Valentín empujó mi cuerpo contra la pared mientras besaba mi boca ferozmente. Sus manos, que parecían estar desesperadas en su totalidad, se perdían por debajo de mi ropa para desnudarme, al mismo tiempo que las mías buscaban lo mismo en él.
Sus besos humedecían mi cuello y cualquier parte de piel que estuviera a su vista. Me apretaba contra su cuerpo como si en cualquier momento yo podría salir corriendo. Pero eso no iba a pasar, no todavía.
[...] "¿Julia Pacífico?" Preguntó el doctor cuando estuve frente a la puerta del consultorio.
"Sí, disculpá la demora."
"No hay problema, sentate y esperame ahí dos minutos." Apuntó hacia la silla que se arrimaba a su escritorio.
Asentí y pasé por su lado cuando salió del consultorio para tomar asiento, me relajé contra el respaldo sintiendo el increíble temblor que se incrementaba en mis manos y piernas. Todo en lo que podía pensar era en la posibilidad de llevar una muy diminuta parte de Valentín adentro mío, y en lo mucho que deseaba que todo fuera un muy mal error.
El doctor volvió murmurando algunas cosas a una enfermera y con una botella de agua en su mano. Cerró la puerta y se sentó frente a mí, escribiendo algunos datos en su computadora por unos segundos en los que me dediqué a analizar la placa que traía prendida a un costado de su pecho junto con su nombre y una foto suya en miniatura, 'Dr. Federico González', ginecólogo y otras muchas especialidades.
"Bien, Julia. Contame lo tuyo." Se dirigió a mí cuando terminó con lo suyo.
La verdad era que no quería contarlo, porque contarlo sería tener que afrontarlo de alguna manera, pero se suponía que esa era la razón por la que estaba ahí, y de todas formas ya no podía salir corriendo.
Tomé aire y limpié el sudor de mis manos en la tela de mi vestido, tratando de buscar las palabras para poder comenzar a hablar sin angustiarme como siempre.
"Y-yo... yo vine a sacarme una duda..." Hablé bajo, de forma que solo fuera él quien pudiera escucharme. Aunque era una obviedad que de hecho era la única persona que podía hacerlo. "Hace un par de semanas empecé con mareos, náuseas, vómitos y dolores fuertes de cabeza o mucho cansancio, no les di mucha importancia porque estoy en un momento con mucho estrés y pensé que se podía tratar de eso. Pero hace algunos días me di cuenta de que no sé cuándo fue la última vez que tuve mi período, ni cuándo fue la última vez que mi novio usó un preservativo o que yo tomé los anticonceptivos..."
Él asintió un tanto pensativo, tecleó algunas cosas en la computadora y se volteó hacia mí.
"¿Creés estar embarazada?"
"Mi novio compró un test. Salió positivo." Alzó las cejas y volvió a asentir con comprensión. Sin embargo, me adelanté a hablarle antes de que preguntara otra cosa. "¿Hay alguna probabilidad de que pueda ser falso?"
Soltó un suspiro y apretó los labios, ahora entendiendo un poco mejor. Sé que no necesitó preguntar si yo estaba contesta, porque creo que mis gestos y mi actitud desesperada decían todo por mí.
"Bueno, en realidad es muy poco probable, en el diez por ciento de los casos puede ser por un error de uso. ¿Te hiciste uno solo?"
"Sí, y seguí todas las instrucciones tal cual decía en la caja."
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Cartón • 𝒘𝒐𝒔
Teen FictionUna noche lo vi. Estaba ahí parado, tranquilo, con un porro entre los labios como acostumbraba. Y me miró. Esa mirada fría que no sabés lo que quiere decirte pero de todas formas te hace estremecer igual. Eso es lo que él me hacía sentir cada segun...