PETER:
Lali me llamó temprano. Atendí la llamada todavía dormido:
—¡Buen día! —exclamé. Sí, "exclamé", no estaba muy feliz pero bueno, tal vez, intentando no perder los papeles con todo lo que estaba pasando, conseguía calmar un poco las cosas.
—Hola.
—Hola... ¿qué tal? —la pregunté suspirando—. Veo que no tenés muchas... —me interrumpí a mí mismo. "Calmate, por muy desganada que este cada vez que hable con vos, no tenés que tratarla de la misma forma. Calmen las cosas, ¡calmen las cosas!" me dije a mí mismo en la mente.
—¿Muchas qué? —me preguntó.
—Nada, ¿todo bien? ¿Durmieron bien?
—Últimamente no duermo bien por el tema del embarazo pero, ya me estoy acostumbrando. Con el embarazo de Allegra me pasó algo similar, tampoco dormía bien. Además, tengo demasiadas cosas en la cabeza.
Me mordí el labio. Había que calmar las cosas, pero poco a poco. Me partía el corazón que tuviera que pasar por todo el tema del embarazo sola... Que casi tuviera que criar ella sola a Allegra.
—Espero que te mejores en ese aspecto —musité—. ¿Allegra te ha dicho algo?
—Sí, quiere ir con vos este fin de semana.
—Bueno, pasaré a recogerla esta tarde, después de que salga del jardín.
—No —me dijo—. Tengo que preparar su valijita, y necesito despedirme de ella.
¡No! ¡Con calma! ¡Con cuidado! Allegra estaba muy unida a Lali y viceversa. Necesitaban su tiempo y su espacio, obviamente.
—De acuerdo sin ningún problema —dije—. La recogeré a la hora que me digas... En todo caso, ¿te parece bien a las seis?
—A las seis está bien —respondió ella—. La tendré preparada para esa hora.
—De acuerdo... Y si necesitas cualquier cosa con el embarazo, por favor no dudes en llamarme. También son mis hijos —dije con cierta lástima—. Y me preocupa que te sientas mal por algo que te pasa en relación a ellos. Bueno, en realidad me preocupa que te sientas mal en general, estás embarazada y...
—Me ha pasado ya con el embarazo de Alle, y por aquel entonces estaba mucho más sola que ahora, así que no hace falta que te preocupes tanto.
—Bueno —respondí.
Después, nos despedimos, y corté la llamada. Mi madre me estaba cortando absolutamente todo, incluso la relación con mis pequeños. Ya no lo podía soportar más... De un momento a otro todo se pondría tan caliente que explotaría.
-...-
LALI:
Pablo apareció con un café en la puerta de la sala de estudio:
—¿Todo bien, linda? —me preguntó.
Tragué saliva y asentir con la cabeza:
—Más o menos —respondí con un hilo de voz—. Este fin de semana mi hija se va con mi ex a una casita y la voy a extrañar.
—¿Entonces, te quedas sola este fin de semana en casa? —me preguntó sentándose a mi lado.
—Estaré con tu madre...
—Yo puedo unirme al plan si vos querés —me ofreció con cierto tono seductor.
Se estaba equivocando, no era el momento más indicado para ofrecerme ese tipo de trato. Aunque, en realidad, si que me apetecía estar con alguien, y no todo el tiempo pegada a mi madre.
—No da que estés en casa con mi madre y conmigo, pero puedo decirla que se vaya a pasar las noches del finde a casa de una amiga suya, y así podemos quedarnos solos —dije con una sonrisita plácida.
—Me parece bien.
—Entonces, lo hablaré con mi madre. Podés pasarte por mi casa hoy a la hora de cenar. Comemos juntos y después podemos...
—Con ver una peli a tu lado me sobra —me dijo sonriendo—. Con eso, puedo ser feliz. Me hace falta poca cosa.
Me reí:
—Ya veo. Noche de cena, peli y mantita entonces.
—Los pochoclos también pueden unirse.
—También me parece perfecto, me encantan —aportó riéndose.
—Y a mí —dije.
Después, dejó el café sobre mi mesa y me dio un pico corto. Salió de la sala de estudio con una sonrisa. Pero, ¿y si él era el que estaba haciendo todo ese bardo de las fotos? Pese a dudarlo mucho, ya no confiaba en nadie. Todo parecía estar en mi contra y eso me hacia sentirme muy asustada.
Pero había que arriesgarse. Noche de cena, peli, mantita y pochoclos, con la compañía de mi jefe, un desconocido, casi, todavía para mí.
-...-
PETER:
Estaba a punto de llamar a la policía. Allegra se había escapado nada más llegar a la casita. No me había dirigido la palabra en todo el camino. Pensé que era tan solo porque estaba enojada, pero no pensé que tanto como para escaparse. Tan solo tenía cinco años, y que se largara sin nada, por mitad del bosque, me preocupaba mucho.
¿Qué iba a decirla a Lali? ¿Qué cara me iba a poner ella? Me lo estaba demostrando todo. Esa huida de mi hija demostraba que me tenía miedo, y por supuesto, que no podía ni verme. Que no podía soportarme, que les estaba haciendo daño a todos: a su mamá, a su abuela, a ella e incluso a sus hermanitos.
Hasta que, de repente, escuché el timbre. Abrí la puerta, asustadísimo, con la mano en el pecho, mientras que mi corazón estaba apunto de explotar.
Pero cuando detrás de la puerta vi aquella imagen me calmé. Las abracé a ambas, sin dudarlo:
—Siento las horas, pero creo que se te ha perdido esto —me dijo Camila con una sonrisa tierna, pero a su vez asustada.
Tomé a Allegra en brazos y la abracé hondo, inhalando su olor dulce y fresco de niña pequeña.
—No sabes cómo te lo agradezco. Pero, ¿qué haces acá?
—Tu hermano. Me dijo que viniera, que tal vez podía echarte una mano con la nena y... —tragó saliva—. Bueno, vine, por la nena. Pero ya sabes que entre vos y yo...
—Te voy a estar agradecido toda mi vida por esto.
—Es mi deber. Estaba en el bosque, asustada, temblando. Lo he hecho con tu hija, pero lo hubiera hecho con cualquier niño que hubiera estado perdido en el bosque. Creo que es de ser un buen ciudadano.
—Por supuesto —respondí. Preferí no decirle nada a Allegra. Y mucho menos se lo iba a contar a Lali, al fin y al cabo todo el conflicto estaba más que solucionado.
—¿Qué ha pasado para que te hayas escapado, peque? —la preguntó Camila.
—Primero vamos a cenar, después la acostaré, y después hablaremos vos y yo. Por mí todo esto queda olvidado.
Camila negó con la cabeza. Tal vez no lo estaba haciendo bien, pero la relación con mi hija ya estaba tan quebrada que cualquier cosa podía hacer que se destrozara por completo.
ESTÁS LEYENDO
MADRE (Laliter)
FanfictionLa vida de Allegra Espósito no es nada fácil. Con tan solo cuatro años, ya se ha enfrentado a muchas cosas, al igual que su madre, Lali Espósito, de veintiocho años. Ambas son maltratadas por Santiago, novio de Lali y padrastro de Allegra. Pero un...