Creepyland II (TERMINADO)

Quiero poder saber

Narradora

Una respiración tranquila tras otra daba Marilyn en esos momentos, le había hablado a Kagekao de los sueños, bueno, del sueño que ha tenido desde el día que dejó su casa en el mundo humano, este le comento que meditando se podía intentar ver más profundo en sus sueños pero necesitaba un relajación absoluta y concentración, la concentración no era tan difícil y la relajación... eso casi no existe en ese mundo realmente. Tomó airé suavemente para luego botarlo por la nariz, haciendo ese ejercicio lograría que todo su cuerpo se equilibre y sea más fácil relajarse, poco a poco sentía como a su alrededor todo se iba callando, sentía su cuerpo más ligero incluso, como si estuviera sentada en un nube en vez de en su cama con un incienso especial para relajar la mente, poco a poco se iba sumergiendo en un mini sueño profundo que la llevaría a saber que había dentro de su cabeza cuando ella duerme.

-¡Marilyn!- la relajación se esfumó al instante y segundos después sintió un peso extra en su cama y unas manos en sus hombros -¡Necesito de tu ayuda!-

-¡Miguel Ángel! ¡Te he dicho mil veces que no entres a mi cuarto sin tocar!- exclamó dándole un pequeño golpe con los nudillos en la cabeza del castaño.

-Lo sé, disculpa, pero enserio, necesito tu ayuda- soltó el cuerpo de su hermana y la miró suplicante.

Suspiró con derrota y se acomodó bien -¿Qué necesitas?-

-Veras... quiero... pedirle a Pinkie que sea mi novia y... quiero que sea especial, muy especial- a la castaña le dio algo de ternura ver a su hermano sonrojado mientras le decía esas palabras.

-Pues... felicidades por querer decírselo hermano pero... ¿para qué quieres mi ayuda?-

-Es que no sé qué hacer, pensé en algo comestible pero ella cocina mejor que yo, también en traer algo del mundo humano pero no quiero caminar tanto, flores, las vemos aquí día y noche ¡Y se me acabaron las ideas!- intentó calmarse respirando hondo mientras Marilyn acariciaba su hombro –Solo quiero que sea especial, que sea algo que ninguno de los dos olvidemos-

Marilyn suspiró eh intento pensar en algo que combinara con los dos, ambos eran alegres, ella era segura y él algo tímido, además de que su hermano era un poco distraído, a los dos les gustaban los dulces, salir a ver los atardeceres, se preocupaban por verse bien entre ellos y les gustaba mucho la música, tanto así que él incluso aprendió a tocar la guitarra.

Un click resonó en la cabeza de Marilyn.

-Podrías cantarle una canción, a ambos les gusta la música y estoy segura de que le gustará mucho que le dediques una canción a ella-

Él la miró y lo pensó unos segundos –Pues... tengo escrita un canción desde hace tiempo...-

-¡Perfecto! Entonces puedes cantarla y declararte-

-¿Y si no le gusta?- ambos se miraron fijamente, él con inseguridad y ella con dulzura.

-La amará, ya verás- lo abrazó sintiendo los brazos de él alrededor de sus hombros, transmitiéndole apoyo en este acto.