Felicidad y orgullo

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Narradora

Fueron segundos para que sus ojos se acostumbraran a la luz que entraba por su ventana, no le caía directamente en los ojos pero de igual forma, la claridad ya era molesta para ese punto, por lo que no podía seguir en su inconciencia, aunque también le había despertado un pequeño dolor en su costado derecho, de pronto recordó como sintió ese filoso cuchillo de metal atravesar su vientre de 7 meses y como en minutos su visión se nubló hasta ver todo oscuro.

Miró a su lado para encontrarse con su pareja dormida en una silla, podía notar rastros de lágrimas en sus mejillas y como bajo sus ojos se encontraban unas oscuras bolsas, posiblemente por no poder dormir bien durante la noche.

-Masky... amor...- lo llamó despacio.

Este se removió suavemente al escuchar que lo llamaban hasta que abrió sus ojos y vio esos orbes verdosos de los cuales se había enamorado desde hacía mucho tiempo.

-¡Alice!- dijo acercándose más para tomar su mano entre las suyas -¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?-

-Estoy bien, solo siento un poco de dolor en el costado-

-Nos diste un susto enorme a todos, pensé que te perdería-

-No me perderás tonto, soy inmortal, pero el bebé...- dijo posando una mano en su vientre.

-Están bien, no te preocupes-

-Sí, yo estoy bien, pero no sé cómo está el bebé-

Él solo sonrió sintiendo su pecho oprimido por la angustia pasada –No tendremos solo un bebé cariño, serán dos- la mirada de sorpresa que puso Alice le sacó un carcajada –Ambos están bien, no alcanzó a tocarlos-

-¿Dos? ¿Tendremos dos bebés?- preguntó sobando suavemente su panza.

-Sí, dos pequeños ángeles- dejó escapar sus lágrimas retenidas.

Los ojos de ella se cristalizaron en cuestión de segundos, mientras los miraba con amor puro –Dos pequeños ángeles que serán tan valientes como su padre y su madre-

Él estiró su mano para posarla en su vientre, sintiendo unas pequeñas pataditas –Con un corazón igual de grande como su madre-

Ambos se miraron sin dejar de sonreír, sintiendo en sus pechos orgullo de que pronto tendrán dos nuevos miembros que serán igual de valerosos que sus padres.

Pinkie sonreía mientras llevaba la bandeja con el desayuno para su novio, quien aún no se había despertado pero que estaba segura de que pronto se levantaría y estaría lleno de energía como de costumbre

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Pinkie sonreía mientras llevaba la bandeja con el desayuno para su novio, quien aún no se había despertado pero que estaba segura de que pronto se levantaría y estaría lleno de energía como de costumbre.

Entró con cuidado y dejó la bandeja con jugo, tostadas y huevos revueltos en el escritorio algo sucio y desordenado, dándole poca importancia, se volteó y tomando la silla de su escritorio se sentó al lado de su cama, mirando fijamente el rostro pacifico del castaño, corrió algunos mechones rebeldes de sus parpados y siguió admirándolo, si bien Miguel Ángel no era exactamente un adonis, para ella era el hombre más atractivo con el que pudo cruzarse, además de ser atento, cariñoso, algo sobreprotector y distraído, todas esas cualidades ella las amaba, aunque a veces le estresaba un poco que fuera algo exagerado o un poco intenso en algunas ocasiones seguía queriéndolo como cuando descubrió sus sentimientos por él. Sonrió, recordó cuando se conocieron, él aún era un niño de diez años y ella era algo tímida para hablar con todos pero aun siendo él un niño llamó su atención, lo veía hacer travesuras con su hermana, jugar, entrenar y tocando guitarra, lo vio crecer y convertirse en el hombre que tiene ahora mismo en frente de ella, ese mismo que hizo que su corazón latiera con fuerza y que pudiera sentir por primera vez lo que se siente el amor.

Creepyland II (TERMINADO)Where stories live. Discover now