26. No tienes la obligación de seguir a su lado.

851 54 7
                                    

Dedicado a @Canaly

Luz...

Cámara...

Acción...

—¿Me dirás que sucede?—

Me he mantenido en silencio desde que llegué al orfanato. Desde lo sucedido anoche no he querido decir nada. No me he encontrado con el Sr. Dumont, lo último que supe de él fue que hoy tuvo una reunión con unos socios. Me alibiava no tener que verlo, aún siento su mano en mi rostro, la fuerza con la que llegó a mi mejilla. Algo que no en un millón de años le perdonare. Siento tanto odio, e impotencia de no hacer algo al respecto.

Tal vez solo me queda resignarme y dejar pasar la vida, sin motivo, ni razón de existencia.

Negué—No te diré algo que no pasa, estoy bien.

Cómo desearía que fuera real lo que decia. Me mentía a mi misma, y lo peor es que ni engañandome lograba solucionar los problemas.

Me observó incrédula de mis palabras—Perdoname, sé que no es mi problema, o puede que no lo quieras compartir. Te entendería, cuándo pasas por una situación así con tú pareja, la vida suele volverse un calvario, tanto que puedes a llegar a pensar en el suicidio.

Giré mi vista, directa a ella—No se por que me dices esto, yo no tengo problemas con mi esposo.

Bufo—Se nota lo destruida que te tiene, tanto verbal, como físicamente. Ese hombre está acabando contigo.

Por desgracia así es.

Inhale—Tienes razón.—Note su mirada fija en mi—El Sr. Dumont esta acabando con la poca esperanza que resguarde en mi interior.—Sentí su mano sobre la mia, me dio un ligero apretón, dándome fuerzas para continuar—Lo odio, sé que esta mal, ya que es mi esposo. Pero no puedo evitar sentir esto.

Atrajó mi cabeza a su hombro, no pude evitar llorar—Sé por lo que estás pasando—No creó que sea así—Mi madre era muy joven cuándo tomó la decisión de casarse, la hacía trabajar solo porque él no quería. Prácticamente lo mantenía, no sabes cuantos golpes y agresiones recibió de él.

Bajé mi mirada a mi argolla de matrimonio—Lo sé perfectamente—aparté mi cabello de mis mejillas hasta dejar vista del moreton en mi mejilla—noche le dije como me sentía, gracias a eso recibí este golpe.

Llevó su mano a mi mejilla justamente donde estaba la marca del golpe, gemí al contacto—Lo siento, es solo qué de verdad te vez muy mal. Laura—tomó mis manos entre las suyas—debes venir conmigo a la comisaría, debes denunciar a ese maldito. Antes de que llegue a provocarte un daño que atente ha tu vida.

Solté sus manos y me levanté de mi lugar—Se que peligro a su lado, pero no tengo de otra, así que no lo haré, es mi esposo.

Sentí su mano en mi hombro—Debes hacerlo, te harás más daño si sigues con él.

—Sé que será así, pero entiendeme, no tengo a nadie. Estaré sola, sin un techo y comida. No se hacer nada, soy una inútil.

Me volteó a él—No vuelvas a llamarte de esa manera, como cualquier ser humano eres especial y hermosa.—acarició mi mentón

A mis espaldas escuché con claridad como arreglaban su garganta—¿Interrumpo?

Giramos nuestra vista a mis espaldas—Federico.

Caminó cortos pasos a mi—Christopher me dijo que estabas aquí, así que vine a verte.

—Me retiro,—besó mi mejilla en forma de despedida—piensa en lo que te dije—susurró en mi oido.

M U Ñ E C ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora