𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑿𝑿𝑰

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-. Te dije que podías tomarte él día morena.-. Me dice Scott, mientras bebe él café que le he llevado a su oficina.

-. No, sabes que no puedo tomarme esas libertades, la semana pasada falté demasiado, no quiero que tengas una mala experiencia de mi parte -. Sonrio, aunque el dolor de cabeza esta matando me.

• solo aguanta un poco más Harid •

-. Okay, entonces a trabajar.-. Deja él café en su mesa para tomar sus guiones.

Sólo frunci mis labios, estaba más que cansada.

-. Una cosa más, Mamá me ha pedido que nos acompañes a almorzar hoy daré salida a las 2 de la tarde.-. Me abre la puerta.

Tenía planes de visitar él orfanato.

-. Scott, realmente gracias, pero prefiero comer en casa.-. Al decirle esto su rostro cambia a seriedad.-. No, no me lo tomes a mal, la comida de Lisa es la más deliciosa que he comido, me hace muy feliz estar con ustedes, pero.-. ¿qué digo para que no se escuche grosero.-. Ammm. Yo llevaré él almuerzo a mi madre, espero que no te molestes.-. Sonrio apenada.

-. Tranquila.-. Sonríe.-. Entonces lo dejaremos para otro día, pero te tocara hacerlo en tu casa.-.

-. Definitivamente en mi casa no.-. Rio un poco al recordar que mi abuela lo a corrido a él y a su pareja infinidades de veces.

-. La bruja de tu abuela me matara.-.

          ⚱

-. Hola... ¿ cómo sigue?-. Digo rápidamente apenas entro a la recepción del orfanato.  

Rosa, la nueva niñera voluntaria me sonríe -. Esta mejorando, no hay dejado de llamarte, puedes entrar esta en la zona de cuidados.-. Me extiende sus manos para tomar mi bolso.

Se lo entrego rápidamente no sin antes sacar mi celular. -. Vuelvo en un momento -. Camino a paso rápido buscando la habitación.

-. Ya llegué.-. Digo apenas abro la puerta, permitiendome ver los cuneros los cuales estaban vacíos, menos uno, el de Emiliano.

Caminé hacia él, y él me esperaba con sus manitas agitadas, sonreía. Lo cargué, y le dejé muchos besos al rededor de su cara.

-. ¿ no has sido un niño berrinchoso? -. Le pregunto mientras le doy vueltas en mis brazos.

Él solo aprieta sus labios para dejarme unos besos en mi mejilla.
Con cuidado, lo bajé de mis brazos, como era costumbre entre él y yo, empezaríamos con las clases para mejorar su caminado, Emiliano necesitaba más cuidado y paciencia que los demás niños, por esa razón las chicas voluntarias no se tomaban él tiempo necesario para esto. 

-. Vamos mi amor, tu puedes, si lo haces bien, iremos al patio.-. Lo motivo mientras agarro sus manitas junto con las mías mientras él camina cada vez más rápido, tanto que en pocas semanas él podría hacerlo por su cuenta.

El guión 1.2 💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora