Rey de los dragones [En corrección]

Las crías tercas. [Corregido.]

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Estoico estaba encadenado en el suelo rodeado por guardias y pueblerinos enfurecidos. La reina Mala frente al jefe de Berk mirándolo enfurecida.

– Tu y los demás Berkianos quedan expulsados de mi isla por intento de asesinato! – rugió Mala. Desde que su hijo llegó a la sala médica con una herida de hacha ha estado reprimiendo las ganas de matar al hombre frente a ella.

Throk no estaba mejor. Si el filo de su lanza rozaba demasiado con el cuello de Estoico nadie comentó nada ni intentó detenerlo. Las manos alrededor de la lanza estaban tan apretadas que dolía verlo.

Un terror monstruoso llegó de la nada y aterrizó en el brazo de Astrid quien estaba mirando el veredicto. La rubia sacó un poco cautelosa la carta atada a su pata y cuando lo hizo el terror monstruoso alzó vuelo y se alejó.

Dagur dió un paso adelante y habló; – Si tú o tu gente se acerca a nuestro territorio, será una declaración de guerra. – Permitió que las palabras se asentarán en Estoico y luego dijo; – Y Estoico. – llamó al líder.

De un momento para el otro el puño de Dagur estaba en la cara de Estoico. – Esto es por casi matar a Hippo. – Gruñó Dagur.

El jefe de Berk no tuvo tiempo de recuperarse cuando Throk le dió una patada en el estómago. – Por casi matar a mi hijo. – Gruñó con veneno.

Átali clavó una daga en su brazo y Mala le dió una patada en la entrepierna.

Eret dió un paso adelante y le dió una patada en el abdomen. Heather le dió otro puñetazo en el rostro,  Alex lanzó una patada en su estómago de nuevo y Chrissy no dudó en clavar una daga en su otro brazo.

Estoico aceptó todo esto en silencio sin una sola queja.

---Hippo Pov---

Hippo se ha estado recuperando lentamente. Pasaron dos semanas antes de siquiera intentar sentarse y dos semanas más antes de poder levantarse.

Chimuelo ha estado pegado a el, gorjeando preocupada y su cuerpo sirviendo como soporte. Su madre lo acompañaba y lo iba a visitar en sus actividades diarias cada que podía.

Su grupo de amigos se encontraba pegado a el todo el tiempo qué podían. Hippo amaba a sus amigos pero últimamente estaban siendo pegajosos y protectores, necesitaba un respiro.

La seguridad había sido reforzada en toda la isla de los guardianes del ala y las demas islas de la unión. Su madre estaba tan paranoica que ahora tenía un guardia siguiéndolo a todos lados.

Por eso, luego de tres semanas estando en cama, encerrado en su habitación para luego ser perseguido, vigilado y cuidado como un niño de cinco años, Hippo decidió que necesitaba tiempo a solas. A solas sin su madre, sin sus amigos y sin todos sus seres queridos.

No lo malentiendan. Los ama a todos. Pero necesita desesperadamente aire fresco y un tiempo sin que todos lo miren como si se fuera a romper.

Dejó una carta sobre que volvería en menos de tres días y se fue con Chimuelo. No tenía ningún plan en mente más que vagar por ahí.

Luego recordó la carta que le había dado a Astrid. Una promesa que la visitaría pronto. Dudó un poco, ella querría verlo? O ya había aceptado que no podían ser amigos y no quería verlo más? Debería ir y verla?

– Que dices, amigo? Vamos a ver a Astrid? – su amigo gruñó algo disconforme, pero comparado con el desagrado y casi odio que su amigo le tenía a Astrid esto era un gran avance. Sonrió alegre y cambiaron de dirección. Con suerte llegarían a la mañana siguiente en el atardecer.