Abrí los ojos fijando la vista en el balcón de mi cuarto sin querer voltearme a ver a la persona que estaba a mi lado.
Sabía que había llegado hacía un rato bastante largo, lo había escuchado desvestirse en silencio apenas entró, podía sentirlo mirarme desde que se metió en la cama, sentía su aliento caliente chocar contra mi cuello y su pecho subiendo y bajando debido a su respiración.
No sabía si quería hablar con él después de lo del día anterior, esa mirada que me dio cuando aseguró que si siquiera pensaba en dejarlo iba a recurrir a lastimarse gravemente a si mismo, había quedado grabada en mi cabeza de forma atormentadora. La imagen de Valentín hiriéndose por mi culpa no dejaba de atornillarme una y otra vez, y era un peso que no pensaba cargar por nada en el mundo.
Mi piel se erizó cuando las yemas de sus dedos recorrieron mi brazo, deteniéndose en mis clavículas para rozar justo con el comienzo de mi cuello, y entonces lo tomó en su mano para girar mi cara hacia él.
Despeinado, somnoliento, frío.
Era injusto. Nunca mirarlo a los ojos me había angustiado tanto, distante pero aferrado a la vez, no comprendía si sentía amor por mí o si buscaba castigarme de alguna manera por intentar evitarlo ese tiempo. Para ser sincera, creo que nunca me amó como decía hacerlo, y yo solo era una excusa aparte de todo lo que había en su cabeza.
"¿Me amás?" Despejó mi cuello del pelo que se desparramaba ahí, tallando la marca de mi mandíbula con su pulgar.
"Sí."
"¿Confiás en mí?"
No estaba segura.
"Sí."
"Entonces hablá conmigo." Murmuró seguro, frunciendo el ceño con tanta melancolía que era capaz de hacerme llorar. "Decime qué te pasa, sin peleas."
"Ya intenté tener esta conversación sin peleas con vos y acá estamos." Temí un poco de que se enojara por hablarle tan directo, pero todo lo que hizo fue suspirar y mirar hacia abajo como si me hubiese comprendido.
"Ya sé, pero me vuelve loco pensar que me querés dejar."
"Nunca te dije que te quería dejar, te pedí un tiempo para pensar."
"¿Pensar qué?" Estaba exaltado de nuevo, y pareció darse cuenta de eso porque relajó todo su cuerpo al instante. "Julia, necesito saber qué hice mal para darme cuenta de lo que tengo que hacer."
¿De verdad necesitaba decírselo para que se diera cuenta?
"No tiene que ver con vos, Valentín." No mentía, en parte todo tenía que ver con otra cierta persona que no pensaba nombrarle para nada. "Quiero un tiempo para mí."
"Seguís sin decirme por qué."
Volteé mi cuerpo dándole la espalda, no había forma en el mundo en la que pudiera darle un por qué, la primera razón era obvia y él la sabía, la segunda no podía ni si quiera salir a la luz.
Podía decirle que había alguien sin darle necesariamente un nombre, o podía decirle que quería despejarme por el simple hecho de un respiro.
Cualquiera de las dos excusas que le dijera, siempre encontraría la forma de seguir amarrándome con él.
"Ya sabés lo que pasa, no sé por qué seguís preguntando como si no te acordaras."
Lo sentí removerse en su lugar, recostándose hacia arriba sin dejar de soltar suspiros fuertes que delataban su creciente fastidio.
"¿Por qué no me decís la verdad y te dejas de excusar con eso?"
"¿Querés más razones para matarte?"
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Cartón • 𝒘𝒐𝒔
Teen FictionUna noche lo vi. Estaba ahí parado, tranquilo, con un porro entre los labios como acostumbraba. Y me miró. Esa mirada fría que no sabés lo que quiere decirte pero de todas formas te hace estremecer igual. Eso es lo que él me hacía sentir cada segun...