"No creo que si se entera de eso salga algo bien, Julia."
Y yo pensaba lo mismo.
Si Valentín se enteraba de lo que había pasado la otra noche con Tadeo se iba a armar un problema no solo conmigo, sino también con él.
Y es que tampoco había pasado algo fuera de lugar, pero sus mensajes seguían llegando y Valentín seguía preguntando, y mentirle era lo único que venía a mi cabeza cada vez que alzaba una de sus cejas con curiosidad cuando mi celular sonaba.
"Ya sé, pero yo no siento estar haciendo algo mal."
"Es que yo no digo que estés haciendo algo mal..." Musitó Bianca sentándose en el borde de mi cama. "Pero se lo estás escondiendo, y sabés como es Valentín."
"¿Sabés cómo se va a poner si se entera de lo que me dijo?"
"Si no se lo decís le va a sacar la ficha como hizo con Pablo."
Suspiré sentándome frente al espejo y apreté mi cara entre mis manos con una completa frustración acumulada en todo el cuerpo.
Estaba en un problema y era consciente. Y sabía que probablemente si Valentín llegara a saber que mis miles de mensajes no eran de ninguna de mis amigas sino del suyo propio iba a enojarse conmigo, pero mi preocupación más grande era que Tadeo llegara a verse envuelto en esa enredadera que solo me pertenecía a mí. Yo no debería haber tratado de llamar su atención la noche que lo crucé en la cocina y no debería haber contestado ni siquiera su primer mensaje.
El problema era mío, y si alguien tenía que cargar con eso era yo sola. Tadeo tenía que quedar afuera de todo esto.
Bianca se levantó de su lugar y se posicionó a mis espaldas para comenzar a peinarme. Tenía un par de horas antes de que Valentín pasara a buscarme para la fiesta del casamiento de Damián, y Bianca se había ofrecido a peinarme y maquillarme porque yo no tenía idea de nada de maquillaje ni tampoco tiempo para ir a una peluquería.
"No quiero que se enoje." Murmuré después de pasar un largo rato mirando mis manos sobre mi regazo. "Estamos muy bien hace semanas, no quiero que se arruine todo."
"¿Confiás en él?"
Solté un suspiro pesado encogiéndome de hombros.
"No me dio ninguna razón para no hacerlo, menos este último tiempo."
"Entonces si confiás no te hagas la cabeza, tratas de hablarlo primero con Tadeo y cuando sientas que es el momento lo hablás con Valentín." Bajó sus manos de mi pelo a mis hombros y me sacudió despacio en gesto de aliento. "No hiciste nada malo, ninguno de los dos, pero si querés que lo tuyo con Valentín sea sano entonces lo principal es no ocultarse nada."
"A veces pienso que por más de que entre él y yo esté todo bien igual sigue habiendo algo raro." Mi estómago se contrajo en un nudo con el pensamiento de que nada iba a salir bien entre nosotros dos. "Siento que estamos en tanta calma porque se nos viene algo peor."
Y tendría que haber huído en ese mismo instante.
"Ah, la típica calma antes de la tormenta."
"La calma antes de la tormenta, sí."
"La única tormenta que va a aparecer acá va a ser tu pelo si no dejás la cabeza quieta." Se burló, enderezando mi cabeza y dándome una sonrisa reconfortadora.
Que a nosotros dos nos inundara tanta parsimonia era algo que me tranquilizaba. No obstante, Valentín tenía un carácter difícil de romper, y si toda esa paz que habíamos logrado construir en poco tiempo se derrumbaba, no estaba segura de poder ser capaz de equilibrarme otra vez con sus palabras duras y su actitud distante.
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Cartón • 𝒘𝒐𝒔
Roman pour AdolescentsUna noche lo vi. Estaba ahí parado, tranquilo, con un porro entre los labios como acostumbraba. Y me miró. Esa mirada fría que no sabés lo que quiere decirte pero de todas formas te hace estremecer igual. Eso es lo que él me hacía sentir cada segun...