1. 𝐸𝑠𝑐𝑎𝑝𝑎𝑛𝑑𝑜

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Otra vez lo mismo de todos los fines de semana.

Me arrepentí de haber leído el mensaje y estar obligada a responder.

Agustina 21:15

Juli, estás libre hoy?

Me quedé mirando el mensaje un rato largo. La verdad es que a veces prefería quedarme en mi casa, hace poco me había ido a vivir sola a un departamento en Recoleta, mis papás me ayudaban a pagarlo, yo ponía mi parte con el sueldo de mi trabajo, me ayudaba bastante con la facultad porque no tenía que viajar mucho. Eso es lo que me la bajaba de salir los fines de semana. La facultad. Estaba concentrada en poder estudiar bien, sin distracciones, y a lo mejor cuando se terminen los exámenes darme un respiro. Además, me gustaba quedarme en casa los viernes, era como un ritual.

Pensé un rato alguna excusa para responder. No se me ocurrió nada. Y era tan mala mintiendo que cualquier cosa que diga no iba a ser creíble ni en el más mínimo detalle. Suspiré rendida y escribí.

•Julia 21:32

trataba de buscar alguna excusa para decirte que sí,
pero la verdad es que no
pero tampoco tengo ganas de salir, así que por favor no me invites a ningún lado

Envié el mensaje y Agustina lo leyó al milisegundo. Siempre era de responder los mensajes al instante.

Agustina 21:32

Corté con Ignacio. Necesito salir aunque sea hoy, por favor acompañame

Me sorprendió bastante con el último mensaje. Ignacio y Agustina estaban juntos desde el secundario, se gustaban desde chiquitos. Eran de esas parejas que odias de tanto dulce que hay de por medio, pero que también se envidiaba el amor que transmitían. Agustina lo quería mucho, nunca se había fijado en otro chico ni había intentado tener nada con otro chico. Con Ignacio, a pesar de conocerlo desde jardín, nunca supe si sintió atracción por otra que no sea ella. Agustina es hermosa, yo la envidiaba de una buena forma, su pelo castaño y sus ojos súper azules, una combinación tan linda que me hacía querer tirarme por la ventana de mi pieza cada vez que estaba con ella. Ignacio también es lindo, de vez en cuando me daba culpa mirarlo porque sentía que traicionaba a Agustina, pero una tampoco es ciega.

Decidí contestarle que sí. Que la acompañaba y que quería que me cuente que pasó.

Me levanté de mi cama y miré mi placard, no sabía a donde quería ir, pense que seguramente a bailar como siempre, así que agarré ropa para la ocasión. Me la puse y me miré al espejo. Una pollera al cuerpo que no usaba hace mucho y un top blanco hasta el ombligo. No me quedaba mal, por suerte podía decir que nunca me sentí inconforme con mi cuerpo, sí tenía mis momentos de inseguridades como todo el mundo, pero el que no las tiene que arroje la primer piedra. Me arreglé un poco el pelo y me maquillé, y conforme con el resultado agarré una campera del placard y fuí hasta el living para esperar a Agustina.

"Hoy vas a tener que esperarme dormido." Le dije a Pedro, mi gato, que estaba hecho una bola en el sillón mientras ronroneaba tranquilo. Se removió un poco mientras le acariciaba la espalda, y me daba pena dejarlo solo, pero no podía arrepentirme porque sé que Agustina me necesita.

El sonido del celular me sobresaltó un poco, un mensaje de Agustina avisandome que estaba afuera, saludé a Pedro y salí al pasillo del edificio para subirme al ascensor. Marqué la planta baja y cuando llegué salí a la calle para subirme a su auto. Estaba hermosa, como siempre, pero el maquillaje no oculta la cara triste.

"¿Estás bien?" Le pregunté mientras le acariciaba el hombro, ella no contestó. Asientió despacio y me sonrío a medias, y yo le devuelvo el gesto.

Cartón • 𝒘𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora