Capítulo 11

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Seokjin & Namjoom

Jin estaba sentado en una mesa de la cafetería mirando sus manos sin hacer ningún movimiento, se encontraba triste pensando en Nam, en su pasado, desde el primer día que lo vio.

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Jin era un adolescente normal, vivía con su madre y era dueño de una de las mayores empresas del país, había sido herencia de su padre el cual falleció por complicaciones en una operación a corazón abierto. El joven supo manejar la situación, tuvo que madurar muy rápido para poder hacerse cargo de la empresa, de su madre y de su pequeña hermana, de un momento a otro tuvo que convertirse en el hombre de la casa.
Todo marchaba bien en el trabajo, hasta que un día vio como todo el dinero de su empresa comenzaba a ir en picada, no sabía que es lo que estaba ocurriendo, según sus apuntes todo iba bien, pero estaba equivocado.
Ese mismo día llegó la policía con una orden de arresto, acusaban a Jin de fraude, la empresa tenía complicaciones desde hace rato pero Jin jamás se enteró de eso, se le había sido ocultada toda esa información, había sido acusado injustamente por un compañero de trabajo.
Lamentablemente Jin no tuvo pruebas suficientes para demostrar su inocencia, en cambio el hombre que lo acusaba, el subjefe de la empresa, logró reunir pruebas falsas suficientes que hicieron que Jin fuera llevado a la cárcel.
Su abogado perdió el caso solo logro reducir la sentencia a 6 años. El joven entró con 25 años a la cárcel.

Al llegar, fue el chico más llamativo del lugar, era el más tímido y guapo de todos los nuevos presos. Namjoom en cuanto lo vio lo proclamó suyo, hablo con los policías y logró hacer que lo pusieran en su celda como su compañero.
La primer noche marchó normal, Namjoom se la paso despierto observando cada acción del chico el cual no logró conciliar el sueño, era algo típico de los nuevos presos, la primer semana era dura, no podían dormir por el miedo que les provocaba encontrarse en un lugar tan lúgubre y pesado.
Namjoom lo protegió de los demás presos ya que ese chico había sido proclamado por él l, nadie podía acercarse a menos que Nam lo pidiera.

El tiempo fue pasando y las cosas fueron marchando justo como Namjoon lo había querido, Jin fue teniendo cariño por el chico, era extraño ya que pensaba que su fijación iba por las mujeres, pero este preso había llegado a hacerlo dudar. Poco a poco Jin fue dándose cuenta que su cariño hacia Nam se volvía mayor y mayor hasta llegar al punto donde sabía que estaba enamorado. Su forma de ser lo había cautivado, al año ya sabía sobre su pasado, sus padres lo vendieron a una banda de narcotraficantes cuando el solo tenía 7 años, en ese entonces el ya era consciente de lo que ocurría. El dueño de la banda iba a traficar sus órganos pero terminó encariñándose, observó su potencial y comenzó a educarlo y enseñarle a pelear. El tiempo pasó y Namjoom se volvió de los mejores de su pandilla, el era encargado de los secuestros, desde adolescentes hasta adultos, era bueno en lo que hacía, sabía cómo sacar información y como esconder bien a cada secuestrado.
Un día fueron traicionados por un miembro de su propia banda, la policía llegó al lugar donde Nam tenía 13 secuestrados, tanto él como 6 miembros más de la banda fueron arrestados.
Todos sabían que Namjoom era un chico sin sentimientos, duro como una roca y sobretodo loco, mataba por dinero, no le importaba la edad ni el sexo, solo quería ganar dinero.
En cuanto llego a la cárcel todos los presos sabían ya de el, era el más nombrado en los pasillos y las celdas, todos le temian, cosa que lo hizo volverse de los más fuertes ahí.
Una semana había pasado desde que Nam llego a la cárcel y ya había tenido su primer pelea, en el patio de la cárcel donde termino asesinando a su competidor, el cual era el más temido de la cárcel, ese día Namjoom se volvió el líder de todos, eso lo hacía sentirse poderoso.

Un golpe en la mesa de la cafetería hizo a Jin volver a la realidad, levantó la mirada y observó a su amado frente a él, sonrío ampliamente y estiró sus manos tomando las del mayor.

-¿Que es lo que quieres hacer?-

Preguntó Jin con su típica dulce y tierna voz. El chico frente a él ladeó su cabeza sin dejar de observar los gruesos labios del menor.

-Trae mi comida-

Dijo sin mirarlo a los ojos, Jin inmediatamente soltó sus manos con cuidado, se levantó y caminó hacia donde los cocineros daban la comida. Tomó dos bandejas las cuales fueron llenadas de comida. Caminó con un poco de dificultad a causa de ambas bandejas y poco después llegó a la mesa, dejo con cuidado y cariño la bandeja del mayor y se sentó a su lado, sonrió y le dio un beso en la mejilla para luego regresar a su bandeja y esperar al que el mayor comenzara para poder comer él. Por su lado Nam se encontraba pensando en el chico nuevo, no le gustaba como le estaba quitando la atención.

-Nam-

Una dulce voz interrumpió sus pensamientos haciendo que volteara a ver al chico a su lado.

-¿Piensas en Taehyung?-

Preguntó con un poco de miedo ante su reacción, lo conocía y sabía que era capaz de desquitarse con el solo porque no podía hacerlo con el nuevo.

-Si, necesito hacer que me tema... o tal vez puedo hacerlo mi amigo-

El mayor habló con los ojos entrecerrados, no sonaba mala idea, si lo volvía su amigo podría tratar con él y ambos serían los más fuertes de la cárcel.

-Nada puede salir mal, piénsalo bien, tanto él y yo somos los más temidos del lugar, sabemos cómo tratar con los demás, juntos haríamos cosas espectaculares, cómo salir de aquí-

Comentó lo último con una sonrisa y la voz baja, satisfecho con lo que acababa de decir comenzó a comer sin quitar la sonrisa de su rostro. Por su lado, Jin, tenía miedo de lo que podría llegar a pasar, nunca había escuchado al mayor decir algo acerca de escapar de la cárcel o de juntarse con otro carcelero, no le gustaba compartir su fama, le gustaba ser el mejor y cada que alguien intentaba quitarle el puesto se enojaba mucho y solía ponerse irritable, hacia todo lo posible por que ese chico le tuviera miedo, si no, lo mataba a manera que nadie lo descubriera.

-Ten cuidado-

Susurro Jin en voz baja para luego encogerse de hombros y comenzar a comer sin tanto gusto como solía hacerlo.

Tras las rejas || Vkook +18 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora