Únicos.

2.6K 255 28
                                    

Mientras iba en el taxi sentía el pecho apretado, la rabia parecía irradiar mi alma y al parecer hasta el chofer sentía mi tensión al haberse dado cuenta de lo que paso, ya que comenzó a hablarme sobre una de sus hijas que solía tener muchos problemas con su novio, hasta que un día decidió dejarlo y desde ahí siempre la nota más feliz. Perfecto, lo que necesitaba.

La verdad es que no pienso acostarme con Marcus esta noche ni nada, solo lo dije porque quería molestar a Brad, de hecho, lo último que quiero esta noche es ser abrazada por un hombre. Lo único que realmente necesito se llama alcohol, algo que puede hacer olvidar mis penas y decepciones.

-Bueno, que tengas una linda noche y recuerda, las chicas no deben llorar jamás por un hombre. -me dice el conversador chofer.

-Sí, y gracias. -le respondo bajándome del taxi.

Entro al edificio y comienzo a subir las escaleras como si llevara una mochila de veinte kilos en mi espalda, supongo que el dolor de alguna forma puede pesar, cuando de pronto, todo ese peso se va a la luna cuando escucho unos animados gritos.

-¡Amiga! ¡al fin llegas! -grita Holly corriendo hacia mí, se me lanza encima y me da muchos besos.

-¡Holly! ¿Qué haces aquí? -le pregunto mientras la veo con mi mayor cara de asombro, esto sí que no me lo esperaba.

-¿Cómo estas perrísima? Queríamos darte una sorpresita. -me dice Sara con una sonrisa enorme, sus mejillas se alzan en felicidad mientras me da un gran abrazo de oso.

-¡Bien! Quiero decir, ¡ahora si estoy bien! Las extrañe chicas. -digo mientras abrazo a ambas.

-¡Y nosotras a ti! -exclama Holly mientras recoge unos de sus bolsos que soltó al aire al venir a abrazarme. Holly y Sara se habían ido de vacaciones unos días, a Ibiza, y según lo que pude ver en sus fotos fueron unas vacaciones soñadas.

-No imaginas como me siento ricitos, R E N O VA D A. -dice Sara moviendo su cabello como toda una diva.

-Me imagino, vi sus fotos con ciertos galanes españoles, estaban guapísimos. -les digo al recordar su foto en una enorme piscina rodeadas de muchos hombres guapos, con fornidos cuerpos y preciosos abdómenes.

-Solo diré que uff, ¡Uff! -exclama Sara moviendo sus manos como si fueran abanico. -Los españoles se las traen, saben cómo hacerte sentir en el cielo nena.

-Me alegro chicas. -digo elevando mis cejas. -No saben cuánto las envidio, aquí todo ha sido... difícil. -comienzo a caminar hacia el departamento y abro la puerta.

-Ay amiga, lo sabemos, esa loca de Verónica está aquí ¿verdad? -me pregunta Holly con su cara contraída en molestia.

-Sí, la reina de los Jimy Choo está aquí, bueno, en el departamento de Brad para ser más exacta. -expreso botando un gran suspiro. -O en su cama, para ser aún más exacta.

-Espera, ¿Qué? ¿Cómo que en su cama? -me pregunta Holly sujetándome de mis hombros.

-Pues si, al parecer el galán durmió con ella toda la noche, abrazados y todo eso, y quizás que más hicieron, ya que Brad llego hoy día con chupones por todo su cuello, pecho y-

-¿Qué? ¡no! Tú me estas jodiendo. -Me grita Sara mientras se acerca a mí y hace a un lado a Holly quien aún no sale del shock.

-Sí, lo que oyeron, créanlo, procésenlo, acéptenlo, yo ya lo hice y por eso hoy... ¡iremos a tomar! -exclamo elevando uno de mis manos como si ya tuviera un vaso en mano.

-P-pero espera, ¿ustedes están juntos aun o no? ¿Por qué Brad hizo eso? -me pregunta Sara mientras mueve a Holly para que reaccione.

-Mmm, se supone, y lo hizo porque según él la princesita se puso a llorar y sintió penita, como sea, todo se fue al carajo, por eso necesito salir a beber, bailar, cantar-

¿ Por qué a nosotros? (1er libro trilogía Hate Or Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora