Madre 34

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LALI:

Me estaba agarrando un ataque al corazón. Mi pequeñita... No sabía como había podido pasar. Todo estaba bien, hasta que de repente Peter vino a decirme que Allegra desapareció. Que Rufina se enojó con ella y entonces se marchó.

Después de no verla en casa, volvimos a la avenida. Todo estaba paralizado, tal y como lo habíamos dejado antes de entrar.

─No hemos visto nada ─nos dijo la policía nada más verlos─. No obstante, hay más patrullas buscando a su hija, y no vamos a parar hasta encontrarla, se lo prometo señora.

Tragué saliva y abracé a Peter fuertemente. Mi niña... Se había ido, se la habían llevado, no sabía lo que había ocurrido con ella. Pero no tener a mi hija cerca me estaba produciendo un terrible dolor.

─Todo ha sido culpa de Rufina ─dijo Eugenia mirando mal a su hija─. Si no te hubieras enojado con la pobre Allegra, todo esto no estaría pasando.

─Fue ella la que se enojó conmigo, mamá... Pero yo no quería que se marchara. Me siento muy mal ─se disculpó la pequeña─, si la pasa algo malo va a ser por mi culpa.

"Si la pasa algo malo..." con esas palabras de Rufina me vine abajo y me puse a llorar desconsoladamente. Peter me abrazó fuerte, y también mi mamá. Eugenia me miraba sin saber que decir, se sentía muy mal por lo que había hecho su hija. Aunque realmente, yo no culpaba a Rufina. A mi hija la había pasado algo, no era capaz de marcharse así porque sí, sin decirnos nada.

─Voy a ver si puedo ayudar a la policía con algo ─dijo Nico intentando calmar la escena─. Seguro que todo está bien, Lali. No te preocupes por nada. Cuando menos te lo esperes, la pequeña va a volver.

─Es la primera Navidad que voy a estar separada de mi hija –sollocé mientras me agarraba el pecho─. Es muy chiquitita, no sabe cuidarse sola... No sé dónde está, ni con quién...

Y justo en ese momento, uno de los agentes se plantó enfrente nuestra con una libreta:

─Una señora nos ha contado que la ha visto. La estaban arrastrando dentro de un furgón de color rojo. Vamos a ver si podemos localizar el vehículo. La mujer intentó frenarles, pero estaba con sus hijos y no pudo hacer mucho. Pero ha asegurado que se trataba de una niña con el pelo largo y los ojos verdes que llevaba una blusa de color rosa y un short blanco. Al igual que su hija...

Peter suspiró:

─Encuéntrenlo cuanto antes, necesitamos que nuestra hija pase la Navidad con nosotros, por favor ─les pidió educadamente.

─Lo haremos ─nos dijo el agente con una sonrisa─. Seguro que la pequeña está bien. Les mantendremos avisados.

─Muchas gracias ─dijo Peter.

─Gracias ─dije yo.

La policía se despidió y desaparecieron un rato después, dejando la zona despejada. Nico se marchó con ellos, mientras que mi madre, Euge y las nenas, volvieron a casa con nosotros para acompañarnos.

─Confío en que va a estar bien ─dijo Eugenia con cierto tono de tranquilidad─. Seguro que mañana a primera hora está en casa con ustedes.

─Yo tengo una mala corazonada ─dijo mi mamá mordiéndose el labio.

La miré. Parecía muy preocupada. Tal vez era porque había estado presa muchos años, pero sabía de la vida, mucho más que todos los allí presentes.

─Claudia... Claudia me dijo algo raro la ultima vez que hablé con ella para...

Abrí mucho los ojos:

MADRE (Laliter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora