Capitulo 22

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Cuarta noche parte dos

Sus labios seguían juntos, moviéndose al compás, unidos como si fuesen hechos a medida. La mano libre del asesino se dirigió a la cintura del chico viajando lentamente por su uniforme, palpando cada parte con sumo cuidado. Sus dedos sintieron el frío metal de las llaves de la celda y en un hábil pero sutil movimiento, zafó estas del cinturón. Por su parte Jungkook no sintió lo ocurrido, seguía tan centrando en los labios del contrario, disfrutando la extraña sensación de placer y miedo que lo recorría.

Un par de segundos después, el asesino volvió a tomar distancia abriendo sus ojos con lentitud, disfrutando de la vista que tenía.

—Yo estoy muy seguro que no lo convenceré de abrir la celda—Comenzó a hablar el chico de cabello rojo moviéndose hacia su costado, para llegar al centro de la reja, seguido por la mirada del contrario, justo donde la puerta se encontraba—Así que, porque no yo lo invito a pasar—Acercó las llaves a la cerradura haciendo que rápidamente el oficial saliera del trance, palpó su costado notando que las llaves ya no estaban ahí, corrió a donde el mayor se encontraba e intento quitarle las llaves, su mano llegó a la llave, tomando esta, pero la puerta ya había sido abierta.

El pelinegro tomó uno de los barrotes para volver a cerrar la puerta, pero el mayor fue más inteligente, tomando el brazo del chico y jalándolo dentro de la celda.

—Me encanta que los barrotes ya no estorben—Susurró grave colocando sus manos en la cintura del menor, el cual comenzó a removerse intentando alejarse.

—Si intenta resistirse solo terminará lastimándose, ya que yo no pienso detenerme—Dicho esto volvió a juntar sus labios, moviendo sus pies lentamente, haciendo que el oficial lo hiciera de la misma manera pero con menos fluidez y un poco de torpeza.

El menor de la habitación rompió el beso sin saber que hacer, intento caminar nuevamente a la puerta pero lo que hizo el preso fue empujarlo, haciéndolo caer sentado en la cama. Sin emitir una palabra, se acercó a él, sus manos se dirigieron a su camisa comenzando a desabrocharla con lentitud. Todo lo que estaba ocurriendo mantenía a Jungkook en un estado de shock, cada que intentaba hacer algún movimiento para irse, era detenido por el mayor, o simplemente su cuerpo no lograba reaccionar. Había deseado esto, aunque no lo quisiera aceptar, no podía resistirse a aquel guapo chico, estaba a su merced.

—Fue tan fácil meterlo aquí conmigo, se cuanto lo desea—Al terminar de decir esto, la camisa había sido desabrochada en su totalidad, dejando así a la vista su bien formando abdomen.—Mejor de lo que imaginaba—Susurró manteniendo su vista en el torso del menor, provocando así que las mejillas de este rápidamente tomaran color.—Jamás le había tenido tantas ganas a alguien, usted me provoca demasiado, y más el saber que le tengo que hablar de usted, sabiendo que es menor a mi, me vuelve loco—

El chico tragó grueso llevando rápidamente su mirada fuera de la celda en espera de no encontrarse con nadie. Tae aprovechando que no estaba forcejeando, llevó sus manos al borde de su blanca playera y en un rápido movimiento la retiró de su cuerpo dejando a la vista sus trabajado cuerpo lleno de tinta negra en forma de arte. La mirada del oficial volvió al asesino percatándose de lo guapo que era, soltó un suspiro y cerró sus ojos pensando que todo era un sueño, queriendo despertar.
Ante esto, el chico de cabello rojo retiró la camisa contraria y tomó sus hombros, recostándolo en la cama y subiéndose sobre su cuerpo, dejando así que fuera más difícil escapar.

Los ojos del oficial volvieron a abrirse al sentir su cuerpo recostado, tener al mayor sobre el provocó que su miembro comenzara a palpitar, anunciando que iba a erectarse en poco tiempo, sus manos las dejó a sus lados sin poder moverlas, no sabía que hacer, todo estaba ocurriendo demasiado rápido, jamás se había acostado con nadie, esto era nuevo para él.

Tras las rejas || Vkook +18 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora