1.34 Viaje de regreso

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Larah

Se puso pálido, su rostro cambió en un segundo.

—Pero Larah... —Interrumpí con una sonrisa.

—Era broma. —Reí ligeramente. —Claro que quiero compartir mi vida contigo Joseph, te amo tanto. —Lo besé, el Sonrío.

—Ibas a matarme... no vuelvas a hacerme una broma así. —Me besó.

—Nunca dudes de lo mucho que te amo, mi amor. —Sonreí mirándolo a los ojos.

—¿Si sabes que me haces el hombre más feliz del mundo? —Acarició mi mejilla. Sonreí y besé sus labios, después nos dejamos llevar pos aquellos besos....

Desperté en brazos de Joseph. Amaba mirarlo dormir con esa gran tranquilidad. Besé sus labios, el Sonrío.

—Podría despertar así todos los días. —Me miró.

—Lo harás. —Sonreí.

—¿Que hora es? —Preguntó.

—Ocho treinta. —Dije.

—Mierda, se nos está haciendo muy tarde, debemos estar en el aeropuerto a las diez de la mañana. —Dijo.

—¿Debemos? —Pregunté confundida.

—Si, un viaje por todo el fin de semana para nosotros dos. —Sonrío.

—¿Que hay de nuestra pequeña? —Dije.

—Ella está feliz con tus padres... y emocionada por que tú y yo pasaremos tiempo juntos. —Sonrío.

Santiago

—Ayer no quisiste comer nada hermosa y ahora tampoco quieres desayunar... tienes que comer. —Dije dejándole un plato de frutas a Jillian. Ella negó.

—Si me dejas salir de aquí te juro que no le dire a nadie absolutamente nada. —Dijo.

—En poco tiempo vas a salir de aquí, pero si no me obedeces saldrás en una caja de madera. —Reí.

—!Estas enfermo! ¡Tu y tú hermano son unos malditos psicópatas! —Jillian levantó la voz. Yo estrellé mi puño en su cara.

—Cállate maldita zorra. Vuelves a decir algo así y voy a matarte, lo juro. —Grité.

—Joseph va a matarte en cuanto me encuentre, eso tenlo por seguro. —Dijo. Reí.

—Tu querido hermano estará muerto mañana por la mañana cariño. Ahora mismo debe estar con Larah en un vuelo a Miami. Y en cuanto aterricen y se dirijan a su hotel, mis hombres estarán esperando a Joseph para llenarlo de balas. —Sonreí.

—No voy a dejar que hagas eso. No vas a matar a mi hermano. —Gritó.

—Quizá te dejé ir para su funeral. —Reí saliendo de la habitación.

Larah

—Esto es hermoso. —Dije mientras caminábamos hacia el auto que nos esperaba para llevarnos al hotel.

—Y no sabes todo lo que tengo planeado para nosotros estos días. —Me besó.

—No importa donde estemos, lo que importa es que estemos juntos. —Dije.

—Hay que ir al hotel, dejar nuestras cosas ahí y después comenzar con nuestros planes. —Dijo.

—¿Por que no le decimos a nuestro personal que lleve nuestras cosas al hotel y nosotros vamos a disfrutar de este maravilloso clima, en la playa? —Rodeé mis brazos en su cuello.

—Esa me parece una gran idea, así no perdemos ni un minuto de este paraíso. —Me Sonrío. Tomamos Una pequeño bolso en el que teníamos los trajes de baño que necesitaríamos y nos dirigimos hacia la playa.

La estábamos pasando de maravilla.

—Si bebo más me tendrás que llevar al hotel cargada. —Reí.

—Eso no me molestaría. —Joseph rió.

—¿Y esto si? —Reí tomando un poco de arena y se la lance al pecho. El me miró.

—¿Entonces quieres pelear? —Tomó un poco y me lo lanzo, ambos reímos corriendo hacia el océano, sumergiéndonos en las aguas, abrazados.

—Te amo. —Lo miré.

—Y yo te amo a ti. —Me besó pegándome más a él, podía sentir su erección, gemí un poco.

—Joseph... —Lo miré deseosa.

—Creo que debemos irnos ya al hotel. —Me mordió el labio.

—Creo lo mismo. —Sonreí.

Santiago

—¿Vas a seguir sin comer? —Dije entrando a la habitación donde teníamos a Jillian, la hija de puta ya no estaba ahí. —¡¿Donde mierda te metiste Jillian?! —Grité y comencé a buscarla. No tarde demasiado, ella estaba encerrada en uno de los baños con mi móvil, hablaba por teléfono.

Larah

Estábamos llegando al hotel cuando el móvil de Joseph sonó, un número extraño estaba llamándolo, él decidió responder, puso en altavoz aquella llamada.

—Joseph... Joseph soy yo, Jillian. Se que estás en Miami pero por favor no vayas a tu hotel, están esperándote para asesinarte, por favor. —Dijo Jillian nerviosa. Joseph comenzó a preocuparse.

—Necesito que te tranquilices y me expliques qué demonios pasa Jillian. —Dijo Joseph.

—Santiago.... El me tiene secuestrada. Y por favor, no vayas a ese hotel. Van a matarte. Por favor no vayas. —Dijo. Pero... fue demasiado tarde, ya estábamos en el hotel.

Varios disparos se escucharon..... ¿Por qué siempre los buenos momentos tienen que arruinarse?

¡Hola! Les prometo que actualizaré más😊

Mientras cuéntenme, ¿que les parece la historia?

¿Que creen que pase?

Y lo más importante, ¿que quieren que pase?

TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora