Creepyland II (TERMINADO)

Aquí estas bien

Narradora

Soltó unos cuantos sonidos antes de que sus ojos se abrieran lentamente, encontrándose con el techo de madera sobre ella, extrañada intentó moverse pero sentía su cuerpo tan pesado que pensaba que le había caído algo muy grande encima anteriormente, huso algo de fuerza para levantarse hasta que se percató de que una de sus muñecas estaba esposada contra la cabecera de la cama.

-No lo haría si fuera tu- miró hacia un lado y casi a los pies de la cama había una chica castaña de piel caramelo y ojos oscuros, vestía una chaqueta negra con una falda a juego al igual que las zapatillas, estaba sentada, mirándola fijamente –Si intentas zafarte solo te lastimarás y no queremos eso-

-Por favor, suéltame, déjame irme- dijo ella con una voz algo lastimera.

-Lo siento pero no, tengo ordenes de vigilarte, además, sabemos que no tienes a donde ir Vaily Evans- se puso de pie y caminó un poco hacia la cama, la peli-negra notó dos hachas colgando de su cadera –Me llamo Marilyn y estas en la mansión de Slenderman-

-Yo... pues ya sabes mi nombre así que...- no sabía que decir exactamente, esa chica se veía seria pero algo en ella le daba calidez.

-Escucha quiero que me respondas a una pregunta- Vaily asintió -¿Por qué atacaste a mi amiga?-

-¿Yo... dañé a alguien? Ay no...-

-No la dañaste, físicamente, pero le diste un buen susto y a nosotros también, pensamos que eras un espía o algo así, tanto fue el susto que hasta algunos dormimos con armas escondidas-

-Yo... de verdad... lamento lo que hice, si la lastimé espero que me perdone, es solo que... desde que morí no controlo... mi otro yo, es difícil y no recuerdo nada cuando toma el control de mi- el sentimiento de culpa se instaló en ella al instante, sintiendo sus ojos empezar a lagrimear, no soportaría la idea de haber dañado a alguien, o al menos que no le de una razón para hacerlo.

Marilyn la miró fijamente hasta que suspiró y caminó hasta la puerta, llamó a alguien y volvió a entrar, en cuestión de segundos una figura alta y delgada estaba en el mismo cuarto que ellas.

-Veo que despertaste, si sientes el cuerpo pesado es normal, te tuve que inyectar un tranquilizante para que te calmaras y tiende a dar sueño-

-No hay problema... pero... ¿me pueden soltar por favor?- preguntó moviendo su mano esposada.

-¿Cómo sabremos si nos atacaras de nuevo?- preguntó Slenderman.

-Yo lo identifico porque mi ojo izquierdo empieza a llorar sangre, así que no se preocupe-

Estiró un tentáculo de su espalda y abrió las esposas con una llavecita, Vaily se sentó en la cama y masajeó su muñeca la cual estaba algo roja por la presión de metal de las esposas.

-Bien, ahora que estas tranquila, quiero que me digas ¿por qué estás aquí? y ¿Por qué atacaste a una de las chicas?-

Suspiró y los miró –Lo único que puedo decir es que desde que morí... en ocasiones algo me controla, una sed de sangre muy grande y al parecer... esta vez fue una de esas... cuando mi otro yo toma el control de mi cuerpo no puedo hacer nada, es como si me durmiera y no recuerdo nada de lo que hice después de eso... supongo que vio a su amiga y la convirtió en su próximo blanco- explicó sintiendo la intensa ¨mirada¨ de los dos sobre ella.