¿Hacerla suya?
El deseo de Kagome, retumbaba una y mil veces más en su mente, mientras ella lo guiaba hacia la habitació con las manos entrelazadas y pasos firmes, la morena solo quería estar con él.
Un poco ofuscado por el hecho de que haya sido ella quien tomara la iniciativa, abrió la puerta y la instó a que pasara. Kagome por acto reflejo se sentó en la cama y colocó ambas manos sobre su regazo.
La situación les pareció un poco divertida ya que se estaban comportando como dos adolescentes, cuando realmente cada uno sabía perfectamente lo que quería.
Sesshomaru se quedó de pié en medio de la habitación y Kagome sentada golpeaba con la suela de su zapato el piso de madera ¿Tan jodido estaban los dos? Carraspeó para aclarar su garganta, la morena levantó el rostro y lo vio expectante.
— ¿Quieres algo de tomar?
Kagome asintió. Él salió rápidamente de la habitación y cuando llegó a la isla, en la sala, dejó salir todo el aire contenido, ni siquiera había notado que no estaba respirando ¡Joder! ¿Porqué estaba actuando así?
La ama, por supuesto que sí, sin embargo es una mujer, entonces porqué carajos estaba tan nervioso. Quizá con un buen trago de whisky mandaría al traste los putos nervios. En esta ocasión no era necesario el protocolo ¡Bebió a pico de botella! Tomó una copa y la llenó con el líquido oscuro, seguramente Kagome también necesitaría no solo uno, si no que muchos tragos.
Entró nuevamente a la habitación y notó que Kagome no se había movido ni un solo centímetro. Seguía en el mismo lugar y con la misma postura. Le ofreció la copa y ella la tomó para luego llevársela a la boca de inmediato y cómo no, si la morena sudaba helado.
Lo bueno que Sesshomaru no vestía camisa así que sería más fácil dejarlo completamente desnudo. Kagome tragó grueso en cuanto su mirada se posó en el bulto de la entrepierna ¿Cómo será? ¿Será grande? ¿Gruesa? ¡Joder Kagome! Deja de pensar en ella, y mejor prepara tu coño.
Sí ya habían tomado la decisión, sí ya estaban en una jodida habitación, en donde obviamente nadie pero nadie podía llegar a joderles el momento, porqué carajos no se echaban uno encima de el otro y ya.
Al fin de cuentas Sesshomaru ya sabía lo que había debajo de esa ropa. Colocó la copa sobre la cómoda y se levantó, Sesshomaru se inmutó un poco por el movimiento tan brusco.
Kagome ya lo había pensado demasiado, ya su cerebro se había quemado en muchas ocasiones puesto que siempre pero siempre pensó en cómo sería, en cómo actuaría si llegase a tener la oportunidad de acostarse con Sesshomaru, lógicamente no solo se trataba de sexo, pero seamos honestas, cualquier mujer teniendo a Sesshomaru en una habitación completamente a merced, haría hasta lo que no está escrito en el puto libro de el Kamasutra para satisfacer a semejante semental. La morena no era una puritana.
Se posó a unos cuantos centímetros de Sesshomaru y comenzó a bajarse los tirantes de su camisa, esta cayó al piso seguida por la penetrante mirada de el hombre que aún no creía que Kagome estaría en sus brazos.
El sostén le siguió y los generosos pechos de la morena danzaron con toda libertad. Aquellos pequeños y oscuros pezones lucían erguidos, completamente rígidos por el deseo que invadía ese perfecto cuerpo.
Él, sutilmente se movió en un círculo imaginario para luego detenerse detrás de ella. Le apartó la melena negra y besó su cuello. La piel femenina se crispó al instante. Continuó besando sus hombros mientras que sus manos descendían hacia la pequeña cintura para desabrochar el pantalón ¿ A dónde cojones se fue el nervio?

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Tóxico (Terminado)
Fiksi PenggemarQuien ama no lastima y si lastima es porque no ama.