PETER:
—El número al que llama ya no existe —dijo un robot operador.
Suspiré y colgué:
—La puta madre... —tiré el celular sobre mi cama y me pasé la mano por la cara.
Lo había intentado. Había tenido el valor de pedirle a mi vieja el número de Lali, después de cuatro malditos años, casi cinco. Pero ahora, su antiguo número ya no existía. Seguro que lo había cambiado después de dejar de trabajar aquí.
Me senté en la cama y agarré mi MacBook. Seguro que debía encontrarla por internet. Y sí, la busqué en Google®, MSN® y FireFox®... Pero nada, tampoco dio resultado. No había ninguna Mariana Espósito Riera por ninguna parte.
—Mierda... —cerré los ojos y pensé cuáles eran mis otras alternativas. Pero me quedaban pocas: mirar la guía telefónica anual o ir preguntando por la calle a cada persona a ver si alguien conocía a Lali. Iba a ser muy complicado encontrarla.
Después de toda la búsqueda, llamé a Euge. Necesitaba contarle todo lo que me había pasado en las dos últimas horas buscando a Lali. Por muy enojada que estuviera conmigo, necesitaba a mi mejor amiga para desahogarme.
Ella atendió rápidamente:
—No quiero hablar con vos —eso fue lo primero que dijo nada más atender la llamada.
—No seas así... —respondí yo—. Tenía que contarte algo...
—Tengo un par de minutos, tenés que ser rápido —me dijo ella de manera cortante.
—Estuve buscando a Lali —dije yo tragando saliva—. La pedí a mi mamá su celular, llamé, y me dijo que ese número al que llamaba ya no existía. Después la busqué en internet, y nada, no dio resultado... Me metí en una y cada una de las páginas, pero no la encontré. La estoy buscando, Euge... Pero no la encuentro. No sé dónde puede estar.
—Pará... —dijo ella—. ¿En serio hiciste todo eso? —me preguntó con tono de sorpresa.
—Sí. No sé, me diste mucho en lo que pensar... Tal vez mi mamá, solo quería que perdiera a Lali de vista, y por eso me metió en la cabeza todas esas cosas malas sobre ella —dije, bajando la voz. No quería que mi vieja escuchase. Nunca solía estar de buen humor. Suspiré, todo eso me pasaba por tener ya casi treinta años y aún seguir viviendo con mis viejos—. Y más aún con lo que me dijiste de esa nena... —y entonces, tuve la idea—. ¡La nena! —exclamé.
—¿Qué pasa con la nena? —me preguntó Euge.
—Quiero que mires en el historial quién es su madre —dije—. Por favor, necesito que lo hagas por mí, tenés que mirar la historia médica de la nena, dónde nació, cuando, y quiénes son sus padres.
—¡Peter! Los historiales médicos de cada paciente son extremadamente privados, me pueden denunciar por sacar datos de él... Aunque bueno, la doctora que la revisó en Urgencias, fui yo... —dijo Eugenia viéndolo desde otra perspectiva.
—Exactamente —dije—. Lo mirás, y solo tenés que decirme quién es la madre.
—Sí, eso es, ¡eso es! —exclamó Eugenia—. Pará un momento, te corto y voy a buscar el pendrive en el que tengo guardados todos los análisis clínicos, ¿si?
—Sí, de acuerdo —dije asintiendo con la cabeza.
—No te quedes dormido antes de que pueda descubrirlo, amigo Peter —me advirtió ella.
—No... Te juro que con todas las cosas que me han pasado desde hace unas horas, no tengo ganas de dormir. Esto es horrible... Debía haberla buscado antes, así no la hubiera perdido la pista, Euge... Tal vez seguiríamos juntos —dije, volviendo a suspirar.
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MADRE (Laliter)
FanfictionLa vida de Allegra Espósito no es nada fácil. Con tan solo cuatro años, ya se ha enfrentado a muchas cosas, al igual que su madre, Lali Espósito, de veintiocho años. Ambas son maltratadas por Santiago, novio de Lali y padrastro de Allegra. Pero un...