Lo que me condena : 2da parte.

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Me paro afuera de la puerta del salón y escucho la base de una de sus canciones sonar, pero no la voz de Kate. Así que me quedo allí unos instantes esperando a escucharla, pero nada, no hay ni rastro de ella. Pienso que quizás no está aquí y quizás se encuentre en otra parte, así que abro la puerta de a poco para asegurarme, y claro, no está.

-Brad, ¿Qué haces aquí? -me pregunta de pronto su asistente, Lucy, esta mujer tiene ojos hasta en sus nalgas.

-Ah, nada, solo venía a ver si...

-Ella no está. -responde de inmediato Rami. -Se fue a descansar, se sentía algo...mal. -inquiere mirándome de forma asesina y acusadora, aunque claro que está molesto, acabo de hacer llorar a su querida amiga después de todo.

-¿Y porque la andas buscando? -me pregunta Marcus con su tradicional tonito de investigador privado.

-Tenía algo que decirle, pero si no está entonces... me voy, que les vaya bien. -digo intentando no parecer sospechoso, aunque por sus rostros sé que no resulto mucho.

Cierro la puerta sin escuchar nada mas de nadie, y no puedo evitar pensar en ir a buscarla, en simplemente irme de aquí e ir a su departamento, de todas formas, no habrá nadie más que ella. Comienzo a bajar las escaleras pensando en si hacerlo o no cuando... la veo, a través del enorme ventanal, está recién saliendo del edificio y no pienso dejar que se me escape. Corro como nunca por las escaleras, hasta me doy un estúpido tropezón, pero no me importa y sigo corriendo, siento que la bufanda de Claus ya va por mi espalda así que la presiono contra mí para que no se caiga, no pienso hablar con Katherine mientras sus ojos se ponen como huevos fritos al mirar estos malditos chupones.

-¡Kate! -grito en cuanto la veo. Va caminando a paso lento y se ve adolorida, se gira en cuanto oye mi voz y se queda allí parada, tan solo esperando a que me acerque a ella. -Kate, que bueno que te alcanzo, yo... -de pronto, una lagrima cae por su mejilla, y al darse cuenta se limpia de inmediato con la manga de su abrigo.

-¿Qué es lo que quieres? -pregunta sin mirarme, fija su mirada en uno de los autos allí estacionados.

-Quiero explicarte esto. -indico señalando mi cuello. -Entre ella y yo no ocurrió nada, no hicimos nada, no tengo ningún interés en-

-¡Y entonces como! -me grita de la nada, cambiando su mirada por completo, entre nerviosa y molesta, intento acercarme más a ella, pero me corre con sus manos. -Dime, ¿dime como es que entonces hoy llegaste así? ¿Cómo? ¡eso es algo que alguien te hace solo cuando!... cuando pasa eso. -termina en un tono más bajo, inclinando un poco su rostro hacia el suelo.

-Lo sé, pero este no es el caso, escucha, yo solo...la abrace, es que ella se puso a llorar y- no alcanzo a terminar, su bofeteada me llega tan fuerte que mi rostro se gira de golpe. Aun así, ni siquiera pienso en tocarme la cara o hacerme la mega víctima, sabía que esto pasaría, sabía que estando solos ella no se guardaría nada, pero prefiero este golpe a mentirle. Así que la miro sin ninguna expresión de dolor ni nada y la envuelvo entre mis brazos acercándola hacia mí.

-¿Qué haces? ¡suéltame! No me toques Brad, ¡aléjate maldita sea! -grita empujándome con todas sus fuerzas, pero no le permito alejarse de mí, no he podido pensar en nada más que en ella y en sus opacados y triste ojos todo el rato, y no me gusta eso, porque lo que más amo de ella es su sonrisa.

-Lo siento. -murmuro en su oído, aferrando mis brazos a su cintura, aunque se esté empeñando en apartarme.

-¡No! No te perdonare, jamás te perdonare esto, te acostaste con ella ¡lo hiciste con ella! -grita alejando su rostro de mi hombro derecho, viéndome por unos instantes con sus ojos completamente llenos de lágrimas, se me eriza la piel de tan solo verla.

¿ Por qué a nosotros? (1er libro trilogía Hate Or Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora