Narradora
Pasó sus manos casi por enésima vez desde que empezó a buscar los diferentes cristales que existían en el mundo, intentando encontrar una respuesta ante lo que había encontrado varios días atrás cuando visitó a su novia en las mazmorras pero por más que buscaba ninguna se parecía a la que él tenía, ni siquiera se le acercaba. Su cabeza dolía y su cuerpo se sentía pesado gracias a las noches que llevaba sin poder dormir correctamente.
Maikel sabía que ese cristal era la señal sobre algo, pero no podía descifrar de que se trataba, no se le ocurría nada, lo único que era más que claro era la mancha ya color marrón en la lente.
-Me volveré loco si sigo así- susurró para sí mismo.
Suspiro agotado para después salir de su habitación, bajando hacia la sala de estar y aproximarse hacia la puerta de entrada sin importarle que algunos de los chicos lo miraran en el proceso. Caminó por ese sendero casi sin mirarlo, eran tantas las veces que había ido por ahí que ya se lo sabía de memoria, un ligero dolor de cabeza se coló en la coronilla haciendo que Maikel posara su mano en esta y la sobara para disminuyera, claro, sin éxito, seguido de un dolor algo agudo traspasar su cuerpo, no recordaba la última vez que enfermó pero sabía que era un enfermo pésimo, se quejaba y no dejaba que nadie le ayudara, no por ser orgulloso, solo no le gustaba que lo vieran con pena.
-Maikel- levantó su rostro y miró fijamente al hombre en la entrada –No te ves nada bien amigo-
-No me digas, si no me lo dices no me doy cuenta Charles- metió su mano por instinto en uno de los bolsillos pero lo único que encontró fue la tela de su jeans, maldijo internamente, salió tan apresuradamente que olvidó el pago de siempre –Demonios, olvidé los riñones-
-¿Ahora olvidaste eso? Parece que la falta de contacto con tu novia te afecta, lástima que no puedo abrir las celdas para que ustedes dos fo...-
-¡Cállate!- exclamó cansado, enserio su cabeza explotaría –Por favor Charles, te prometo que para la próxima vez que venga te traeré el doble-
El hombre lo pensó bien, el chico realmente no le había faltado con los pagos y desde que lo vio llegar perdido en sus pensamientos notó que no se encontraba bien, además de que las ojeras bajo sus ojos lo delataban bastante.
Suspiró, no era de compadecerse seguido –Bien, doble ración para la próxima-
El castaño por un momento quiso lanzarse a sus brazos para abrazarlo pero prefirió solo sonreír ligeramente y asentir antes de entrar al lugar hasta llegar a la celda de su novia.
-Candy- la llamó apenas se puso de cuclillas.
Afortunadamente ella estaba cerca de los barrotes –Maikel, no sabía que vendrías- casi quería traspasar los barrotes para poder estar cerca de su novio al verlo, pero su sonrisa se apagó y su cara preocupada se hizo presente al notar el aspecto enfermo de su pareja -¿Qué te pasó?-
-No tengo nada tranquila- tomó su mano para quitar algo de tensión –Solo... no eh dormido bien y me duele la cabeza y el cuerpo-
-¡Eso es gripe Maikel!-
-Tal vez, tal vez no. Simplemente quería verte, eso me relaja bastante- Candy no se convenció de su respuesta, lo miró con una expresión interrogante la cual desapareció al escucharlo toser.
-¿Qué has estado haciendo para que te enfermes así?- pasó sus manos por el rostro grisáceo del chico, que aunque normalmente no era oscuro ni pálido, ciertamente se veía más claro que de costumbre, dándole aún más intensidad a su apariencia enferma.
-Nada, lo juro... Aunque... desde la última vez que vine me eh dedicado a buscar diferentes cristales y vidrios, quería encontrar una respuesta por el cristal de la otra vez pero no eh encontrado nada- frotó sus dedos en su sien.
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Creepyland II (TERMINADO)
Fanfiction-¿Por qué...?- -Solo fue para protegerlo- -No quería hacerte daño...- -Pero lo hiciste...- -Acabaremos con esto...- -¿Cómo?- -La clave está en ese recipiente y si lo destruimos entonces ellos caerán-