15

2.3K 232 6
                                    


La morena no puede dormir, no logra consiliar el sueño; el beso tan intenso que compartió con su cuñado la ha dejado vulnerable y expuesta a todas sus emociones, a aquellas sensaciones que siempre ha querido y luchado por ocultar.

Mientras se daba vueltas en la cama, a su mente llegaron los recuerdos de aquel día, de cómo se enamoró de él.

<<Era sábado por la noche, un grupo de chicas se habían reunido en la casa de Ayame, en la cual se llevaría a cabo la fiesta de fin de año ¡La preparatoria llegó a su fin!

Todas emocionadas, lanzaban vestidos tras vestidos, una decía que le apretaba mucho, la otra se quejaba porque no tenía los senos grandes y otra simplemente permanecía en silencio, observando a través de la ventana como poco a poco llegaban los estudiantes de Shikon y ciertos jóvenes que no conocía.

Mientras sus amigas se debatían con el vestuario, ella se preguntaba si él llegaría ¡Era ilógico! Él era un joven que ya se encontraba en la universidad, ella solo era una ingenua jovencita que cumpliría sus 16 años.

Cuando su madre Naomi, quien trabajaba en el hospital Taisho en el área de limpieza, le pidió que le llevase el almuerzo hasta su centro de trabajo, la jovencita no se pudo negar.

Con mucho entusiasmo hizo lo que su progenitora le pidió. Cuando llegó al hospital, el guardia no quería dejarle pasar ya que estaba totalmente prohibido el ingreso de menores de edad, a menos que sea en compañía de un adulto.

La jovencita insistió, rogó, pidió que le dejase pasar más el viejo regordete se negó.

- Entienda que no puedo ir en contra de las reglas muchacha - le dijo el señor. Ella hizo un puchero y volvió a suplicar.

- Por favor. Le prometo que no le daré lata. Mamá no puede venir hasta acá porque está muy ajetreada con la limpieza.

- Lo siento, pero no puedo.

- ¿Qué sucede Mioga?

Ambos se giraron, el viejo bajó el rostro avergonzado ya que estaba frente a su superior pero la jovencita se quedó perpleja, totalmente anodada ¡Era bellísimo! El joven quien vestía con una pulcra camisa mangas largas blanca, un pantalón de vestir negro y zapatillas a juego, arqueó una ceja y miró fijamente a la chiquilla que no le quitaba la vista de encima.

La chica bajó la mirada y observó una bata bien doblada en uno de sus brazos y un portafolio en la mano.

- Disculpe joven Sesshomaru pero la jovencita insiste en que le deje pasar y ...

- ¿Porqué quieres entrar? ¿Te sientes mal?

La chica se sonrojó y negó. Se aclaró la garganta para explicarle al joven los motivos por los cuales estaba allí.


- ¿Eres la hija de Naomi?

- Si señor, ella me pidió que le trajera el almuerzo pero el señor no quiere dejarme pasar.

- Muchacha, entienda que yo solo cumplo órdenes.

- Está bien Mioga. Yo la llevaré.

El viejo asintió y el joven Sesshomaru le pidió a la chica que entraran juntos. Estando en el elevador, la morena no podía dejar de verlo, jamás había visto tanta belleza en una sola persona; tenía una larga cabellera plateada, sujeta en una coleta alta, ojos finos, de un dorado intenso, nariz respingada, labios pequeños y carnosos. Alto, formidable ¡Perfecto!

- ¿Porqué me vez tanto? - le preguntó, ya que se sentía incómodo con la mirada de la joven clavada en él.

- Perdón - dijo rápidamente y bajó el rostro.

Sesshomaru no dijo nada y el silencio se formó. Cuando el elevador se abrió, Sesshomaru le indicó el área en donde encontraría a su madre. Cuando Naomi se percató de la presencia de su hija , salió a su encuentro y notó el nerviosismo en ella. La tomó de las manos y la sentó en una pequeña banca.

- ¿Estás bien, Kagome? ¡Estás pálida!

- Si, si, estoy bien... Es solo que ¿Quién es Sesshomaru mamá?

- ¿Sesshomaru? ¿Lo has visto? - Kagome asiente - El joven Sesshomaru es uno de los hijos de el dueño de el hospital. Mi niña, no te hagas ilusiones con un joven como él.

- No mamá, es solo que me sorprendió su belleza.

- Ay pues claro que sí - Naomi sonríe - los Taisho son hombres de otro planeta.

Ambas sonríen.

Ayame se percata que Kagome se encuentra literalmente en las nubes y le jinca una costilla con su dedo, la morena brinca y vuelve en sí.

-- ¿En quien piensas, eh?

- ¿Crees que venga, Ayame? Bueno, digo es un joven universitario y ya está por finalizar su carrera.

Ayame suspira. Sabe que Kagome se enamoró perdidamente de el joven Taisho. La abraza fuertemente en modo de consuelo.

- No lo se Kag, pero he oído que el hermano menor vendrá, quizá él también.

La morena suspira y decide vestirse. Es su noche, su fiesta y debe disfrutarla.

El grupo de amigas llegan hasta el jardín y Sango se dirige a la pista para bailar, Ayame se sienta en una pequeña banca con Yura y Kagome les comenta que irá en busca de algo para tomar.

En cuanto llega a la cocina lo ve, justo a unos cuantos metros de ella. Ambas miradas chocan por segundos pero Sesshomaru parece restarle importancia a su presencia.

Dolida abre la nevera y toma dos bebidas energéticas y se marcha.

Al llegar nuevamente al lado de Ayame y Yura, un joven con rasgos similares a los de Sesshomaru se acerca a ellas, seguido por un chico de ojos azules y cabello corto.

- ¡Inuyasha! - le saluda Yura sonriendo.

Ambas chicas se le quedan viendo sorprendidas y Yura les presenta a sus amigos universitarios. El chico de ojos dorados de inmediato siente un click con la morena la cual ha acaparado toda su atenció.

Yura se pierde en compañía de el otro chico llamado Miroku y Ayame se va en busca de Sango. Inuyasha se sienta al lado de Kagome e inician a conversar de todo un poco. Una hora después Sesshomaru sale al patio y observa atentamente a la pareja que sonríen amenamente.

- vaya ¿Es ella? - Sesshomaru asiente - pues no está para nada mal la morena.

Sesshomaru fulmina con la mirada a Bankotsu, su compañero de clase y único amigo.

- Es una adolescente - dice Sesshomaru fríamente.

- ¿Y? Inuyasha le lleva cinco años y al parecer se la quiere follar.

- Deja de ser tan directo aunque sea una vez en tu vida.

- Y tu deja de ser tan formal, además por lo que me contaste, es posible que la chica se haya prendado de ti.


- No me importa.

- Pues tu mirada dice otra cosa>>

Kagome comprendió que hizo mal al haber aceptado que Inuyasha la cortejara ya que lo que pretendió en un momento no lo logró, Sesshomaru nunca la buscó.

Tóxico (Terminado) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora