En esa semana me había hecho bastante más cercana a Bianca, en la facultad ella se sentaba en el banco que estaba al lado mío, y los almuerzos los pasábamos juntas, a veces con Agustina y Abril, pero como cursaban carreras distintas teníamos distintos horarios y nos cruzábamos muy pocas veces.
No sabía de donde había sacado tanta confianza, pero había empezado a hablar tanto con Bianca que casi le había contado sobre la mitad de mi vida. Incluso le hablé de Valentín.
"¿Valentín Oliva?" Me preguntó un poco sorprendida después de que le conté lo de esa noche.
"No sé el apellido, tiene un piercing en la ceja." Le describí mientras me acordaba de la cara de Valentín, de su cara y de su perfume.
Bianca me miró con una sonrisa grande y negaba con la cabeza incrédula.
"¿Sabías que estudia acá?" Todavía tenía esa sonrisita burlona y tenía una ceja levantada, al principio pensé que me estaba jodiendo, pero cuando me di cuenta de que me lo dijo de verdad negué con la cabeza y el ceño fruncido, dándole a entender que quería saber un poco más. "Somos amigos hace mucho." Me contaba mientras le daba un sorbo a la bebida de no se que cosa que tenía en la mano. "Desde la secundaria casi, siempre fue así de rápido con las minas pero nunca lo vi durar con alguien..." Se quedó mirando a un punto fijo y después volvió su mirada a mí. "En realidad nunca lo ví con alguien."
"¿Nunca tuvo novia?" Pregunté un poco curiosa, tratando de meterme un poco más en saber algo de él.
Bianca negó con la cabeza pero quedó dudando un poco.
"No, creo que no."
La mañana siguió normal, como todas mis mañanas adentro de la facultad, con la diferencia de que ahora pasaba tiempo con Bianca y era menos aburrido. Cursé las clases que me quedaban y volví a casa al mediodía.
Me facilitaba mucho vivir cerca de la facultad, me ahorraba tiempo de viaje y tampoco tenía que levantarme tan temprano para poder llegar bien, que en realidad era la mejor parte.
Subí hasta mi departamento y me tiré en el sillón después de darle comida y agua a Pedro, largué un suspiro bien profundo y desbloqueé mi celular para chusmear un rato la vida de la gente, bajé la barrita de notificaciones para chequear WhatsApp y me encontré con una solicitud de mensaje en instagram, su mensaje.
valeenoliva quiere enviarte un mensaje.
Abrí la notificación sin pensar ni un segundo y le acepté la solicitud antes de leer lo que había escrito, me sorprendía lo realmente desesperada que estaba por él, supongo que era mi abstinencia de que había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuve con un tipo.
@valeenoliva
Te acordas de mí? jajja
Te encontré por la historia en la que te etiquetó Bianca
No te estoy acosando, no te asustes
Quería ver un poco más de vos pero tenés la cuenta privada
Re ortivaY cómo no acordarme de él...
@pacificojulia
de hecho no me sorprende que me hayas encontrado
y tampoco voy a negar que tambien te busqué pero a falta de datos fracasé
q bueno saber que te gusté tanto como para q hayas querido ver mis fotosSalí de los mensajes y acepté su solicitud de seguimiento para seguirlo yo también, su cuenta era pública y tenía bastantes fotos, algunas con sus amigos y otras en las que aparecía solamente él, que obviamente eran las que yo abría porque las demás personas no me importaban.
Abrí una foto en especial que me había llamado bastante la atención, con la cara seria y la mandíbula bien marcada, y el flash de la cámara hacía que le resalten demasiado sus ojos celestes y el piercing que le decoraba la ceja.
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Cartón • 𝒘𝒐𝒔
Teen FictionUna noche lo vi. Estaba ahí parado, tranquilo, con un porro entre los labios como acostumbraba. Y me miró. Esa mirada fría que no sabés lo que quiere decirte pero de todas formas te hace estremecer igual. Eso es lo que él me hacía sentir cada segun...