1.32 Me arruinaste la vida

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Joseph

Entré a su habitación, ella estaba dormida. Tomé su mano y acaricié sus mejillas.

—Vas a estar bien amor. —Solté una lágrima.

—¿Vas a decirle que perdió a un bebé de Santiago? —Dijo Jillian.

—No puedo ocultárselo. —Dije.

—¿Y vas a decirle que quizá ya no pueda volver a tener hijos? —Preguntó.

—No lo sé Jillian. Lo que me importa ahora es que ella despierte bien. —Dije.

Larah comenzó a despertar intentando murmurar algo.

Larah

Me dolía la cabeza, el cuerpo entero. Escuchaba voces, voces que conocía a la perfección.

—¿Y vas a decirle que quizá ya no pueda volver a tener hijos? —Era Jillian.

—No lo sé Jillian. Lo que me importa ahora es que ella despierte bien. —Respondió Joseph.

Derrame una lágrima, no volvería a tener hijos.

—Dime que no es verdad. —Intenté decir pero aún me sentía un poco débil.

—Habla al médico ya. —Le Dijo Joseph a Jillian. Mientras tomaba mi mano. —Mi amor, tranquila. Aquí estoy. —Dijo.

—Me duele todo. —Lagrimé.

—Ya vendrá el médico. Vas a estar bien. Te lo prometo. —Sonrío.

—¿Es verdad lo que dijiste? ¿Perdí a un bebé? —Lo miré lagrimando. Él exhaló.

—Si. —Acarició mi mejilla limpiando aquella lágrima. Quité su mano.

—¿También es verdad que ya no volveré a tener hijos? —Pregunté con la voz entrecortada.

—No lo sabemos amor. El doctor dijo que es muy probable que..... —Interrumpí.

—Déjame sola por favor. Déjame sola y vete de aquí. —Dije lagrimando.

—Se como te sientes y no, no voy a dejarte sola. Tú no quieres que te deje sola. —Dijo abrazándome. Me eche en su pecho a llorar.

—Ya no voy a poder ser madre otra vez Joseph.... —Lloraba.

—Ya eres madre, una gran mamá. —Besó mi cabello.

El médico llegó, terminó de revisarme y de darme algunas medicinas más para el dolor. Me quedaría un par de días más en el hospital.

Joseph no quizo decirme nada de Santiago, lo único que sé es que toda la policia en la ciudad está buscándolo.

Santiago

—Necesito ir a ese puto hospital a ver cómo está Larah. —Dije desesperado. Bruno me miró molesto.

—¿No ves que toda la policia está buscándote? Y todo por una zorra que no supiste dominar. —Dijo.

—Tu nunca vas a entenderme, ni tú ni papá. No me interesaba dominar a Larah, quería tenerla, quería amarla. —Dije. Bruno rió.

—Cada vez me doy cuenta que no eres como nosotros pero bueno..... ahora si que ya no tienes de otra. La única manera de tener a Larah va a ser con esto. —Dijo entregándome un arma.

—No voy a matarla. —Dije.

—No es para matar a Larah. Es para que asesines a Joseph. Deshaciéndote de él, tienes el camino con Larah libre. —Dijo Bruno.

—Larah va a odiarme aún más. —Dije.

—Es lo mismo que papá hizo con mamá, lo mismo que yo hago con Adela. Se va a acostumbrar, no le va a quedar de otra. Así que tienes que actuar ya. —Dijo Bruno.

—Primero tengo que recuperarme y dejar que Larah se recupere. Necesito que vayas a ese hospital y averigües cómo está Larah. —Dije.

—Ya lo hice. Esta bien.... aunque.... perdió a un bebé. Seguramente tuyo. —Dijo Bruno.

—¿Asesiné a mi propio hijo? —Pregunté sorprendido, frustrado. Con un gran nudo en la garganta.

—Ya te dará tiempo de tener otros. —Bruno rió.

Larah

—Estoy bien Papá. —Dije. Mi padre había venido al hospital.

—Quedé sorprendido al ver las noticias, tu madre y yo estamos muy preocupados por ti. Me alegra que estés bien cariño. —Dijo mi padre dejando un beso en mi frente, sonreí.

—Gracias por venir papá, me hace mucho bien verlos aquí. —Sonreí. Mi madre me tomó de la mano.

—Jamás creí que ese hombre fuera capaz de tanto, te confieso un nunca me agrado pero.... esto fue demasiado. Puso tu vida en peligro cariño. —Dijo mi madre.

—Y vamos a tomar cartas en el asunto, entre Joseph y yo. Ahora lo mejor es que tú y mi nieta vayan a nuestra casa, ahí podremos protegerlas. —Dijo mi padre.

—Son mi familia ahora Antonio, yo puedo protegerlas. —Dijo Joseph.

—¿Tu y mi hija? —Preguntó mi padre.

—Si. Estamos juntos. —Joseph sonrió mirándome. Intenté devolverle aquella sonrisa pero me sentía completamente rota.

—Puedes estar tranquilo papá. —Dije....

—Si algo llega a pasarle a mi hija Joseph, tu serás quien responda. —Dijo mi padre serio.

—Voy a protegerla con mi vida Antonio. Amo demasiado a tu hija y no dejaré que nada le pase ni a Larah ni a mi hija. —Dijo Joseph. Sonreí.

Pasaron dos semanas, me sentía un poco mejor, físicamente, por que emocionalmente estaba hecha un desastre. Igual que Jillian.

Santiago nos había destruido a las dos.

Pero pronto va a pagarlo y eso lo prometo.

Se viene lo mejor.... o lo peor.

TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora