Capitulo 27

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Hermanos

Jungkook se encontraba en su habitación recostado de lado sintiendo un dolor algo fuerte en su parte trasera, su corazón latía rápido cada que se acordaba de lo ocurrido.
En cuanto había llegado a su casa se dirigió a su habitación, por suerte no se había encontrado, ni con su hermana, ni con sus sobrinos. Todo iba bien, el único problema fue que le dio hambre, no había comido nada desde que inició su turno.
Llevaba rato aguantando los quejidos de su estómago, pero llegó un momento en el que ya no pudo más. Se puso de pie con mucho cuidado de no hacer movimientos bruscos y caminó en silencio hacia su puerta, retiró el seguro y giró el pomo abriéndola lentamente, antes de salir asomó su cabeza y observó a sus lados percatándose de que no había nadie. Salió dejando la puerta abierta para no hacer más ruido, y se dirigió a las escaleras, si subir había sido un problema, ya se imaginaba cómo sería bajar. Se agarró del barandal y comenzó a bajar escalón por escalón, pareciendo alguien de la tercera edad. Sentía como a cada paso el dolor se hacía presente, Tae había sido muy rudo para ser su primera vez, pero aún así, sabía que este dolor había valido la pena.

Llegó a la plata baja, luego de un par de minutos, los que sintió los más largos de su vida, caminó a la cocina y abrió la puerta. No había nadie ahí, agradeció en un susurro y se dirigió a la nevera abriendo esta para ver qué se encontraba.
Habían varios recipientes con Kimchi que había preparado su hermana hace tiempo, sonrió dulcemente y tomó uno de estos, cerró la nevera y abrió el cajón del mueble, sacando sus palillos. Se acercó a la silla del comedor, se iba a sentar pero recordó las palabras de Tae. Soltó un suspiro con algo de molestia y decidió subir a su habitación, no sin antes tomar una botella de agua del paquete que estaba junto al refrigerador.

Se dirigió a la salida y cuando iba a abrir la puerta para salir, escuchó pasos acercarse a donde el estaba, abrió los ojos a tope y miró a sus lados buscando donde podría esconderse, lo iba a hacer bajo la mesa, cubriéndose con el mantel, pero no fue lo suficientemente rápido, su hermana entró a esta habitación antes de que él pudiera alejarse de la puerta.

—Oh, hermano, pensé que estabas dormido—Comentó en cuanto lo vio, observó que traía con él un recipiente con kimchi y le dedicó una dulce sonrisa.—Tienes hambre, yo también venía por comida, ¿porque no comemos juntos?—

Al decir esto, Jungkook no pudo zafarse, siempre que tenía el turno de la noche, era muy difícil que comieran juntos, siempre que se daba la oportunidad, no les gustaba desaprovecharla. Y no le diría que no a su dulce hermana.

—Ven, vamos a sentarnos—Mantuvo su sonrisa en todo momento, tomó la mano de su hermano y lo jalo delicadamente hacia la mesa, lo colocó a un lado de la silla y luego se separó para ir al refrigerador y poder ella tomar otro recipiente con lo mismo.

Jungkook soltó un suspiro y colocó sus cosas en la mesa, tomó el borde de esta para tener apoyo, poder sentarse y que fuera un poco menos difícil.
Flexionó sus piernas y tomó asiento, sintiendo el dolor recorrer toda su parte trasera, apretó sus labios para no soltar ningún quejido y miró a su hermana la cual se acercó a la mesa sin notar nada de lo ocurrido.

—¿Cómo te ha ido en el trabajo?—Preguntó la joven ya que estaba sentada con su recipiente abierto–¿Es difícil tratar con ese asesino o no tanto?—Preguntó intrigada por la respuesta.

Jungkook bajo la mirada hacia su comida, abrió el topper y el olor recorrió inmediatamente sus fosas nasales. Tomó los palillos y con estos agarró un poco del kimchi llevándolo a su boca. Al terminar de masticar y pasar le respondió a su hermana, intentando no mover su cuerpo.

—Pues no es tan malo como creía—Respondió sin mirar a los ojos a su hermana—Si, es un asesino y todo, pero no veo que tenga odio hacia mi o hacia algún otro interno o policía, ante todo, me respeta—Terminó de decir y volvió a introducir un bocado de alimento a su boca.

—Aún así Kook, ten mucho cuidado, no sabemos de lo que puede ser capaz, no lo conocemos—Soltó la chica para acto seguido comenzar a comer.

—Descuida noona, tendré mis precauciones—Le dedicó una dulce sonrisa y se centró en su platillo.—¿Como están los pequeños?—Preguntó luego de un corto lapso de tiempo en silencio.

—Bien, están ahorita recostados, viendo caricaturas—Respondió tomando una de las dos botellas de agua para darle un pequeño sorbo—Están muy felices al no tener que ir a la escuela—Dijo seguida de una suave risa–Espero que atrapen pronto a ese hombre, quiero que mis hijos tengan seguridad—cambio su tono de voz mostrando la preocupación que tenía.

—También quiero que estén seguros, tanto ellos como tú—Respondió llevando su mirada a ella— Sé que los oficiales se encuentran investigando el caso, lo encontrarán y todo volverá a la normalidad—Le dijo para poder calmarla un poco, estaba muy alterada por todo lo ocurrido y Jungkook solo quería verla bien.

La plática respecto a la mafia terminó, no querían hablar más del tema, por lo que decidieron hablar mejor de algunas cosas de su infancia, recordando los momentos que vivieron juntos antes de que ella tuviera que irse para estudiar la carrera universitaria.

—Sabes hermano, estoy muy agradecida contigo, si no me hubieras buscado, tal vez no nos hubiéramos visto nunca más, y sinceramente mi vida lejos de ti y de mamá fue algo muy difícil, luego de lo qué pasó, solo tú pudiste ayudarme—

—Noona, no hablemos de eso porfavor, dejémoslo en el pasado, ahora tienes dos hijos que cuidar y yo estoy aquí contigo, no te dejaré sola en ningún momento—La interrumpió y se puso de pie con dificultad para ir a abrazarla, ella rápidamente correspondió el abrazo y comenzó a llorar.

Jungkook la consoló con palabras dulces y acariciando su espalda con sus manos, no quería soltarla, no la dejaría sola nunca, ella, su mamá y sus sobrinos era todo lo que tenía, no los iba a perder por nada.

Tras las rejas || Vkook +18 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora