario y siempre alguno se quedaba con la joven quien había tomado gusto por dar largos paseos por los parques del fraccionamiento por las tardes saludando a todos los vecinos, todos ellos, humanos.
Ese día por la mañana, Sesshomaru y Rin subieron al auto y el peliblanco condujo a la ciudad.
Finalmente había llegado el momento de llevar a su compañera con un médico.
Llegaron a un pequeño centro médico privado en dónde todos los recientes eran humanos, o al menos la mayoría.
Los pocos lobos que ahí se encontraban eran lobos oscuros y todos miraron con hostilidad a la pareja al verlos pasar.
Finalmente, la médico dueña de la clínica, una mujer humana de edad media avanzada los hizo pasar.
La pareja estaba evidentemente nerviosa, especialmente la joven. Quien en todo momento sujetaba la mano de su compañero y buscaba consuelo en su mirada.
La médico hizo las preguntas correspondientes y procedió a hacer la revisión general de protocolo concluyendo con ella que la joven futura madre se encontraba perfectamente sana.
Finalmente la mujer mayor pidió a Rin recostarse en la cama del consultorio para proceder con una ecografía; la joven atendió de inmediato; se recostó y retiró su suéter de su abdomen; el gel frío que la médico puso sobre ella le dió un escalofrío y apretó un poco la mano de su compañero, la cual había mantenido sujeta prácticamente en todo momento.
Finalmente, la doctora puso sobre el bajo vientre de la joven un aparato que presionó contra su piel mostrando entonces imágenes abstractas en el monitor de junto...
------ En dónde estás, pequeñín?----- preguntó la doctora al aire en tono cantarino mientras movía el aparato sobre el vientre de Rin al mismo tiempo que prestaba atención al monitor.
Pasaron varios segundos cuando finalmente, la mujer mayor dijo: ----- Ajá!... Aquí está! Pero miren eso! Parece que no está solito----- sonrió la mujer.
Ni Sesshomaru ni Rin tuvieron que preguntar para saber a lo que la mujer se refería, lo veían perfectamente: en el monitor se mostraba claramente la figura de dos pequeñas criaturas con forma a penas identificable como humana que parecían estar dentro de dos burbujas...
----- Por dios...---- lloraba Rin...----- Son... Son...?
------ Son mellizos.---- indicó la médico. ------ Felicitaciones. Son dos hermosos y sanos bebés.
----- E...ellos...----- preguntaba Rin sin poder dejar de llorar.------ Están bien??
------ Lo están.----- Sonrió la mujer mayor. ------ Están un tanto más abajo de donde deberían estar y el útero se está contrayendo un poco más de lo debido a consecuencia de ello, pero con los cuidados adecuados no será ningún riesgo. De ahí en mas, los pequeños miden y pesan lo debido para las seis semanas que tienen...Están muy bien!
