3

2.7K 255 5
                                        


Llegaron al edificio Taisho, en donde Inuyasha había dispuesto de un lujoso apartamento. Él quería darle los lujos que su joven esposa necesitaba y merecía.

Aparcó el coche en el estacionamiento privado y salió de el, a los segundos también lo hizo Kagome.

Inuyasha Taisho,era el hijo menor de el reconocido médico cirujano Inu no Taisho, con 27 años ya había logrado cumplir muchos propósitos y metas.

Desde que conoció a la joven morena, de ojos azules y cabello azabache, sintió que era la mujer que él necesitaba tener a su lado, sin embargo Inuyasha no logra confiar lo suficiente en ella y siempre piensa que en cualquier momento podría irse de su lado, por tal motivo intenta mantenerla cerca de él la mayor parte de el tiempo.

Sesshomaru Taisho, su hermano mayor es uno de los tantos que lo aconsejan para que cambie de actitud puesto que,lo único que logrará será lo que menos quiere que pase: perder a Kagome.

Entran al elevador en silencio, la chica se cruza de brazos y él se recarga sobre la pared metálica y cierra sus ojos. A su mente llegan las claras imágenes de su adolescencia... cuando conoció a su bella esposa. Fue un noviazgo corto y la decisión de unir sus vidas "para siempre" quizá pudo ser demasiado precipitada, pero en ese entonces Inuyasha creía que no podría vivir sin ella.

- ¿En qué piensas?

Lo cuestionó curiosa. Él abrió los ojos y le miró esbozando una sonrisa sincera.

- En el momento en que te conocí - contestó acariciándole la mejilla.

- Ah - exclamó totalmente sorprendida por su respuesta.

- Te veías hermosa con ese vestido - continúa narrando y le rodea la cintura con sus brazos. Apoya la barbilla sobre su hombro y suspira emocionado - cuando Miroku me dijo que recién habías llegado al residencial quise ser el primero en todo.

- Y lo fuiste - le recuerda con nostalgia.

- Mmmju - le besa el cuello y toda la piel femenina se estremese. La aferra más a su cuerpo y aspira el olor dulzón de su cabello - Te amo tanto Kagome.

- Inuyasha.

- Dime.

- ¿Quién era la chica que estaba anoche contigo?

Ante la pregunta de su esposa, se alejó de ella de inmediato como si hubiese sido repelido por alguna corriente eléctrica. Sus ojos dorados se oscurecieron y su semblante relajado se volvió sombrío y lejano.

La burbuja romántica en la cual se encontraban explotó y el ambiente entre las cuatro paredes metálicas se volvió tenso.

- Una compañera de trabajo - contestó secamente.

- No vas a preguntar quién me lo dijo.

- Es evidente que el grupito que tienes por amigas siempre meten las narices donde no las llaman.

- Solo se preocupan por mi Inuyasha, deja de ser tan mordaz.

- dejaré de serlo cuando ellas se preocupen por sus propias vidas.

Estando en el apartamento, el peliplata se fue directo a la habitación, se quitó el traje y se metió a la cama. Media hora después Kagome se acostó. Entre ellos siempre era lo mismo; un momento romántico, palabras dulces y de repente la burbuja le explota frente a su rostro. Agotada de tanto pensar cerró los ojos.

- Dejarás ese maldito trabajo, no me pasaré todas las putas madrugadas conduciendo para ir por ti.

- Yo puedo venirme sola, no es necesario que vayas por mí.

- No sé porqué cojones siempre te gusta llevarme la contraria. No es necesario que trabajes. Soy un Taisho Kagome ¿lo olvidas?

- No Inuyasha, no lo olvido y espero que tu tampoco olvides que me gusta obtener mis propias cosas gracias a mis esfuerzos.

- ¡fhe! Soy un joven millonario, muchas quieren estar en tu lugar.

Ante tal respuesta, la joven decidió callar y dormir.

A las diez de la mañana, Inuyasha le ordena a Rin, su secretaria, que le lleve un café exprés a su consultorio. Mientras se masajea las sienes, la puerta se abre y entra el director general del hospital y también su hermano mayor, ambos comparten similitudes físicamente, en cuanto a carácter, Sesshomaru es un caso demasiado complejo.

- ¿Qué quieres Sesshomaru?

El mayor lanza una carpeta sobre el escritorio e Inuyasha se incorpora para tomarla - ¿Y esto?

- Son los informes que te pedí que me entregaras ayer y no lo hiciste.

- Estaba ocupado.

-- ¿con Kagome?

- No, y si fuera con ella no tiene porqué importarte ¿ o Si?

- Tengo entendido que aprobó un curso de enfermería. Sería de mucha ayuda que trabaje aquí.

- Figúrate que es lo mismo que yo le digo todos los putos días y nunca acepta.

- Quizá no se lo pides de buena manera.

- No hables como si la conocieras. Kagome es mi esposa, yo soy el único que la conoce perfectamente.

- ¿Y?

- ¿Y qué?

- ¿ ya terminaste tu discurso lanza testosterona? - Inuyasha volteó los ojos - tienes dos horas para que hagas ese trabajo. Quiero a las pacientes de Oncología subrayadas.

Y sin decir una sola palabra más, Sesshomaru salió de el consultorio de su patético hermano. Caminaba por el pasillo hacia el área de maternidad revisando algunos expedientes cuando sintió chocar contra alguien.

- ¿Kagome? - balbuceó su nombre totalmente sorprendido de verle allí. Ella forzó una sonrisa. Los ojos dorados no pasaron por alto el nerviosismo en ella.

- Lo siento Sesshomaru, venía distraída y...

- Descuida, no pasa nada. Inuyasha está en su consultorio - le dice para luego seguir revisando los expedientes.

- Yo... bueno, quiero hablar contigo, claro si tienes tiempo por supuesto.

- Lo tengo. Vayamos a mi consultorio.

La morena asintió. Mientras iban caminando no dijeron una sola palabra más. Kagome sujetaba con fuerza la correa de su bolso mientras que Sesshomaru le veía de reojo.

Tóxico (Terminado) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora