•- Capítulo 25

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Sentada en el suelo, Leah apoyó su cabeza en la fría pared de la celda. Desde hace media hora que Scott no dejaba de tararear cierta canción y ahora no podía sacarla de su cabeza.
No sabía cuantas horas llevaban ahí, pero suponía que Bucky y Steve ya debían estar en Siberia.

Cuando oyó la puerta abrirse, Clint comenzó a aplaudir de forma burlona.

— ¡El futurista, caballeros! —decía sin dejar de aplaudir— ¡El futurista está aquí! Él lo ve todo, sabe lo que es mejor para todos, les guste o no.

— Dame un respiro, Barton. —pidió Stark— No sabía que te pondrían aquí.

— Claro que si, sabías que nos pondrían en algún lado, Tony. —le acusó el arquero.

— No en una prisión de máxima seguridad flotando sobre el océano. Este lugar es para maniáticos, para...

— ¿Criminales? —inquirió Clint, con una ceja alzada— Criminales, Tony. Esa es la palabra que buscabas. Esa que lo sé usaba para mi, Leah, o ninguno de nosotros. Pero aquí estamos.

— Violaste la ley.

Clint rodó los ojos con fastidio, y se dio la media vuelta comenzando a cantar lo mismo que Scott hace unos minutos sin querer seguir escuchándolo.

— Yo no te obligue. Los leíste y los violaste. Eres un adulto, tienes esposa e hijos ¿Por qué no pensaste en ellos antes de elegir al bando equivocado?

Tony siguió caminando, pasando por la celda de Scott Lang, e ignorando los malos comentarios que éste le hacía. Hasta que llegó a la celda de la chica.

— ¿Estás bien? ¿Te han dado comida? —le preguntó. Leah alzó una ceja mirándolo con fingida incredulidad. Siguió sin moverse de donde estaba, lo observaba desde el suelo con os brazos sobre sus rodillas flexionadas— Lo lamento, ¿si?

— Puedes tomar tu disculpa y depositarla en la bandeja de sugerencias. Debe haber una afuera de esta celda. Yo veré si tomarla o no.

Stark suspiro. Iba a ser difícil hablar pacíficamente con ella después de su discusión anterior.

— Sé que no me perdonarás tan fácilmente, pero necesito saber a dónde fue Steve.

Leah rió y desvió la mirada del millonario. Si quería sacarle información, debía darle un muy buen motivo.

Plan B.

— ¿Ahora eres el policía bueno? —ironizó Sam, cuando estuvo frente a su celda.

— No, sólo un tipo que necesita saber en dónde está Steve.

— Mejor ve a buscar al policía malo porque vas a tener que traer a Mark Fuhrman para sacarme información.

Tony le mostró su reloj tecleando algo sobre el.

— Apague el AV de ellos. —dijo, refiriéndose a la cámara donde Ross vigilaba a los prisioneros— Tenemos treinta segundos antes de que se den cuenta que no es el aparato.

Sam lo miró con los brazos cruzados, en un debate interno sobre si debía confiar en él o no.

— Mira. —en su reloj de proyecto la imagen de un hombre— Este es el sujeto que tenía que interrogar a Barnes. Obviamente cometí un error. ¿Escuchaste eso, Leah? Estaba equivocado. Debí escucharte.

— Si, debiste. —se escuchó su voz en la celda vecina.

— Está es la primera vez. —reconoció Sam— Pero esto no depende sólo de mí.

Stark suspiró y bajo la mirada, mostrándose arrepentido.

— Leah, sé que no quieres escucharme. Pero ayúdame y te prometo que ayudaré Barnes, no dejaré que le toquen un sólo pelo, su lista de crímenes será borrada. Será un hombre libre.

1 | STAY (BUCKY BARNES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora