capítulo XXI.2

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-. Ni siquiera yo sabía o, es más ni siquiera ahora se lo que de verdad sentía por ti.-. Digo, tamapando mi boca con mis mano, apuesto a que mis ojos están rojos.

-. Yo si, solo me querías, y, yo no hice nada para que te enamorarás de mí.-. Hemsworth solo me da su perfil derecho, pues su vista está en el cristal que deja ver los pocos carros que pasan a la gasolinera.

-. Sabes, de vez en cuando pienso cuando estábamos juntos.-. Cojo una servilleta del servilleteros y me limpio mi rostro.-. No lo sé, porque lo hago, pero se siente bien recordar.-.

-. Joss, de verdad, espero que en el fondo de tu corazón puedas perdonarme, ahora sé que esa no era la forma de obligarte a terminar conmigo.-. Voltea a verme.

-. Si, pero ¿lograste sentir algo por ella?-. Apreto mis labios, deseo no volver a llorar.

Entonces Hemsworth, levanta una ceja divertido, y yo no le encuentro la gracia.

-. Si hubiera sentido algo por ella ¿no crees que estuviera con ella en vez de estar contigo?-. Toma una de mis manos, y en ese instante me teletransporte a aquel restaurant en Ámsterdam, y sin querer sonreí.
Pero después todo se fue a la borda, pues en una mala jugada de mi imaginación, confundi la mano de Hemsworth con la de Evans, no dude en desapartarla.

-. Disculpa por el atrevimiento, pero tus manitas siguen siendo igual de curiosas y suaves, ¿cómo haces para tenerlas así?-. Acomoda el menú justo en su estante.

-. ¿Así de pequeñas?, amm, es cuestión de genética.-. Termino de quitar de mi rostro todo rastro de lágrimas.

-. Si, vaya, en cambio mira las mías, quizás puedo cubrir todo tu rostro con una sola.-. Juega con su mano sobre mi rostro y yo trato de esquivar la, y después de tanto tiempo, una carcajada sale de mis cuerdas vocales.

-. Ya Hemsworth, eso es vergonzoso.-. Trato de controlar el pequeño ataque de risas de foca.

-. ¿Tu pequeña cara o tu risa?-. Acomoda su camisa, dejándome en paz.

Entonces me puse seria y me crucé de brazos.

-. Amo tu risa.-. Me sonríe.

Y yo, ahora, no podía permitirme nada con él, ni con nadie.

-. Hemsworth.-. Digo, tratando de advertirle que ya no siga.

-. Okay, ahora no es el momento.-. Coge el menú de nuevo.-. ¿Qué te apetece?-.

Me apetencia muchas cosas, lastimosamente no pude probar nada, pues llegó la policía, cerraron la cafetería y la gasolinera.
vaya racha de mala suerte.
Así que, Hemsworth decidió llevarme a casa, pues eran casi las 9 p.m.

El guión 1.2 💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora