•- Capítulo 4

12.8K 1K 292
                                    

James fruncía el ceño con cada movimiento que el millonario hacía cerca de él. Paseaba de un lado a otro con un aparato en sus manos del cual emanaba una pequeña pantalla azul.
Veía como el hombre analizaba y deslizaba con para aparecer otra cosa.

No entendía. No es como si tuviera mucho que analizar sobre él.

— No hay una forma en que pueda hacer que sus recuerdos regresen. —explicó Bruce— Pero tal vez Wanda pueda hacerlo.

— No. —masculló James— No se meterán en mi cabeza de nuevo.

Leah se acercó a él para calmarlo.
Desde uan principio le había pedido a Tony que no se hicieran ningún tipo de experimentos y era obvio que no iba a dejar que le hicieran algo si eso significaba causarle dolor.

— A menos que quieras esperar a que regresen por si solos.

— ¿Se puede?

— Si, digo, su cabeza está muy dañada. Sin ofender, hombre de acero. —aclaró Tony. Bucky frunció el ceño— Pero después de un tiempo, su memoria puede ir recuperándose por sí sola. No será rápido, pero al menos no se someterá a algún experimento.

•—•—•—•

Rogers, Wilson y Romanoff habían regresado sanos y salvos después de su larga misión. Habían tardado casi dos semanas, lo cual inquietaba demasiado a Steve. No sabía que había pasado en los últimos días ni como se encontraba su amigo.

Grande fue su sorpresa cuando encontró a su amigo sentado sobre la camilla donde lo había dejado antes, a la chica pelinegra a su lado, con Bruce y Stark acompañándolos.

— Parece que estás en problemas. —masculló Sam.

— Querrás decir "estamos"

— Oh no, él no es mi amigo. Es tuyo.

Y desapareció.

Steve no tuvo otra opción más que adentrarse en el laboratorio preparándose mentalmente para el sermón que Tony seguramente tenía preparado. Algo raro ya que normalmente él era quien los daba.

— Fuiste irresponsable, descuidado, torpe y testarudo. —decía Tony, usando sus dedos para enumerar cada adjetivo.

Rogers posaba sus brazos cruzados sobre su pecho, y Leah jugaba con sus dedos como cada vez que estaba nerviosa.

— Y tú —apuntó a la joven— Me decepcionas. —llevó la mano a su pecho actuando dramático.

— No pueden juzgarme cuando ustedes dos crearon un robot asesino. Me decepcionan. —hizo el mismo ademán que Tony.

— ¡Yo no estoy diciendo nada! —se excusó Bruce.

— Ok, punto número uno: ya hablamos de esto. Y punto número dos: sigues viva.

Una pequeña discusión se formó entre Stark y la joven pelinegra, para ellos y para el equipo ya no era algo raro, pero Bucky sólo observaba a la chica manoteando contra el hombre, algo que se veía realmente gracioso.

— Agh, no se puede tratar contigo.

— Contigo tampoco.

Bruce palmeó el hombro de su amigo para salir del laboratorio. Steve querría hablar con su amigo a solas.
Cuando estuvieron seguros de que los dos científicos locos se encontraban lo suficientemente lejos, Steve se atrevió a preguntar:

1 | STAY (BUCKY BARNES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora