— Qué grata sorpresa — dice al instante en que se levanta de la silla para abrazar a su joven esposa.Ella le sonríe de manera forzosa y se acomoda un mechón de cabello detrás de su oreja — ¿Puedo saber el motivo de tu visita?
La toma de la mano y la guía hasta el sofá largo que está contiguo a la pared. Ambos se sientan y él continúa acariciando la palma de la mano con la yema de sus dedos. Kagome observa el delicado movimiento y se cuestiona el porqué su humor es tan variable.
— Quiero trabajar aquí — confieza de una sola vez sin siquiera haber reparado en ello.
Inuyasha abre sus ojos como platos y a la vez esboza una amplia sonrisa, sin embargo su esposa está confundida con su pronta decisión, quizá se tomó demasiado enserio la sugerencia de su cuñado o, probablemente tambien sea el deseo de ayudar a los demás.
— En serio que me haz tomado por sorpresa y me emociona ¡claro que sí! — la besa sutilmente en los labios — ¿ Porqué haz cambiado de opinión?
— Sesshomaru...
— ¿ Sesshomaru ? ¿ Qué tiene que ver mi hermano con tu decisión?
Kagome parpadea rápidamente, habló demasiado rápido. No tenía porqué mencionar a Sesshomaru y menos hablando con Inuyasha.
— Bueno, yo...
— ¡Habla!
— Inuyasha, no me grites.
Este se pone en pié y se frota el puente de su nariz claramente exasperado.
— ¿ Qué cojones tiene que ver Sesshomaru con que quieras trabajar en el hospital?
— Nada, la decisión la he tomado porque lo quiero hacer. Y ya deja de moverte. No comprendo el porqué te molesta tanto que lo haya mencionado.
— ¿ Estoy molesto? ¡joder! ¡me lleva el diablo mujer!
— ¡ya basta Inuyasha! ¿ Porqué siempre reaccionas como un energúmeno?
— ¡Eres una estúpida!
El peliplata alza su mano abierta y abofetea fuertemente a su joven esposa la cual chilla y se acaricia su mejilla roja e hinchada.
Ambos se miran fijamente... Inuyasha con sus ojos inyectados en furia y Kagome bañada en lágrimas. No es la primera vez que él la golpea pero siempre que lo hace le duele aun más que la anterior.
La jalonea de un brazo y la levanta con brusquedad de el sofá para empotrarla en la pared.
— Estoy hasta los cojones de decirte que no quiero que hables con ningún hombre ¡maldita sea! ¿¡ Porqué no lo entiendes!?
— ¡no soy un objeto!
— ¡No me grites!
Nuevamente la golpea, pero esta vez el golpe fue en su abdomen. Kagome se cubre con ambos brazos la parte golpeada y le suplica que pare, que ya no la siga lastimando.
Una parte de ella, desea salir gritando de ese maldito consultorio y buscar a Sesshomaru, pero la otra le dice que Inuyasha es un peligro y que no es bueno que Sesshomaru sepa todo lo que ha vivido al lado de su hermano.
Inuyasha se jalonea el cabello, se muerde el labio inferior y golpea la pared lastimándose los nudillos en el proceso.
— Si no osaras llevarme la contraria, nada de esto pasaría.
Ella se queja pero no dice ni una sola palabra mas. Su esposo coge algunas toallas reciclables de su escritorio y se limpia la sangre de sus dedos, las lanza al cesto de basura para luego tomar entre sus brazos el frágil cuerpo de su esposa, esta se queja nuevamente mas no protesta. La acuna contra su pecho y la abraza fuertemente.
— Te amo tanto Kagome, no me imagino una vida sin ti.
