Felicidad

4 0 0
                                    

Narradora

Los ojos de la castaña no dejaban de mirar la puerta de la casa en donde vivió tanto tiempo, aunque no era considerado su hogar como lo hacía con la mansión y las personas que la habitaban no las consideraba en si su familia, no podía evitar sentir algo indescriptible en su pecho. Últimamente pensaba mucho en su madre, tal vez no fue la mejor madre de todo el mundo, la humilló y la desprecio incontables veces, pero de igual forma seguía siendo la mujer que le dio la vida, la mujer que sin darse cuenta la volvió fuerte y eso se lo agradecía, aunque sonora extraño.

Respiró hondo antes de comenzar a caminar por la calle de ese barrio tan conocido para ella, miró el cielo gris y nublado, hace días empezó oficialmente a llover y no habían salido ni por comida de la mansión, pero ese día supo que solo estaría así, nublado, por lo que decidió visitar de forma discreta esa casa. Todo el barrio estaba solo y callado, como si temieran que la lluvia azotara de nuevo el lugar.

-¿Marilyn?- se detuvo al escuchar una voz suave y conocida para ella, levantó su mirada y se encontró con ese rostro pecoso que la mirada con una mezcla de alegría y sorpresa -¡Marilyn!- esos brazos se enredaron en el cuerpo de la más baja y lo apretó con fuerza en un abrazo, el cual Marilyn correspondió de forma automática -¡Qué bueno que estés bien! ¿Dónde estabas? Hace casi tres meses que no te veo y tu madre me dijo que ya no volverías-

-Estoy bien, no te preocupes, solo... estuve desaparecida por un tiempo, ya sabes, quería alejarme de mí... mi familia- lo último le costó decirlo y eso para Jimena fue muy evidente.

-Pues sí, pero pudiste decirme en donde estabas, me preocupe de que algo te pasara- la zarandeo ligeramente.

-Lo sé, fue mi error- ambas sonrieron.

-¿Y en donde estás viviendo ahora?-

-Pues... es un lugar un poco lejos... y algo difícil de llegar, así que no puedo decirte con exactitud en donde es- obviamente no podía decirle, estaba prohibido que los humanos entraran al mundo Creepy y si su mejor amiga se acercaba y le pasaba algo no se lo perdonaría.

-Igualmente buscaré de la forma de llegar- respondió con ese tono de decisión que siempre usa en su voz.

-Sí, no lo dudo- esa risa nerviosa volvió a hacer que la menor la mirara fijamente.

-¿Enserio estas bien? Marilyn si alguien te está lastimando tienes que decirme, no puedo permitir que alguien te haga daño-

-¡No!- se aclaró la garganta –No, nadie me está haciendo nada-

-Eso espero ¡Porque si alguien te daña, lo buscaré y lo haré comerse tanta basura que no le entrará más porquería en su cuerpo!-

Mientras la más alta seguía soltando amenazas, Marilyn sintió una presencia más con ellas, olisqueó el aire de forma disimulada encontrándose con ese olor indescriptible tan característico de las sombras pero con una mezcla nauseabunda, ese olor que en más de una ocasión ha llegado a sus fosas nasales y que aún le parece repulsivo, muerte. Miró hacia todos lados intentado encontrar a los dueños de ese olor tan horrible, no tuvo éxito pero sabía que debían irse y rápido.

-Jime- la llamó y la menor la miró.

-¿Qué pasa?- preguntó cuando la vio mirar tan atenta hacia todos lados.

-Corre- sin esperar respuesta la tomó de la muñeca y comenzaron a corres por las calles del barrio.

No sabía a donde irían, ni siquiera sabía a donde esconderse, lo único que quería era mantener a su mejor amiga a salvo.

-¡Marilyn! ¡Espera!- no escuchó, solo siguió corriendo.

No había nadie en la calle como para poder camuflarse un poco así que tenían que encontrar una tienda o una casa en donde ponerse fuera de peligro, otra opción era la entrada del bosque, pero Marilyn sabía que era más riesgoso ahí, aunque seguía siendo parte del mundo humano, seguro Hoodie y Masky estarían vigilando en caso de que algún humano quiera entrar y si eso pasaba, o ese humano se asustaba tanto que no volvía a entrar ahí jamás o lo mataban.

Creepyland II (TERMINADO)Where stories live. Discover now