7. No se te ocurra meterte con ella o inclusive tocarla.

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Luz...

Cámara...

Acción...









—¿Una copa señorita?— Me ofreció uno de los camareros del lugar.

Me encontraba en la mesa con solo personas de la edad de Christopher o inclusive superando muchos años, Esther y su padre tuvieron un inconveniente, así que tube que quedarme prácticamente sola, ya que el Sr. Dumont hablaba con las personas que nos rodeaban.

Estaba por hablar pero el Sr. Dumont se adelantó—Ella no bebe.—Respondió, le envió una mirada de muerte.

—Sí, perdonen.—Huyó rapido de ahí.

—Laura.

—¿Sí?

—Come.

Llevó su vista a mi plato dando a entender que no he comido nada, asentí y comencé a comer. La verdad no tenía nada de apetito, lo que me había dicho Esther me había puesto a pensar en muchas cosas.

¿Podré yo alcanzar la verdadera felicidad?

¿Encontraré a alguien que me amé?

¿Seré feliz con el Sr. Dumont?

¿Podré ser algo más que su muñeca?

No le sé, nisiquiera sé si alguna de esas preguntas serán contestadas o se harán realidad. Pero mi esperanza de encontrar una pizca de amor sigue con vida. El Sr. Christopher Dumont podria poseer tanta fortuna y ser atractivo. Puede disfrasarme como toda una muñeca, lusire perfecta, y lo complacere siempre. Es duro de aceptar algo tan fuerte, no quiero, por mas instruida que esté en mi deber, jamás he querido esto.

Desearía ser igual a Esther, se que el envidiar es malo, y uno debe aceptarse tal y como es. Pero, yo no me quiero ni un poco, nadie me enseño a querer o inclusive me dio amor. 

Quiero sonreir, ser feliz, las chicas, mujeres y señoras a mi alrededor se veian tan amables y sonrientes, aúnque la minoría se veían reservadas y serias.

—¿Y de que familia provienes, Laura?— Preguntó una de las Señoras que se encontraba en la mesa.

No sabía que decir, la palabra familia se encontraba muy lejos de mí, ya que nunca sentí que tube una realmente.

—Laura no tiene familia Duquesa de Ange'LO—Habló el Sr. Dumont.

Todos se apenaron y a la vez sorprendieron. Me sentía avergonzada, y no sabía el por que.

—Sus padres murieron cuando era una niña.

—Oh,—Llevó sus manos a su boca, la mujer de fino y extravagante traje.—Lo lamentó mucho querida.

Negué—Estoy bien Duquesa de Ange'LO.

—Se nota, eres una jovencita  muy hermosa. Y tú educación es perfecta, ideal para cualquier hombre de alto nivel.—Me sonrió—Christopher Dumont eres un hombre con suerte.—Le dijo para después tomar de su copa.

Habló a mí oido—Lo sé.

Giré mi mirada a él, pero se encontraba platicando con uno de los hombres de la mesa. Tal vez solo lo imaginé, no creó que el Sr. Dumont... ¿Oh, puede que sí?

—Me permite.

Llegó un chico a la mesa, lucia de la misma edad que el Sr. Dumont, era un chico lindo, pero al estar al lado de mi amo, para nada se vería bien, ya que el Sr. Christopher lo opacaria.

M U Ñ E C ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora