— ¿Crees que fue buena idea decirle a Tony a dónde fueron? —pregunto Sam, pues mil posibilidades rondaban por su cabeza.
Leah recargó su cabeza en la pared y suspiro con pesadez, no lo decía pero se sentía igual de preocupada que Sam. ¿Y si Tony les había mentido? ¿Y si los entregó a Ross? Eran preguntas que no podían tener respuesta ahora.
— Ya no sé qué creer, Sam. —respondió desanimada.
Un sonido resonó en las celdas cuando la puerta de metal se abrió. Tal vez se trataba de Ross, que nuevamente venía a fastidiarlos e intentar sacarles información. Leah tenía sus ojos cerrados esperando escuchar su ya irritante voz, pero eso nunca pasó. La sombra que estaba frente a su celda era Tony, con varias heridas en su rostro. Nada bueno había pasado de su encuentro.
— Tony, ¿Qué...? —dijo, levantándose de golpe.
— No. —la interrumpió. La miraba sin expresión alguna, sólo apretaba la mandíbula— Necesito que me digas si lo sabías... —cerró los ojos con fuerza por unos segundos, tratando de controlar sus emociones y poder hablar correctamente— Si sabías que Barnes asesinó a mis padres.
Un frío recurrió su espina dorsal y una extraña sensación se alojó en su pecho. Dolía. Pasó saliva y trató de encontrar las palabras exactas, aunque sabía que justo ahora eso no existía.
— Si. —confesó, sintiendo que algo se rompía en su interior.
Tony la miró dolido pero sin mostrarse sorprendido, tal vez ya se lo esperaba, pero también muy en el fondo esperaba equivocarse.
— Tony, déjame explicarte. —le pidió, chocando las palmas de sus manos con el cristal— Yo no sabía que...
— ¡No hables! ¡No quiero volver a escuchar una sola palabra tuya! —exclamó, con la voz rota— No quiero volver a saber nada de ti, de todos ustedes. Te deseo de todo corazón que nunca puedas salir de aquí, porque eso es lo que te mereces. Que se pudran todos ustedes en estas celdas.
Leah soltó un sollozo. Nunca espero escuchar esas palabras de su amigo, nunca espero que su amistad terminara de esa forma. Odiándola.
— Y no te preocupes por Barnes, lo encontraré y lo mataré con mis propias manos. —amenazó con su voz llena de odio.
— Tony, por favor...
— Tú ya no eres nada para mi. —sentenció, dando la media vuelta u salió de ahí, dejando a la que había sido su gran amiga en una profunda tristeza.
•—•—•—•
El Secretario Ross, junto a sus hombres, esperaba la llegada del rey de Wakanda, luego de que éste le comunicara que llevaba un prisionero.
T'Challa camino hacía él, entregando al hombre del cual sostenía sus brazos atados.
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1 | STAY (BUCKY BARNES)
FanficTodo demonio saldrá en busca de un ángel. Y si no vienes tú que no venga nadie.