4. Las ayudaré a escapar.

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Luz...

Cámara...

Acción...








—¿¡Que Aurora, qué!?—Exclamó, por lo que me dijo Sandy.

Ella instantáneamente lleva sus manos a mi boca, —No hables tan alto, —Asenti, y apartó sus manos.—Ella propuso esa opción. Y conoce la manera, te lo digo porque queremos saber si estas dispuesta a irte con nosotras.

Baje mi mirada.— Yo.—Pronunció en un hilo de voz.

Nunca llegué a pensar en la remota posibilidad de que existiera esa opción. Ser libre, no volver a ver a las monjas, renunciar a esto, todo lo que me enseñaron estos nueve años de mi vida. Nunca tuve esperanzas o fe alguna de que algo como eso se cumpliera. Era un sueño hecho realidad, pero por mas efectivo que digan ellas, sabía que las posibilidades de escapar eran muy escasas.

¿Cómo podrían lograr de la noche a la mañana algo como eso?

—Laura, ¡Hey!

Salí por completó de mis pensamientos—Lo siento, es solo que—

Pensé en las monjas, en el Sr. Christophe Dumont, y en la posibilidad de que nos descubrierán. No soportaría otro castigo, no quería esperar más a mi nuevo amo, contaba que si el plan de Aurora fallaba no me dejarían ir. Todo lo que he ganado estos años se hiría a la borda, y tendría que esperar hasta mis dieciocho años para salir, o inclusive nos matarían, todo podría pasar, y no creó estar dispuesta a esperar a mi próximo amo.

—No creó poder hacer algo como eso.—Bajé la mirada.

Era difícil, ya que los castigos aquí son pesadillas, la única liberación sería la muerte. No estoy dispuesta a morir, no quiero pasar mi vida en este lugar, sé que tal vez haya una posibilidad, pero el 'tal vez' no me confirma cien por ciento que la idea de Aurora funcione. Sé que es cobardía de mi parte, no tener la misma fuerza y valentia que ellas, pero es dificil, creer en lo que te enseñaron toda tú vida.

Desearía conocer el exterior como ellas, solo lo he visto por fotografías, culturisandome un poco como las demás, las monjas dicen que es importante conocer para jamas equivocarse. Tengo escasos recuerdos de lo artomentada que viví con esa mujer. Nunca tuve buena ropa o inclusive buena comida, pero sé que al lado de mi amo las obtendre, debo ser complaciente, ser su muñeca, no le fayare, lo que mas deseó es salir de este lugar, ser libre. Para siempre.

Me arriesgaría mucho exponiendome a el peligro de escapar, sé que sin intentarlo o inclusive arriesgarse no sabre si podré, pero el temor es más grande que yo.

Sandy tomó mis manos, me regalo una sonrisa reprimida—Te entiendo, no te preocupes, solo te digo que ese temor que tienes por este lugar debes borralo, estos mounstros ya te hicieron el suficiente daño, por eso te pido que seas fuerte. Ese hombre que te compró tal vez te llegué a amar o solo te utilicé hasta que se cansé de ti.

Tanto mis ojos como los de ella se cristalizaron. Ambas sabiamos que la felicidad no está  exactamente probada aquí. Y con esta vida de sumisas que tenemos, esa palabra se encuentra lejos.

—Pero eres fuerte, Laura.—No lo creía no me veía así—Has soportado que tú madre te abandonó aquí, has hecho lo posible para sobrevivir. Eres conocida como las mejores de este lugar, y todo por ese castigo que—

Me levanté de mi asiento, no podía, aún recordaba, fue tan perturbador, fue lo peor que me pudo haber pasado, era una niña.

—Laura.

De mis pupilas comenzaron a brotar lágrimas—Solo quería estar con ella, solo pedía a gritos a mi madre.—Mi voz era un hilo apuntó de romperse.—Ellas me encerraron, me destruyeron de todas las maneras posibles—caí de rodillas al piso, estaba destrozada, era doloroso el recordar—Me siento tan sola.

M U Ñ E C ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora