LALI:
—En verdad no sé cómo voy a poder estar callada durante este tiempo con todo esto —le dije a Peter preocupada.
Llevábamos un rato sentados en el sillón, a solas. Había llevado ya a la cama a Alle, la habíamos acostado juntos. Pocas veces había visto a la nena tan feliz. Esperamos juntos, sentados al lado de su camita, hasta que se quedó profundamente dormida. Y después, regresamos a la sala, para hablar.
—Es que no quiero que le digas nada a nadie, Lali. No sé qué mierda hacer con todo esto, tengo que hacer algo, pero tengo que pensarlo bien porque si lo hago rápido nos puede salir mal —Peter tragó saliva—. Nos puede salir mal a ambos, y los nenes están de por medio, ¿sabés?
Asentí con la cabeza.
—Y sabés también que mi vieja es capaz de hacer cualquier cosa, ¿verdad? —Peter suspiró y sus ojitos verdes se llenaron de angustia—. Es que no le tiene miedo a nada. Con tal de hacernos sufrir es capaz hasta de ir presa.
Negué con la cabeza:
—Es demasiado inteligente, y tiene buenos abogados —comenté—. Nunca irá presa, Peter... ¡Por Dios! —exclamé—. Parece que no sabes dónde está metida tu vieja.
—¿En una mafia, decís? —me preguntó mientras sonreía un poquito.
Revoleé los ojos y también me reí un poquito:
—Todo esto no tiene ninguna gracia, ¿sabías?
Peter se encogió de hombros y me agarró las manos:
—Si no nos tomamos esto con una pizca de humor... No sé que vamos a hacer... —se aclaró la garganta y continuó—. Lo más importante por el momento es no decirle nada a nadie, vos y yo seguimos peleados.
Y entonces, la imagen de nuestra amiga Euge me vino a la cabeza. Ella era demasiado inteligente, y podía llegar a darse cuenta de que las cosas entre nosotros se habían arreglado. Era nuestra mejor amiga, y desde siempre la había encantado meterse en la relación, para bien, para arreglar las cosas, pero igual a veces la "chusma" de Eugenia podía llegar a empeorarlo todo. Aún así, preferí evitar el tema... Simplemente me recosté sobre el sillón y le agarre fuertemente de la mano.
—Pensé que este embarazo sería distinto... —musitó.
Yo negué con la cabeza:
—Está siendo casi peor que el anterior —le respondí tragando saliva—. Tal vez... los peques no vinieron en el mejor momento, Peter. Pero estoy embarazada y hay que seguir adelante, pase lo que pase.
—Igual me siento mal por todo lo que está pasando. Soy un padre de mierda....
—No sos un padre de mierda pero tenés que mejorar en muchos aspectos —le dije—. No se puede cambiar toda una vida de la noche a la mañana, hay que ir de a poco.
—Lo sé.
—Allegra, por mucho que se enoje con vos a veces, te ama. Para ella sos su papá, y pase lo que pase te ama —le dije con sinceridad—. De todas formas, Alle me ha visto mal durante todo este tiempo, y eso también hacia que estuviera enojada con vos. Pero, espero, y deseo de todo corazón, que ahora que hemos arreglado las cosas, todo con la nena se solucione.
Peter asintió y sonrió :
—Yo también, confío en que eso ocurra.
Yo también sonreí, cerré los ojos y me acurruqué en su hombro. Estuvimos así mucho tiempo, mientras él me acariciaba con ternura y me mimaba. De un momento a otro, me quedé dormida. No sé cuanto tiempo pasó, pero entonces, Peter me despertó:
—¡He tenido una idea!
—Estaba dormida... —le respondí con la voz ronca de recién levantada—. Tengo sueño, Pitt —me quejé.
Peter sonrió y abrió mucho los ojos:
—Sé que esto es muy precipitado pero es lo mejor que podemos hacer, por todos. Por los nenes, por vos y por mí.
Negué con la cabeza. Peter estaba muy emocionado con la idea que aún no me había contado pero yo me estaba poniendo muy nerviosa:
—¿Qué pasa?
—Nos vamos. Nos vamos de Argentina mañana mismo si nos es posible.
Y entonces, la que abrió mucho fui yo. ¡Y un cuerno me iba a ir del país! Tenía una vida entera acá, el colegio de Allegra, el trabajo, a mi vieja, a mis amigos... ¡E incluso al doctor que me estaba llevando y controlando todo el tema del embarazo!
—¡¿Estás loco?! —le pregunté levantando una ceja.
—Fuera de acá...
—Tu vieja puede encontrarnos igual —resoplé—. Tiene ojos en todas partes, y lo sabes Peter, lo sabes perfectamente de lo que puede ser capaz...
—Vamos a ser más listos que ella esta vez.
—Pero, aparte de todo esto, ¿y nuestras vidas? ¿Y nuestros trabajos? ¿Y el colegio de Allegra? —insistí. Mi trabajo era importante, necesitaba ir a trabajar, Pablo me necesitaba allí. ¡Y Alle tenía clase! ¡La nena no podría perderse las clases!
—Nos las apañaremos allá donde vayamos.
—¡Ah, bueno! —me quejé—. Tenés un súper plan y ni siquiera sabés dónde vamos a ir con una nena, ¡Peter! ¡Estoy embarazada! Todo este estrés no me viene para nada bien.
—Tranquila... —Peter me miró poniendo ojos tiernos. Él parecía más tranquilo que nadie con todo este asunto, tal vez porque era él que había tenido el plan. Pero, a mí, por mucho que él estuviera tranquilo con todo esto, me parecía un plan absolutamente descabellado.
—No puedo estar tranquila Peter —suspiré hondo—. Me va a dar algo —me levanté del sillón y comencé a caminar de un lado para el otro—. No me puedo marchar del país sin ninguna justificación...
—Si podemos, y es lo que debemos hacer. Si queremos arreglar todo esto...
—¡Es huir del problema maldita sea, Peter! —grité.
—Mami, ¿qué pasa? —una pequeña voz nos interrumpió. Miré hacia la puerta. Alle estaba allí, frotándose la carita con el pelo despeinado y su lindo pijama arrugado. Parecía preocupada porque nos había estado escuchando chillar—. ¿Volvieron a pelear?
—No, enana. Anda a la cama.
Y por si fuera poco, para terminar de armar el show, mi celular comenzó a sonar. Miré la hora, eran las doce y media de la noche. ¿Quién me podía llegar a llamar a esas horas?
Agarré mi celular no sin antes mirar quién era: mi vieja.
—¿Mamá?
—Cariño, ¿dónde estás? —su voz sonaba preocupada.
Miré a Peter y tragué saliva:
—Con Peter y con la nena. ¿Qué pasa mamá?
—Han intentado entrar en la casa. No sé que querían, pero —mi madre tragó saliva de forma ansiosa—. No sé que ha pasado, pero todo esto cada vez es más loco. No estamos a salvo. Vení a casa. Por favor.
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MADRE (Laliter)
FanfictionLa vida de Allegra Espósito no es nada fácil. Con tan solo cuatro años, ya se ha enfrentado a muchas cosas, al igual que su madre, Lali Espósito, de veintiocho años. Ambas son maltratadas por Santiago, novio de Lali y padrastro de Allegra. Pero un...