Prólogo.

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La pequeña sostenía con fuerza el agarre que ejercía a su conejo de felpa, seguía los pasos de su madre, no sabía a donde iban. Sólo seguía las órdenes infringidas por ella. Tenía el presentimiento y la ilusión de que conocería después de tantos años a su padre, su madre le dijo que era un hombre importante y no tenía tiempo para verla. Por supuesto que ella comprendió, a sus seis años era toda una niña razonable que comprendía las cosas.

Aunque claro, una parte de la pequeña deseaba una familia unida, como las tienen sus amigas de la escuela. Una parte de ella quería que su madre la amara, o al menos la tratara con cariño y afecto. Le dolía que la culpara por el simple hecho de existir, ya que como le dice su madre; Por tú culpa tú padre no puede estar conmigo. O; Desearía que jamás hubieras existido.

El afecto y el cariño fue lo que más falta le hizo. No entendía aún ¿Que error cometió para que la tratarán así? En ocasiones se preguntaba ¿Porqué sus padres no la quisieron? Una la maltrata y el otro la abandona. Desearía en ocasiones no existir para dejar de atormenta a su madre. Y así ella deje de hacerse daño al inyectar sus brazos, ya que al hacerlo actúa de forma extraña.

Al llegar a la gran reja de madera se detuvo. La pequeña imitó su acto, su madre se volteó, y agachó a su altura- Aquí aprenderás a obedecer, te convertirán en una dama.

-¿Cómo las princesas?-Preguntó con ingenuidad la pequeña.

-Si, te volverás una de ellas solo si obedeces.

Caminaron a la gran puerta, al adentrarse a ella encontraron a dos monjas con una expresión severa.

-Ella es Laura.

La comenzaron a justipreciar de la cabeza a los pies.

-Es muy delgada.

Se encogió de hombros sin darle importancia.-¿La querrán o no?

La pequeña no comprendía a que se refería su madre. Ambas monjas compartieron una misma mirada.

- Si.

La madre de la pequeña soltó su mano, y le dio un leve empujón a el lugar en donde se encontraban las monjas. La pequeña se sintió terrible al momento de su trató. No comprendía aún lo que hizo mal.

Sus ojos se cristalizaron-Mami.- fue lo último que pronunció, pero ya era tarde la puerta se había cerrado y su madre había desaparecido.

- fue lo último que pronunció, pero ya era tarde la puerta se había cerrado y su madre había desaparecido

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