aviso: capítulo fuerte. si te sensibiliza leerlo, solo leé lo que no está en cursiva.
Me sentía aturdida, mareada y desorientada al abrir los ojos. Confundida por no tener noción del lugar en el que estaba.
La garganta me ardió fuerte cuando tosí, al mismo tiempo que mi cabeza empezó a palpitar. Intenté removerme un poco para acomodarme, pero todo mi cuerpo punzó como trillones de apuñalas clavándose en mi carne. Direccioné los ojos hacia todos lados para analizar mejor el lugar, y en el momento en el que vi el suero conectado a mi brazo supe que estaba en la habitación de un hospital.
Una lágrima se deslizó por mi mejilla. Quise gritar y no pude. Mi voz no salía, mi garganta dolía intensamente, era como si me hubiese quedado muda.
Casi como si el universo me enviara ayuda para refrescarme la memoria, la puerta se abrió con sigilo, y un sorprendido Tadeo me miró pasmado.
"Te despertaste..." Dijo desde su lugar, con miedo de querer acercarse.
Mas yo no podía contestar. Mi cabeza no podía procesar nada en ese momento. Todo estaba en negro, mi mente, mi alma, mi corazón, mis manos vendadas y los moretones que se veían en mi cuerpo.
Pude haber muerto.
Era imposible de procesar y conectar toda la información. Procesar todo lo que había sucedido la noche anterior.
¿En qué momento me distraje?, ¿En qué momento lo dejé llegar a tanto?, ¿En qué momento pasó toda esa mierda?
Tadeo continuaba parado en la puerta sin decir nada. Soltó un suspiro, caminó hasta la silla que se encontraba en una esquina y agarró lo que supuse era su mochila. Me miró con pena, con vergüenza, con lástima. Lo último que yo necesitaba que tuvieran por mí.
"Ahora le aviso a tu mamá..." Comunicó apuntando hacia la puerta. "Estuvo llorando toda la noche. Tiene muchas ganas de verte."
Asentí sin mirarlo, solo sintiendo cómo mis ojos se agüaban por completo al escucharlo nombrar a mamá.
De nuevo se quedó parado sin decir nada, así que cuando se dio cuenta de que no iba a recibir respuesta de mi parte, giró apretando los labios y caminó en dirección a la puerta.
"Valentín..."
Se detuvo de repente cuando mi voz débil sonó. Había sonado horrible: gruesa, ronca, y dañada.
Rascó su nuca aún de espaldas a mí y lo vi pensar un poco con la vista puesta en los azulejos blancos del suelo. Se pasó la mano por la cara antes de respirar profundo, cerrar la puerta y voltearse hacia mí.
Se acercó lentamente y tomó asiento en el sillón a un lado de mi camilla. Parecía incapaz de formular alguna palabra, igual de estúpido que siempre.
"¿No te acordas de nada?" Le hice una seña con la mano para decirle que recordaba muy poco. Él se relamió los labios y suspiró pesado antes de continuar. "Llamé un rato antes de la hora que me dijiste que lo haga. Así y todo llegaron tarde igual, ya estabas inconsciente." Murmuró apenado.
"Valentín..."
"Estaba cerrado con llave cuando llegaron, no querían forcejear la puerta porque golpearon varias veces y no contestaba nadie, pero uno tus vecinos dijeron que habían escuchado gritar a alguien adentro del departamento, y entonces hicieron fuerza para abrir..." Cerré los ojos queriendo ver con claridad en mi cabeza la secuencia de cómo todo se había tornado tan grave. Solo podía recordarlo a él con mi teléfono en la mano. "Cuando entraron no vieron a nadie, estaba todo en silencio. Se metieron a la cocina y te encontraron tirada, inconsciente y lastimada. Pensaron que estabas muerta."
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Cartón • 𝒘𝒐𝒔
Roman pour AdolescentsUna noche lo vi. Estaba ahí parado, tranquilo, con un porro entre los labios como acostumbraba. Y me miró. Esa mirada fría que no sabés lo que quiere decirte pero de todas formas te hace estremecer igual. Eso es lo que él me hacía sentir cada segun...