Creepyland II (TERMINADO)

Recuerdo Olvidado

Narradora

Un gruñido de frustración escapó de los labios de la castaña al no tener siquiera una idea de cómo hacer que las cosas mejoren en la mansión, desde que a Sally la castigaron por haber "golpeado" a Lauren todo ha ido de mal en peor, literalmente, ahora todos estaban divididos en dos bandos, los que creían en Sally y los que creían en Lauren, ella creía en la palabra de su pequeña amiga, la cual consideraba su hermanita menor a pesar de que teóricamente Sally es mayor que ella.

Se recortó contra el respaldo de su silla y miró el techo, como si esperara que la respuesta estuviera en el aun cuando sabe que no pasará, otro suspiró escapó y esta vez se levantó dejando en la mesa un dibujo a blanco y negro mientras se estiraba, no le gusta mucho dibujar a blanco y negro pero sintió que esta vez definía a la perfección lo que tenía en su cabeza, bueno, realmente tenía mucho en su cabeza, la situación de Sally, lo que comenzaba a florecer en su pecho desde hace un buen tiempo y sus pesadillas. Desde que se fue de su casa las pesadillas invaden sus sueños y le es casi imposible conciliar con normalidad el sueño, siempre es la misma y los sentimientos son los mismos, confusión, miedo, desesperación, entre otros, tiene el presentimiento de que se trata de algo importante, pero por más que lo intenta no puedo pensar en algo que la llene de esos sentimientos con tanta intensidad.

Se acercó a su cama y se acostó, tal vez dormir un poco podría ayudarla a quitar algo de estrés, cerró sus ojos y poco a poco dejó que el sueño la consumiera por completo.

-¡Ahg!- mi atención se posó en una esquina del lado opuesto de la habitación, pude apreciar a dos hombres acorralando a alguien más contra esa esquina, pues notaba su pantalón azul oscuro y sus zapatos converse negros.

-¿¡En donde está!?- gritó uno de ellos dándole una patada -¡Habla!-

-No... diré nada..., nadie le hará daño...- cuando se incorporó un poco pude ver a la perfección quien era, mi boca se abrió de impresión al ver los hematomas en su rostro y su labio partido.

-Toby...- susurré percatándome de que mi voz era algo aguda.

Solté un jadeo cuando él se levantó y tomó una de sus hachas intentando clavarla en la cabeza del hombre que tenía más cerca pero un golpe en su costado lo impidió logrando que el hacha volara hasta mi lado, salté un poco por la impresión y miré el arma en frente de mi con los ojos bien abiertos para luego volver a posar mi vista al frente, horrorizándome por el hecho de que a mi guardián y mejor amigo lo estaban golpeando con mucha fuerza, él no sentía el dolor físico pero sabía que las patadas en el pecho y estomago lo estaban dejando sin fuerzas y aire.

Miré de nuevo el hacha y no dude en incorporarme un poco, tomando el mango color naranja e impulsándome para sacar e filo de la madera, costó mucho el sacarla, era más grande y pesada así que fue más trabajo pero al final lo logre, me puse de pie y me fijé que ellos no pudieran verme, aunque habían tantas cajas apiladas entre ellas y era tan pequeña que no lograba verse ni mi cabello, con el hacha en manos salí con cuidado sin hacer ruido, sentía el terror atravesar mi cuerpo pero al ver el cuerpo casi inconsciente de Toby... algo en mí... como una chispa hiso que tomara con más firmeza el mango del hacha y que de forma rápida caminara hasta uno de los hombres y la dejara caer sobre su espalda, este cayó casi al instante, lo miré con algo de sorpresa por lo que había hecho pero de nuevo sentía la chispa y esta vez mi mente se nubló, tomé con fuerza el mango de nuevo y lo saqué del cuerpo, esta vez mi vista se posó en el hombre que estaba en frente de mí, sacó un cuchillo y se acercó a mí con él, por instinto levanté el hacha y cuando me di cuenta su mano rodó a un lado y de su muñeca caída sangre la cual me había manchado la cara, él se arrodilló tomando su brazo soltando alaridos de dolor puro y viendo con horror su sangre caer y empapar el suelo con esa sustancia rojiza y de olor metálico, no perdí el tiempo, volví a alzar el hacha y esta vez... su cabeza rodó... ahora su cuerpo era un rio de sangre que había empapado hasta mis manos y mi ropa, cuando mi mente se aclaró miré a mi alrededor pero en segundos mi vista estaba posada en esos dos cuerpos y en la sangre corriendo, solté el hacha y miré con horror mis manos.