Tras las rejas || Vkook +18 (TERMINADA)

Capitulo 33

Nuevo plan

Dentro de la casa del Dragón, se encontraban sentados en la sala el dueño del hogar, su hijastro y su sobrina, los tres platicando a cerca del plan que querían llevar a acabo en contra de la mafia Sur. Llevaban rato platicando, el día anterior Dong-Yul  había hablado con sus subordinados para decirles cuál sería el día de la junta, les quedaban un par de horas para que Lalisa comenzara a preparar a los que iban a ir con la mafia Sur, tenían planeado hacer un trabajo encubierto.

–Entonces, lo primero es conocer cómo está organizado todo, ver cada rincón del lugar y cómo trata el jefe a todos sus trabajadores–Habló Lisa luego de un pequeño rato en silencio–Lo mejor será que primero yo, con un par de hombres, como si fuesen mis guardaespaldas, debe ser más creíble. De ahí iré ganando poco a poco la confianza del jefe y así podré traer a los demás sin problema alguno, claro, pueden haber dificultades ya que a pesar de tener todo planeado hay una posibilidad en donde lleguen a enterarse de lo que está ocurriendo, pero eso llegará a ser hasta el final, o bueno eso espero.–

El mayor en la habitación soltó un suspiro y se dejó caer en el respaldo del sillón cerrando así sus ojos para poder pensar, por otro lado Jaehyung estaba comiendo unas papas que se había preparado, estaba más en su mundo pensando ciertas cosas sobre su pasado, cosas que siempre lo mantenían con una fuerte duda. ¿Cómo es que los primeros años de su vida no los recordaba? Siempre había querido preguntarle a su hermano si a él le pasaba lo mismo, pero no se tenían esa confianza. Soltó un suspiro y mantuvo su mirada fija en su botana, la chica a su lado lo observó con confusión y se acercó un poco más a él, aprovechó que su tío tenía los ojos cerrados y colocó su mano en la pierna del chico de cabello azul acercándose a su oído para poder susurrarle.

–No se que tengas, pero prometo en la noche ayudarte a olvidarlo–Sonrió ladinamente y se alejó luego de dejar un apretón sobre su pierna.

Jaehyung volteó a verla manteniendo su típica sonrisa cuadrada en el rostro, sus ojos mostraron un brillo que solo ocurría con Lisa, río bajo y se estiró dejando un suave beso en su mejilla, se puso de pie y caminó hacia la cocina en busca de algo para tomar.

–¡LO TENGO!–Gritó Dong-Yul poniéndose de pie de inmediato sobresaltando a la joven que se hallaba en la sala la cual lo observó con sorpresa y confusión al notar aquella sonrisa en su rostro.

El mayor tomó su celular y tecleó un número de alguien al que llevaba tiempo sin ver, el cual sabía la situación mejor que nadie, en pocas palabras su mejor amigo.
El teléfono sonó en cuanto la llamada entró, mientras contestaban, algo emocionado, salió de la casa tomando un cigarro de su bolsillo. Del otro lado de la línea un hombre contestó con calma demostrando felicidad en su voz al escuchar la voz de su mejor amigo.

–Dong-Yul, ¡que milagro!–

–Gong Yoo, cuanto tiempo amigo– dicho esto llevó el cigarro a sus labios encendiéndolo poco después, dando una suave y profunda calada

–¿Cómo te encuentras? Llevo tanto sin saber de ti, venga hay que vernos–

–Me parece una gran idea, tenemos tanto que contarnos... oye Gong, ¿puedo pedirte un favor?–

–Claro, los que quieras, recuerda que te debo la vida– Una risa sonó por ambos lados de la línea

–Tengo planeado que sepan la verdad... mi familia–Comenzó a decir manteniendo aquella radiante sonrisa en su rostro–Comenzaré con ella, necesito que me ayudes a irle hablando de mí, puede que me odie por haber desaparecido de esta manera, pero necesito que sepa, quiero que nos juntes–

–Yul... no hablas en serio ¿o si?–Fue lo único que pudo decir el hombre del lado contrario de la llamada, estaba confundido por la petición–Puede que te ame, pero aun así puedes ir a la cárcel solo por eso, y si alguien descubre que tú eres el jefe de esa mafia, estás acabado–

–Lo se Gong, es un gran riesgo, pero la necesito, la extraño bastante y ella merece saber la verdad–

–Cada vez me doy cuenta de cuán loco estás... bien, te prometí estar a tu lado, por más loco que te encuentres... cuenta conmigo–

–Muchas gracias, en verdad no me arrepiento de ser tu amigo, mereces el cielo–

–Unas cervezas son mejor que el cielo, ¿el lunes a las 8?–

–El lunes a las 8, iré por ti, gracias–

–Suerte Yul, me voy–

La llamada terminó y el mayor bloqueó su celular guardándolo en el bolsillo de su pantalón.

–Querida Jung Hwa, prepárate–

•••

El timbre de la casa hizo que una mujer, de aproximadamente 40 años de edad, dejara de cortar la col y se dirigiera a la puerta abriendo esta con cuidado topándose a un hombre mayor a ella por unos cuantos años.

–¿Gong?... ¡Gong cuanto tiempo!–La mujer rodeó al mayor con sus brazos siendo correspondido su abrazo al instante–¿Qué te trae por acá?–Ella se separó del abrazo mirando al contrario con sorpresa–Pasa pasa, estaba preparando la cena, quédate a comer–

–Linda, extrañaba tu sazón, ¿cómo negarme a comer contigo?–Le dedicó una sincera sonrisa y entró a la casa observando todo percatándose que seguía igual desde la última vez que había entrado, recuerdos comenzaron a aparecer en su mente–Esta casa me trae muchos recuerdos–Susurró sonriente observando cómo la mujer cerraba la puerta y se dirigía a la cocina, por lo que la siguió dándose cuenta que los cuadros de fotografías familiares eran lo que más llamaban la atención del lugar.

–Me imagino... la casa puede seguir igual, pero ahora está más callada, desde que él... bueno... falleció–Volvió a la cocina lavando sus manos nuevamente para así terminar de cortar la col.

–Si, el era la alegría, siempre contando sus chistes tontos y manteniéndose de un lado a otro jugando con sus hijos...–Una sonrisa nostálgica apareció en los labios de la mujer a la vez que una pequeña lágrima salía de su ojo

–Si... siempre fue el hombre más ruidoso que conocí–Una risa salió de los labios del mayor el cual se acercó a la mujer

–¿Te ayudo con algo?–Preguntó observando como vertía la col partida en la olla

–Oh si, pon la mesa por favor, las cosas se encuentran donde siempre–

–Pasan los años y todo está como cuando me fui–Comentó el hombre yendo al mueble de donde iba a sacar los platos y los cubiertos–Siempre tan ordenado y limpio.

–Puede que me vaya haciendo más vieja, pero la limpieza siempre será lo principal de mi–

–Hey, eso me hiere, recuerda que soy mayor que tú–

Ambos adultos rieron un poco mientras cada quien se dedicaba a hacer lo suyo.

–Te extrañe Gong–

–Y yo a ti  Hwa–