Larah
—Después de tus exámenes podríamos ir al club. Cameron volvió a llamar, deberíamos ir. Después de todo el se ha preocupado mucho por ti en todo este tiempo. —Dijo Ana.
—No estoy segura. Sabes que Cameron tiene otras intenciones conmigo y.... no puedo corresponderle. —Dije.
—Tal vez tengas razón. —Dijo. Mi padre llamó a mi móvil.
—Larah, hija, tienes que regresar a la casa de inmediato. —Parecía muy preocupado.
—Papá tranquilízate. ¿Pasa algo? —Pregunté.
—Me llamaron. Acaban de asesinar al joven que decidió hablar diciendo que todo tu caso era mentira. Debes regresar. —Dijo.
—Tranquilo, no me pasará nada. Solo iré al hospital y después iré con Ana a casa, lo prometo. —Dije.
—Por favor no te despegues de tu seguridad en ningún momento. —Dijo.
—Papá tranquilízate por favor. —Dije.
—Hemos llegado señorita. —Dijo el chofer abriendo la puerta. Ana y yo nos bajamos.
—Me parece una pérdida de tiempo venir a el hospital a hacerme unos exámenes, me siento perfectamente bien. —Dije.
—Bueno.... no tardaremos mucho y con eso tu padre quedará tranquilo. —Dijo Ana.
—No entiendo por qué sigue tratándome como una niña. Y con todo lo qué pasó, aún más.... aveces es molesto. —Reí un poco.
—Ya quisiera que..... —Ana se quedó tensa, miraba hacia el frente. —Larah.... cuidado. — Ana me arrojo al piso recibiendo aquella bala. Mi seguridad actuó de inmediato, aquellos hombres que dispararon se subieron a un auto a todo velocidad. Huyeron.
—Ayuda, por favor ayuda. —Grité desesperada, Ana comenzó a perder sangre. Por suerte estábamos en un hospital y algunos médicos salieron a encargarse de la situación.
—Estaré bien.... estaré bien. —Dijo Ana con dificultad mientras se la llevaban para que sea atendida. Tomé mi móvil y llamé a mi padre.
En poco tiempo llegó al hospital abrazándome con fuerza.
—¿Como estás hija? ¿Está bien? —
—Estoy bien. Pero Ana.... ella recibió el disparo, papá ella está muy mal... todo por mi culpa, me querían matar a mi. Ana, ella me salvó. —Dije nerviosa.
—Tranquila, pero.... hija tenemos que hablar. La persona que está haciendo eso te quiere ver muerta cueste lo que cueste y no voy a permitir eso. Así que ahora mismo te vas con James al aeropuerto. Tengo todo arreglado. Cuando todo se solucione entonces podrás volver. —Dijo mi padre.
—No papá. No voy a irme y menos dejando a Ana así. —Dije.
—Eso no está en discusión Larah. Es por tu propia seguridad. —Dijo.
—Lo haré pero después de ver a Ana. —Dije. Él aceptó e hizo un par de llamadas más.
Joseph
Regrese a "casa" por la mañana. Lindsay estaba con su hermano, esos dos son inseparables.
—Mi amor.... ¿Como te fue en los negocios? Te extrañe. —Me abrazó.
—Todo en orden. De hecho tengo el día libre y estaba pensando en.... —Mi móvil sonó. Respondí, era Andrew.
—Señor, malas noticias. Nuestro único testigo fue asesinado y también la señorita Larah sufrió un atentado. Están en el hospital central.... —Dijo.
—¿Como está ella? —Si algo le pasó, me muero.
—No lo sé señor. Pero su seguridad perdió a las personas que lo hicieron. Otra vez esos desaparecieron pistas. —Dijo.
—Encárgate de eso, contrata más gente, has lo que tengas que hacer pero encuentra a esos hijos de puta ya. —Colgué el teléfono tomando las llaves de mi auto. Lindsay me detuvo.
—¿Amor qué pasó? Acabas de llegar y ya te vas..... —Dijo.
No respondí, simplemente me fui lo más rápido que pude hacia el hospital.
Lindsay
—Todo está saliendo mal, los pendejos esos no pudieron asesinar a esa zorra. —Dijo Alain.
—Pueden descubrirnos en cualquier momento Alain.... tenemos que irnos ya. —Dije.
—No.... no y no. Después de que Larah no sea un estorbo tenemos que esperar un tiempo para deshacernos de Joseph y después cariño, todo esto será nuestro. —Alain me besó. Sonreí.
Larah
—¿Como te sientes? —Le pregunte a Ana quien gracias a dios se encontraba a salvo, estable.
—Un poco adolorida pero viva. —Sonrío un poco.
—No debiste arriesgar tu vida por mi Ana... estuviste apunto de morir. —Dije.
—Sabes que además de ser mi prima eres mi mejor amiga. —Dijo.
—Me alegra que estés bien..... —Baje la cabeza soltando un suspiro.
—Tu no estás bien..... ¿que sucede? —Me miró.
—Mi padre quiere que me vaya lejos..... dice que no estoy segura aquí. —Dije.
—Por primera vez estoy de acuerdo con él, debes irte. Hoy intentaron matarte y mientras no encuentren a los que lo hicieron tú sigues corriendo peligro. —Dijo Ana.
—Lo sé..... me voy en dos horas. —Exhalé.
—No pensé que te fueras tan pronto, voy a echarte de menos. —La abracé.
—Espero poder volver pronto. —Dije.
Me quedé un poco más con Ana, después la seguridad de mi padre fue a buscarme para llevarme hasta el aeropuerto privado. Me sentía totalmente triste.... Escuché la voz de Joseph, gritaba mi nombre desesperado y se acercaba corriendo a mi.
—¿Que estás haciendo aquí? —Dije.
—Estaba preocupado por ti. Yo.... Larah no soportaría perderte. —Me abrazó fuerte. Su aroma me inundó. Sus brazos..... carajo como extrañaba tanto estar en ellos.
Pero..... no.
Me solté.
—Estoy bien. Ya no tienes nada de que preocuparte. —Dije.
—Larah.... necesito hablar contigo, por favor.... por favor.... te necesito. —Dijo con la voz entrecortada.
—Señorita.... su avión saldrá en menos de una hora, tenemos que irnos ya. —Dijo mi seguridad.
—¿Avión? ¿A donde vas? —Su expresión se tornó seria.
—Adiós Joseph. —Dije.... no pude evitar derramar una lágrima. Él tomó mi mano.
—Larah..... no. No te vayas. —Me miró. Con su mirada cristalizada.
Me solté.
—Encárguense de que este hombre no me siga al aeropuerto. —Me subí al auto.
Quizá sea la última vez que vea a Joseph.
Mi destino nadie lo conocía, a excepción de mi padre. Regresaría a la ciudad cuando todo se calme, cuando todo se resuelva.
Pero lo más importante, cuando logre arrancar a Joseph de mi corazón.