Falcon sintió su sien palpitar indignado, pero no cedió al disgusto.
-¿Por qué?- repitió utilizando un tono meloso -¿Acaso tu cuerpo no quiere estar conmigo, tu no quieres estar conmigo? Yo puedo hacer que todo el malestar que está cursando tu cuerpo desaparezca-
Eso ni el mismo se lo creía, llevaba esperando la llamada de Zacarias hacia días con la confirmación ya sabida de que era una omega y que le dijera que sustancia tenía en la sangre que le causaba estragos. No lo demostraba, pero la seguridad e integridad de su cuerpo como omega le preocupaba.
Era bien sabido que tomar supresores u otro medicamento para suprimir el celo durante tanto tiempo podía quizás no ser letal, pero si muy nocivo. Solo esperaba que los resultados fueran positivos, pues nadie se interpondría a que ella diera a luz a sus cachorros.
La idea lo hizo temblar de anticipación y pegarla más a él. Sus colmillos ardieron en la comisura de sus labios. Hacerla suya. La sensación era muy intensa.
Metió su muslo entre los de ella y desplazo la mano hacia su nalga apretándola y pegándolo a su cadera para que pudiera sentir su excitación.
La oyó gemir contra él, al descubrir una nueva sensación dentro de ella.
-Falcón- lo llamó casi implorando y no supo la razón.
-Acepta irte conmigo, preciosa- besó su mejilla hasta sus labios -Te haré ver el cielo las veces que quieras- devoró su boca introduciendo su lengua y enredándola con la de ella.
-Nooo- apenas salió de sus labios.
Falcón la pego más contra la pared y atacó su seno debajo de su blusa amasándolo buscando el pequeño pezón.
-¿Por qué? ¿Por qué eres tan terca? ¿Por qué no quieres irte conmigo?-
-Porque me traicionadas en cuanto tengas la primera oportunidad- él se detuvo de toda caricia y alzó la cabeza mirándola fijamente.
-Acaso te he dado algún motivo para que pienses eso- apretaba sus labios.
Ella afirmó y bajo la cabeza.
-Aquel día, después de pedirte ayuda, incluso cuando dijiste que era tu pareja destinada, tú estabas besándote con tu actual pareja. Y ahora me dices que no estás con ella, que garantía tengo de que no me harás lo mismo-
-Porque no es lo mismo Silver-
Bajó las manos hasta su cintura y la abrazó cariñosamente sin dejarle oportunidad para que escapara.
-Cuando un alfa encuentra a su pareja destinada es capaz de dejar incluso a su familia por tal de estar con ella. Tú misma lo sentiste incluso bajo los efectos de esos medicamentos raros-
-No puedo confiar en ti Falcón. No confío en los alfas, no confío fácilmente en las personas-
-Confiaste en tu familia y en tu novio-
-Y vez en donde estoy- alzó un poco su voz sin darse cuenta -Déjame pensarlo, mi cabeza ahora no puede tomar esa decisión-
-No puedo permitir que vuelvas a ese lugar donde está el desgraciado de tu novio. Y si... -se calló al recordar lo que le había hecho y apretó la palma hasta que las uñas empezaban a romper la piel. No te estoy pidiendo que empieces una relación así sin más conmigo- estaba realmente preocupado -Si quieres puedo comprarte un apartamento para que estés a salvo-
-No es como si me fueran a matar Falcón, estas exagerando las cosas-
-No las estoy exagerando Silver- el parecía molesto y la llama del deseo se había esfumado totalmente de sus ojos -¿Cuánto tiempo hubieras tomado esas pastillas si no nos hubiéramos conocido? ¿qué te habría pasado a largo plazo? solo de pensarlo- suspiró sobrecargado.
Nunca había sentido tanta angustia por nadie. Así que así se sentía tener a tu pareja destinada. La explosión de sentimientos también era nueva para él.
Ella estaba quieta con los ojos cerrados. Sabía que lo que él decía era la pura verdad.
-No puedo aceptar que me compres un apartamento-
-Entonces ven al mío. Quédate en el cuarto de invitados. Si quieres que iniciemos suave, puedo hacer ese sacrificio a pesar de que mi parte alfa quiera reclamarte-
Ella alzó la mirada y lo vio.
-Déjame pensarlo-
Él sonrió y la soltó poniendo distancia entre ellos. Se dio cuenta del desastre que había provocado en su ropa y extendió las manos para ayudarla a acomodarla, pero ella se lo negó con la mano.
-Puedo hacerlo yo sola- decía eso, pero sus manos temblaban ligeramente.
Falcón asintió y se giró hacia la mesa y se sentó tomando el sobre con los documentos y empezarlos analizar. Darle espacio la tranquilizaría. Ya se había dado cuenta que sofocarla no traía buenos resultados.
Ella retomando el control y terminando de acomodar su ropa se acercó y también se sentó empezando a explicar cómo iba el proyecto. Cualquiera que entrara en ese momento no se imaginaria lo que había ocurrido a menos que se enfocara en las hormonas aun dispersas en la atmósfera y que aun la afectaban a ella.
Silver suspiró sonoramente cuando la hora del almuerzo comenzó. Había salido viva de la oficina de aquel alfa. Había pensado que lo harían allí mismo. Su cuerpo se había dado rienda suelta por si solo y lo único que anhelaba era que fuera tocado por Falcón. Bajó la cabeza al sentir sus mejillas calientes. Que tenía él que la hacía reaccionar así. Negar que no le gustaba a esa altura parecería algo raro. No sabía si era por los últimos acontecimientos. Tampoco podía decir que estaba enamorada, esa era una palabra un poco fuerte, apenas lo conocía y poco habían intercambiado. Pero la idea de tenerlo a su lado como pareja no le pareció desagradable, incluso se veía más acorde que con su actual ex relación.
-Directora- uno de los jóvenes de la empresa entró corriendo en el departamento- Alguien la busca allá abajo-
Ella se extrañó.
-¿Quién?-
-Bueno, una mujer joven, muy hermosa, por cierto-
Sintió alivio al saber que no era ni su madre ni Hans, no quería verlo, no ahora ni en un buen tiempo.
-Gracias- agradeció y bajó los pisos por el elevador. Caminó hacia la entrada cuando la vio allí. Con su cuerpo delgado pero pequeño, rasgos suaves y provocadores. Radiante y perfecta. No podía equivocarse.
Fue hacia donde estaba y se detuvo. Si, era ella. La omega que besaba a Falcón aquel día. Su pareja.
La chica de giró cuando la sintió y entre la bufanda de plumas dejó a la vista una hermosa sonrisa.
-Qué bueno que te conozco, debes ser Silver -alzó una ceja después- Tú y yo tenemos mucho de qué hablar-
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YOMEGA. Destinada a ser suya (omegaverse)
RomanceÉl es un alfa y afirma que ella es su pareja destinada. Pero hay dos problemas. Primero: él esta comprometido Segundo: Ella es una beta. O eso le han hecho creer toda su vida.